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Rotos en mil pedazos

Una sesión del Parlament en la pasada legislatura

Rodolfo Irago

El procés ha acabado por romper en mil pedazos el mapa político catalán que siempre había sido bastante plural pero que ahora aparece completamente atomizado.

Al menos 7 partidos y candidaturas tienen posibilidades reales de lograr representación en el próximo Parlament y varias opciones más se quedarán a las puertas o no han tenido ni tiempo suficiente ni ocasión propicia para cristalizar como la nonata vía de Santi Vila.

El procés independentista ha sido un formidable rompepiernas: lo peor es la fractura social que ha provocado dentro de Cataluña y el abismo que ha abierto entre una parte de Cataluña y el resto de España, pero también ha sido demoledor para los partidos catalanes: rompió primero a CIU y luego por separado a Convergencia y a Unió; vapuleó también al PSC que tuvo múltiples fugas y escisiones; se llevó por delante a Iniciativa per Cataluña y ahora ha roto a Podemos y los comunes.

Y la cosa sigue. Los penúltimos en saltar por los aires han sido los de Junts Pel Si; Junqueras no ha querido saber nada de Puigdemont y le ha dejado a la intemperie en Bruselas; así que el PDeCAT de Artur Más se tendrá que lanzar solo a unas elecciones que pueden ser su tumba.

La capacidad destructora del proceso no se para ante nada y tras cargarse muchos pactos municipales por toda Cataluña, ha llegado a Barcelona y ha dinamitado el acuerdo entre Ada Colau y el PSC. El voto de 3.800 personas ha decidido el destino de un Ayuntamiento que gobierna a más de 1.600.000 ciudadanos. Ahí es nada. Los comunes admiten que el pacto funcionaba bien para la gestión de la ciudad, pero eso debe ser lo menos. Lo importante ahora para ellos era hacer un movimiento electoral para desmarcarse del PSC por su apoyo al 155. Puro tacticismo que es, muchas veces lo peor de la política.

Difícil misión tienen los catalanes que votaran intentando reconstruir un mapa político lleno de nubarrones, con los restos de Unió en el PSC, los de Fachin buscando sitio; un exalcalde del PSC en las filas del PP; Santi Vila en casa; Artur Más en el puente aéreo a Bruselas; Colau asomando más allá de su reino de la ambigüedad y Junqueras esperando dejar la prisión.

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