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Arranca una nueva legislatura sin mayorías claras con Sánchez e Iglesias pendientes del resultado del 26M

El nuevo Congreso arranca mañana con la elección de su Mesa presidencial y el juramento constitucional de los diputados

Gonzalo Cortizo / Iñigo Aduriz

La decimotercera legislatura echa a andar este martes marcada por la indefinición en sus primeros compases por la falta de mayorías claras y con la vista puesta en las elecciones municipales y autonómicas de este domingo. La sesión que marca el inicio del trabajo en el Congreso se abrirá con cuatro presos preventivos sentados en el hemiciclo. El PP y Ciudadanos ya han anunciado que pedirán que esa nueva Mesa se reúna de urgencia para suspenderlos de manera inmediata: hacerlo podría ser la primera decisión de Meritxell Batet como nueva presidenta del Congreso. 

El entendimiento para que Batet presida el Parlamento, convirtiéndose en la tercera autoridad del Estado, hace entrever un acuerdo de más calado entre PSOE y Podemos. Tras su reunión en Moncloa, Sánchez e Iglesias han decidido guardar silencio sobre la posibilidad de compartir Gobierno pero esa prudencia empezará a despejarse tras las elecciones del domingo: si los gobiernos autonómicos dependen de una suma de izquierda será más probable que los socialistas abran las puertas de Moncloa a ministros de Podemos.  

El PSOE se mostró renuente en principio a aceptar la entrada de Podemos en su Gobierno. Con el paso de las semanas, esa negativa inicial ha empezado a matizarse, hasta el punto de que uno de sus principales detractores, el ministro José Luis Ábalos, ha empezado a entreabrir esa puerta. Todo depende de los resultados y la aritmética que ofrezcan las urnas el próximo domingo. 

La sesión de constitución del Congreso sirve para poner en marcha el parlamentarismo con el nombramiento de la cúpula que dirigirá la vida parlamentaria. Sin apenas tiempo para hacerse a su nueva silla, Meritxell Batet tendrá que resolver la petición de Partido Popular y Ciudadanos, que exigen una reunión urgente para suspender de sus funciones a los diputados en prisión preventiva (Oriol Junqueras, Josep Rull, Jordi Sánchez y Jordi Turull). 

Esa ha sido la primera propuesta anunciada por el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, durante su intervención de este lunes en la reunión conjunta de los nuevos grupos parlamentarios de Congreso y Senado. Casado pidió “cuantas medidas sean necesarias para que los cinco procesados inmediatamente sean suspendidos como parlamentarios en aplicación del artículo 21 del Reglamento y del 384 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal”.

La lucha contra el independentismo y contra la política de Pedro Sánchez en Catalunya centrará la labor de Casado al inicio de una legislatura en la que el PP está más débil que nunca tras encajar el peor resultado de la historia del partido el pasado 28A –66 diputados, menos de la mitad de los 134 que obtuvo en 2016– por la fragmentación de la derecha en tres formaciones políticas (PP, Ciudadanos y Vox).

Los conservadores se mantienen en vilo a la espera del resultado de las elecciones del próximo domingo para las que las encuestas auguran una nueva debacle que ya está siendo asumida por la dirección de la formación conservadora. La derrota en plazas claves como la Comunidad de Madrid o Castilla y León podría poner en cuestión incluso el liderazgo de Casado. Su equipo insiste en que tiene un “mandato de cuatro años”, pero los dirigentes críticos abren la puerta a exigir su salida si el resultado del 26M es muy malo.

Casado llega a la constitución de las cortes en plena lucha con Ciudadanos por liderar la oposición a Sánchez y cuando tanto los de Albert Rivera como los de Santiago Abascal buscan acabar con la hegemonía al frente del centro derecha que han mantenido los populares los últimos 30 años.

En un nuevo intento por remarcar su condición de segunda fuerza del Congreso, Casado pedía a sus 66 diputados y 70 senadores –el PP nunca había tenido tan pocos representantes entre las dos cámaras– que reivindicaran esa hegemonía a lo largo de la legislatura. “No nos conformamos con liderar la oposición, queremos liderar España desde la oposición para que el tiempo que dure el Gobierno de Sánchez no sea un tiempo perdido. Tenemos mucho que hacer”, zanjaba en la reunión del grupo.

Fuentes de la dirección nacional del PP explicaban después que la pretensión de Casado es que los 66 diputados “trabajen como 186” durante una legislatura que desde Génova se han propuesto encarrilar “a medio o largo plazo” y sin tener en cuenta el resultado del 26M, cita con las urnas a la que tratan de restar importancia ante las malas previsiones. “Tenemos tiempo para construir una alternativa de oposición a Sánchez”, señalaba uno de los dirigentes de más peso de la cúpula popular, negando que una nueva derrota en las urnas vaya a abocar al partido a un congreso extraordinario.

Ciudadanos quiere que esa pelea por el liderato de la oposición se aclare también tras las elecciones del domingo. En la formación que lidera Albert Rivera creen que un mal resultado del PP en las elecciones del domingo volvería a poner sobre la mesa la debilidad del liderazgo de Pablo Casado. Mientras el líder del PP insiste en reclamar su condición de líder de la oposición y mantiene el despacho reservado a esa figura, el presidente de Ciudadanos se comporta como quien tiene un enemigo interino. 

Algunas encuestas sitúan a Rivera en condiciones de adelantar al PP en las elecciones europeas. El sondeo que elabora Celeste-Tel para eldiario.es no lo hace, pero sí consigna otro batacazo para Casado, que podría perder seis de los 16 eurodiputados que el PP obtuvo en 2014.    

El arranque del nuevo ciclo trae también la llegada de Vox a la vida política del Congreso. Santiago Abascal será el primero de los 350 diputados en jurar o prometer la Constitución. El orden alfabético ha situado al líder de la formación de extrema derecha en la posición privilegiada de abrir el turno de acatamiento a la Carta Magna. La última vez que los miembros de Vox juraron cumplimiento a las leyes fue en la constitución del parlamento valenciano, que se celebró la semana pasada. En ese acto, los parlamentarios usaron la formula “por dios y por España” para tomar posesión de su acta. Está por ver si Abascal repite el mismo enunciado.

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