La quedada de los grandes empresarios
Atención, niños. Se ha reunido el Consejo Empresarial para la Competitividad, el lobby de los grandes empresarios españoles. La noticia es que esta vez no han quedado para hacerle la pelota al presidente del Gobierno de turno. Se han juntado para explicarnos qué deberíamos hacer para salir de pobres.
El Consejo asegura que es posible la creación de dos millones y medio de empleos hasta 2018 y rebajar la tasa de paro al 14%. Si hacemos emerger la economía sumergida, podríamos llegar al 11% haciendo aflorar más de 800.000 empleos. También piden profundizar en las reformas laborales y educativas, hacer crecer a las empresas y promover su internacionalización, reducir la deuda pública, más dinero para I+D, una política energética sostenible y que vuelva el crédito bancario.
La competitividad bien entendida empieza por uno mismo. Es una regla de oro de la economía capitalista que nuestros capitalistas, por desgracia, ignoran. No se aplican a sí mismos ni una de sus recetas. A pesar de pagar menos de un 10% de tipo real en el impuesto de sociedades, lo que convierte a España en un paraíso fiscal, nuestras grandes corporaciones suman más de 500 empresas de conveniencia en paraísos fiscales. Los técnicos de Hacienda no se cansan de repetir que el 80% del insoportable fraude fiscal español debe imputarse a las grandes empresas y patrimonios.
Respecto al fraude laboral, el muestrario de los ERE, subcontratas y externalizaciones en condiciones de trabajo precarias y abusivas que pueden presentar nuestras grandes empresas resulta tan exuberante como escandaloso. Paradójicamente, en plena era de la flexibilidad laboral, los contratos blindados de alta dirección no paran de crecer entre las corporaciones del IBEX 35.
Ya no sabe uno cómo calificar que los grandes empresarios españoles hablen de reducir la deuda pública, cuando eran responsables de la mitad de los casi 4 billones de euros que debía España al comenzar la crisis. Al parecer, usted y yo sólo nos endeudamos para irnos de vacaciones o cambiar de coche. Ellos se endeudan para invertir, crear empleo y riqueza. Su deuda es buena, la nuestra es mala; a ver si nos vamos enterando.
Reclamar más dinero para I+D cuando la gran empresa privada española se sitúa a la cola de Europa en inversión en investigación es lo mejor de la quedada. Innovar en España sigue siendo una tarea del Estado y la pequeña y mediana empresa. Que inventen ellos. Más de la mitad de nuestra inversión total en I+D+I responde a inversión pública. Según Eurostat (2011), España ocupa el puesto 23/37 en Europa y 27/114 en el mundo en porcentaje de gasto en I+D sobre el PIB. La inversión de las grandes empresas privadas españolas en I+D sólo representa el 31% del total de la inversión privada, menos de la mitad que en Alemania (78%) o Francia (70%).
“En la vida todo tiene solución y los problemas que tiene este país son todos solucionables”, dijo al presentar el informe César Alierta, el emprendedor que preside Telefónica porque Aznar lo puso allí cuando aún era una empresa mayoritariamente pública. Con empresarios de otra pasta, quién sabe, a lo mejor.