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Podemos y Botín: ¿un encuentro deseable?

La presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín. / Efe

Jorge Aranda

Miembro del Consejo Ciudadano municipal de Podemos en Madrid y activista de la Marea Blanca. —
  • Jesús Montero, miembro del Consejo Ciudadano de Podemos y secretario general del partido en Madrid, elogió a la familia Botín y al Santander en El País: “Hay dos culturas empresariales. Una es casta; la otra quiere contribuir al bienestar social, como la familia Botín en el Banco Santander”

La creación de Podemos, el éxito enorme obtenido por esta formación en las pasadas elecciones europeas y su meteórico crecimiento es un hecho que ha llevado la esperanza a millones de personas en este país. En un contexto de paro y precariedad, de pérdida acelerada de derechos sociales y políticos, esta joven organización ha sido capaz de conectar con la voluntad de cambio y la ilusión de quienes nos sentíamos estafados por un sistema injusto, de quienes no nos resignábamos al pesimismo y al sálvese quien pueda y queríamos construir una sociedad mejor aquí y ahora.

Podemos es una organización plural que en la actualidad aún se está construyendo y vive llena de elementos novedosos. Pero hay una cuestión que en mi opinión es cierta. Podemos solo tiene sentido como herramienta al servicio de los y las de abajo, de quienes sufrimos la crisis y nos duele ver el sufrimiento de nuestros vecinos. La gente que formamos parte de Podemos lo demostramos cada día, demostramos nuestra voluntad de cambio y de trabajar por una sociedad más justa y que no deje a nadie atrás.

En ese contexto surge el debate sobre si existen sectores de los empresarios, ya sea pequeña, mediana o gran empresa, que tienen una sensibilidad social y apuestan por la mejora del nivel de vida del conjunto del país. ¿Cuáles serían esos sectores del empresariado? ¿Es eso posible? Sin duda, en mi opinión es que, de existir ese sector, ahí no se encuentra el Banco Santander.

La política del Banco Santander ha estado marcada no solo por su responsabilidad en la pesadilla de los desahucios, sino especialmente porque sus ingentes dividendos y beneficios económicos llevaban a su dirección a vivir de espaldas al enorme drama social que sufre nuestro país. Las declaraciones del difunto Emilio Botín en la España del paro endémico, los recortes y el alarmante avance de la pobreza demuestran lo alejado que se encontraba de la realidad y del sentir de la mayoría de la sociedad. “Vivimos un momento fantástico, llega dinero de todas partes”, decía el 17 de octubre de 2013.

Además de esta falta de sensibilidad, el importante banquero se convirtió en un ejemplo de impunidad frente a la ley. Dio nombre a la que sería la 'doctrina Botín' cuando en diciembre de 2007 el Tribunal Supremo archivó el denominado caso de las cesiones de crédito, en el que estaban imputados el propio Emilio Botín y otros tres directivos del Banco Santander, que quedaron exonerados de ser juzgados. Además, no es tan conocido el hecho de que el Banco Santander tiene miles de trabajadores subcontratados en condiciones deplorables. El Grupo Konecta, que pertenece al Santander y es la principal empresa de telemarketing del Estado, despide sin motivo y reprime sindicalmente.

El desempleo masivo y la acusada pérdida de derechos laborales que sufre el mercado laboral han hecho que miles de personas se hayan visto obligadas a recolocarse como falsos autónomos o hayan optado por autoemplearse como una forma de encontrar ingresos. También hay ejemplos positivos y que sí son dignos de destacar en el cooperativismo y en la economía social. Esto no tiene nada que ver con la práctica de la familia Botín y el Banco Santander, siempre muy vinculada al poder político y a amasar ingentes beneficios a través de la mera especulación.

El compromiso de Podemos con los derechos humanos y contra los desahucios pasa por una condena clara e inequívoca de las prácticas de la gran banca, la exigencia de un mayor reparto de la riqueza y de las medidas que garanticen que nadie va a ver que, en la práctica, se niegan sus derechos fundamentales.

En Podemos debemos nuestra fuerza a los de abajo, a los que con su trabajo consiguen que la sociedad funcione todos los días. Nuestra lealtad tiene que estar con nuestra gente, sin matices, con el ciudadano que crea la riqueza, no con quienes se la apropien. Solo así seremos capaces de vencer.

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