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“Atacar a ISIS sin derrocar a Asad sólo aumentará las divisiones sectarias en la región”

Poster creado por el equipo multimedia de la página de la Revolución Siria y compartido en Facebook.

Leila Nachawati

En la cobertura de los bombardeos de la coalición internacional liderada por EEUU en Irak y Siria, las voces de la región han estado, de nuevo, mayoritariamente ausentes. Nos hemos acostumbrado, en lo que respecta a Oriente Medio y Norte de África, a análisis y debates monopolizados por aspectos geoestratégicos, militares e identitarios en los que raramente se incorporan las reacciones de la sociedad civil. Teniendo en cuenta que escuchar a la sociedad civil de estos países es cada vez más importante para comprender sus complejas dinámicas internas, analizamos a continuación algunas de las últimas reacciones sirias a los bombardeos de la Coalición.

El anti-imperialismo sirio

El anti-imperialismo sirioEl 25 de septiembre, una agrupación de activistas llamada las Bases Revolucionarias Sirias (BSRS) publicó un manifiesto de rechazo a los ataques estadounidenses contra Daesh (en español, el Estado Islámico de Irak y Siria, también conocido por sus abreviaturas ISIS, ISIL o EI). Su posicionamiento, que condena el bombardeo de civiles en nombre de una supuesta “guerra contra el terror”, parte de un sentimiento anti-imperialista arraigado desde hace décadas entre la población siria. Un anti-imperialismo que difiere del uso que hacen del término tanto el régimen y sus adeptos, como algunos sectores de la izquierda autodenominada anti-imperialista, que identifica “imperialista” con “estadounidense”, una izquierda a la que el politólogo Firas Massouh califica de “abstracción dogmática”.

En su rechazo de los intereses imperiales, BSRS critica con dureza no sólo a Estados Unidos, sino a Irán y Rusia, las potencias que han jugado un papel más activo en las masacres de civiles:

A la vez que nos oponemos a los ataques de la coalición contra Siria e Irak, nos consterna la postura de grupos autodenonominados "contra la guerra" o de "izquierda anti-imperialista" que han apoyado estados tiránicos en vez del levantamiento popular sirio contra Asad primero, y ahora también contra Daesh y otras formas de tiranía. La mayor injerencia extranjera en Siria ha sido la de Rusia e Irán, ambas potencias imperiales que han proporcionado logística militar, económica y política masiva que permite que Asad continúe cometiendo atrocidades contra el pueblo sirio.

El manifiesto detalla las razones de la oposición a los ataques de la coalición:

  • Los ataques cimentarán la expansión de los intereses de EEUU e Israel en la región, de sobra conocidos por el desastre iraquí.
  • Se cebarán en los civiles, imposibles de separar de Daesh, que está infiltrado entre la población.
  • Atacar a Daesh sin derrocar a Bashar Al Assad sólo aumentará las divisiones sectarias en la región.
  • Con esta operación, la Coalición legitima a Asad, que a estas alturas debería ser un pariah, no un actor internacional.

“Es inútil atacar a Daesh / ISIS sin detener las masacres del régimen”

“Es inútil atacar a Daesh / ISIS sin detener las masacres del régimen”Sólo en los últimos días, el Ejército de Asad se ha cebado en núcleos de población civil en Daraa, Idlib, Alepo, Deir ez-Zor y en las afueras de Damasco, asesinando a cientos de civiles, muchos de ellos niños (puede seguirse la información sobre estas masacres y sus consecuencias en los perfiles de los Comités de Coordinación Locales en twitter y en facebook). Ante el doble rasero que normaliza los bombardeos del régimen mientras establece una línea roja frente a las agresiones de Daesh, buena parte de los intelectuales, activistas y otros miembros de la sociedad civil siria coinciden.

Este rechazo al doble rasero de la “comunidad internacional” está presente en la producción artística y cultural de lo que queda del movimiento de desobediencia civil sirio, acosado tanto por el régimen como por Daesh. Una de las últimas iniciativas ciudadanas muestra a decenas de mujeres de Idlib sosteniendo una bandera revolucionaria, la más larga tejida hasta la fecha.

Con esta campaña, los activistas del centro de acción civil de Mazaya de Kafranbel, Idlib, pretenden entrar en el récord Guinness y enviar al mundo un mensaje, según la declaración compartida en Facebook: “La mayor fuente de terrorismo es el régimen de Asad, y de las entrañas de ese terrorismo florecen grupos como Daesh. No se puede atajar el terrorismo sin atajar las raíces de la impunidad”. Una impunidad que amenaza con abocar a muchos sirios, desesperados ante el acoso del régimen, a sumarse a las filas de Daesh, en un contexto de debilitación y falta de recursos de la resistencia siria encabezada por el Ejército Sirio Libre.

"Tejer esta bandera es un modo de reivindicar los colores de la revolución siria, que son representativos de nuestra diversidad, frente a las banderas negras de los extremistas", explica una de las fundadoras del centro de Mazaya al portal SyriaUntold. "También es nuestro modo de recordar a los compañeros revolucionarios que las mujeres somos pieza clave del cambio en Siria, y que hemos sacrificado mucho por un estado civil y de igualdad de derechos".



