El Gobierno y el Real Madrid

Si quiere comprobar hasta qué punto es verdad que España es un país lleno de presidentes del Gobierno y entrenadores del Real Madrid, ha venido al tiempo adecuado. No tiene más que echar un vistazo a la exuberancia irracional de ambos perfiles en la conversación pública. Curiosamente, hace apenas unas pocas semanas, ambos, el Gobierno y el Real Madrid, y sus respectivos entrenadores, Pedro Sánchez y Xabi Alonso, vivían un momento completamente diferente.

El Ejecutivo había recuperado claramente la iniciativa desde la audacia en política exterior y la crítica especializada coincidía en que el adiestrador merengue había dado con su alineación ideal; era la oposición la que estaba en problemas. Las crisis de la temporada pasada parecían haber quedado atrás para ambos.

Hoy, todo ha cambiado. Vamos a susto diario, cada votación o partido supone una final. Nadie se halla en condiciones de asegurar qué pasará mañana o si llegaremos a verlo. A Pedro Sánchez y Xabi Alonso les mantiene vivos y con un hilo de esperanza la misma razón: a nadie le dan los votos para presentarles una moción de censura… aún. En el futbol esa razón es extremadamente volátil, pero en política esa razón es la causa de todo. Al entrenador le salvan los goles y ya se sabe que el balón es caprichoso y a veces no quiere entrar. Al presidente del Gobierno le mantienen los votos y esos ni son tan caprichosos, ni se cambian tan fácilmente.

El ruido dificulta gobernar y vuelve casi inaudible la acción de gobierno, pero no la para. Los votos perdidos sí. La pregunta no sería tanto si el Gobierno resistirá la escandalera, sino si le aguantarán los votos para llegar a Navidad y comer el turrón como los entrenadores en problemas de toda la vida.

La pregunta es si los mismos votantes que llevaron a La Moncloa a Pedro Sánchez en 2023 quieren ahora elecciones en 2026. Mi impresión es que la enorme mayoría, no. La otra pregunta es si alguno de los socios que invistieron a Pedro Sánchez en 2023 quieren ahora elecciones en 2026. La impresión general vuelve a ser que no. Se apartan cuanto pueden del ruido que persigue al líder socialista, pero siempre lo mantiene a la vista mientras no aparezca un cuadro de financiación ilegal o un P. Sánchez.

Quienes exigen a voces elecciones inmediatas, ya las reclamaban en la misma noche del 23 de julio del 2023. Los votos no han cambiado tanto. La diferencia es que entonces no tenían razón para hacerlo y ahora sí tienen sus razones. La suerte para el presidente y para el técnico madridista es que el fútbol y la política sí se parecen en algo como dos gotas de agua: ganar lo cambia todo.