Partido Político

Criticar, opinar, explicar, y por supuesto manifestarse públicamente, son formas aceptables y hasta se agradecen en la convivencia social. Pero cuando se traspasan los márgenes de la comunicación para estimular la violencia ejerciéndola desde una tribuna con el uso de un lenguaje zafio, obtuso y barriobajero, el discurso se transforma una agresión brutal al oído de cualquier ser racional.

El lenguaje que viene exhibiendo el PP a través de sus máximas autoridades (Feijóo, Ayuso, Tellado), me agrede y ofende como ciudadana. Si le suman los gestos que acompañan a las palabras, el grito permanente, y las mentiras tan burdas que resultan evidentes, sólo puedo concluir que no se trata de personas capaces para ningún tipo de gestión pública. ¿Qué trato puedo esperar de ellos ante cualquier planteamiento personal o colectivo? ¿Qué elemento positivo pueden ofrecerme? La prueba elemental es que hasta ahora, en sus reclamaciones y denuncias, no consigo encontrar ninguna propuesta que les valide como dirigentes de un partido político.