Españoles, Franco ha vuelto
Franquistas, falangistas, ultraderechistas y negacionistas de la Memoria Histórica están de enhorabuena. El proyecto de cambiar el callejero de Madrid se ha embarrado. Así como es difícil imaginar en Berlín una avenida Goebbels o en Roma una piazza Camisas Negras, el Ayuntamiento de la capital había tomado una ruta directa para borrar de sus espacios públicos el elogio de la dictadura.
La iniciativa ha acabado despeñada por travesías secundarias, callejones políticos y vapuleos de opinólogos que la acercan peligrosamente al acantilado del olvido. Ahora hablamos de Carmena y Dalí pero no del general Yagüe o del Caudillo. Diez puntos para el franquismo.
La crisis del callejero demuestra que al PP le salen mejor las campañas de marketing que a la alcaldesa de Madrid. La ventaja de ser un partido viejo, vertical y mandón es que a la voz de “ahora” los tuyos, incluyendo los medios gruppies, empujan. Iniciaron la campaña del descrédito del callejero el 22 de diciembre, el mismo día que se anunciaban las medidas de Memoria Histórica.
Desde entonces se ha erosionado el plan con un goteo de críticas feroces. Dos de ellas han sido muy justificadas, las otras 200, no. La concejala Celia Mayer adjudicó el plan del callejero por 17.999 euros, un euro menos de lo necesario para sacarlo a concurso. Una idea que sería pérfida si no fuera tan burda. Además, la Cátedra de Memoria Histórica de la Complutense, la encargada del listado, cometió dos errores garrafales: confundir a un espía antinazi con un franquista y a un asesino con un piloto que llegó hasta la Amazonia. Gasolina para una Esperanza con muchas ganas de turbo y con pocas de callejero.
Con tanto colmillo alrededor, Manuela Carmena parece de leche. Mientras los populares van enfilados a buscar puntos negros, la alcaldesa contemporiza, aclara, matiza y pica el anzuelo al criticar el listado que ella misma había encargado sin haberlo siquiera leído. Era difícil leerlo, básicamente porque no existe.
Lo de quitarle la calle a Dalí y Bernabéu lo sacó El País de un blog que circulaba en Internet desde 2004. Franquismo 10, Periodismo 0. La sensación de una alcaldesa perdida, con información escasa y contradictoria, con notas de prensa puntualizando la puntualización puntualizada ha acabado por atascar el proyecto, que se retrasará porque hay que volver a encargarlo a otro equipo después de que el actual haya renunciado. Podemos añadir también como contribuyentes a los medios, el gluten necesario para este suflé de polémicas.
La idea de traer la democracia al callejero de Madrid ha costado 40 años. Para que Carmena haya desempolvado este proyecto arrinconado ha hecho falta una protodemocracia, el socialismo, el aznarismo, una burbuja inmobiliaria, un crash económico, el 15M, la Guardia Civil destapando casos de corrupción en el PP y unas elecciones municipales en 2015 que han desbancado al partido del Ayuntamiento. Cuatro titulares, tres ruedas de prensa fallidas y un par de manipulaciones después podemos celebrar el dudoso mérito de haberla triturado.