La página de la Revolución Siria, que desde marzo de 2011 publica campañas y noticias relacionadas con el levantamiento, la represión y la deriva hacia un conflicto armado, da testimonio estos días de la multiplicación de las causas de sufrimiento de la población siria. Pueden seguirse a través de la página imágenes y relatos de los efectos de los bombardeos de la Coalición, como el del 29 de septiembre contra el colegio Ain Al Arus, en Raqqa, y campañas creativas como la que muestra el póster del equipo multimedia de la página, en el que se critica que la coalición no distinga entre terroristas y civiles.

La página muestra también los avances del Ejército Sirio Libre frente al régimen y Daesh. Además, varias de las últimas publicaciones se hacen eco de las condenas al abandono de las zonas asediadas por el régimen, como el barrio palestino de Yarmouk, al que desde hace meses apenas entra comida, agua ni medicamentos.

En la misma línea se expresaban reconocidos miembros de la sociedad civil siria. Algunas de esas aportaciones han sido recogidas en las entrevistas realizadas por la publicación Dissent Magazine. En palabras de Iyas Kadouni, del Centro por la Sociedad Civil y la Democracia de Idlib, perseguido tanto por Asad como por Daesh, “es inútil tratar de eliminar a Daesh sin analizar las razones por las que el grupo se ha hecho fuerte. Luchar contra Daesh sin detener las masacres de Asad llevará a muchos sirios, desesperados, a refugiarse en este grupo, por bárbaro que sea, frente a un régimen asesino.”

Rasha Qass Yousef, del Movimiento de Noviolencia Siria, coincide en que los ataques sólo desencadenarán más extremismo. “¿Por qué tardó tanto occidente en embargar el petróleo producido por Daesh?”, se pregunta esta activista implicada en campañas tanto contra Asad como contra Daesh y otros grupos armados. “¿Por qué se permitió la entrada de yihadistas en Siria? ¿Por qué no hubo presión contra el apoyo de países del Golfo a grupos armados con oscuras agendas? ¿Por qué los 'Amigos de Siria' no apoyaron a la sociedad civil de Raqqa, la primera zona liberada del país, por más que lo pedimos?”

“No me fío de quienes dicen luchar contra el terror”

“No me fío de quienes dicen luchar contra el terror”Según Mohammad Dibo, poeta sirio que permaneció meses en las cárceles del régimen, la sociedad civil siria ve con recelo los ataques, que benefician a un régimen tiránico. “Yo me opongo a los ataques”, explica, en entrevista con Eldiario.es, “no porque apoye el terrorismo de Daesh, sino porque no me fío de los estados que dicen luchar contra el terrorismo y tienen su propia agenda, en la que los intereses de los sirios no cuentan”.

Sus recelos coinciden con los de otras personas entrevistadas. “No puedo negar que siento cierto alivio de ver que Daesh y el Frente al-Nusra, que han matado a gente inocente en Siria e Irak, son atacados”, admite una trabajadora humanitaria siria, residente ahora en el Cairo, en declaraciones a eldiario.es. “pero no puedo agradecer esos ataques a quienes no muestran ningún interés en las comunidades que están siendo asesinadas a diario. Ha habido muchas oportunidades de ayudar a quienes estaban siendo asesinados a sangre fría por las fuerzas de Asad, y nadie ha movido un dedo. Estos ataques son parte del mismo juego sucio en el que sólo pierden los mismos: la población siria.”

En la misma línea se expresa el reconocido escritor Yassin al-Haj Saleh, que admite su escepticismo con respecto a las intenciones de las potencias occidentales: “Daesh es el producto tanto de décadas de regímenes monstruosos como del papel de Occidente en la región, además del resultado de graves dolencias dentro del Islam. Son tres monstruos devorando el cuerpo exhausto de Siria.”

Al-Haj Saleh reconoce, sin embargo, sentirse ambivalente respecto a los ataques:

Por un lado deseo ver desaparecer a Daesh, esta banda que ha asesinado a sirios e iraquíes mientras dejaba intacta a otra organización criminal: el régimen de Asad. (…) Por otro, los ataques envían el siguiente mensaje a sirios, iraquíes y otros árabes: la intervención no busca justicia a unos crímenes espantosos, sino que es un ataque a quienes desafían a las potencias occidentales. Esto sólo puede llevar a más resentimiento contra el mundo exterior, y este resentimiento lo capitaliza Daesh.

“Atacar a Daesh sin derrocar las fuerzas aéreas de Asad sólo traerá más problemas”, añade Kassem Eid, activista sirio-palestino y superviviente de los ataques con armas químicas. “El régimen no dejará de atacar a los rebeldes sirios que combaten contra Daesh, como ha venido haciendo hasta ahora. El régimen es la principal fuente de violencia y extremismo en Siria, y cualquier iniciativa debe ir acompañada de medidas para una transición política más allá de Asad.”

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