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El Gobierno intenta evitar una escalada dialéctica en Catalunya en vísperas de la Diada

Pedro Sánchez junto al presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado.

Irene Castro / Iñigo Aduriz

San José (Costa Rica) / Madrid —

El Gobierno trata de evitar una escalada dialéctica en Catalunya en vísperas de la Diada, el 11 de septiembre, que, previsiblemente, hará aumentar los decibelios del discurso independentista durante las próximas semanas. En el calendario hay una fecha marcada en rojo: el próximo martes el presidente de la Generalitat, Quim Torra, tiene programada una conferencia cuyo texto ha adelantado a distintos dirigentes del independentismo, y en la que abogará por tensionar la situación desde ahora hasta que se inicie el juicio en el Tribunal Supremo, previsiblemente en octubre, cuando Torra pretende aprovechar la sentencia para “acusar al Estado”.

“Dar una oportunidad a la política” es la premisa de la que parte Moncloa ante el plan de Quim Torra de volver a la unilateralidad si no ve satisfecho el derecho a la autodeterminación y promover, al menos, una escalada de la movilización independentista hasta el juicio del procés.

Pedro Sánchez ha rebajado el tono en menos de 24 horas. Aunque no cierra el camino del 155 –el artículo de la Constitución que permite la suspensión de la autonomía que ya aplicó el Gobierno de Mariano Rajoy– si el Govern opta por el “desacato”, el presidente porfía en mantener la vía del diálogo. “Hay un espacio enorme en el que podemos dialogar”, ha subrayado durante su comparecencia junto al presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado.

“Nosotros advertimos porque ya se recorrió ese camino el año pasado”. Sánchez matizó su propia frase, pronunciada un día antes en Colombia, en la que avisaba a Torra: “Sabe cuál es el camino de volver a la unilateralidad”.

En Costa Rica Sánchez ha sido más contemporizador con el Govern: “Hay un espacio enorme en el que podemos dialogar”, ha subrayado. Antes, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministras, que este viernes ha presidido Carmen Calvo, la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, ya había advertido de que el Ejecutivo no había tratado nada relativo al 155, que ha copado las portadas de los medios de comunicación.

A los socialistas les preocupa lo que pueda pasar en Catalunya en los próximos meses, con la celebración de la Diada y el aniversario del 1-O, y, aunque Sánchez descartó que la Generalitat fuera a optar de nuevo por la unilateralidad, los mensajes de Torra hacen dudar a muchos.

Por eso el Gobierno hace equilibrios entre mantener una posición dura en plena campaña de PP y Ciudadanos contra Sánchez, a quien acusan de inacción, y para recomponer la relación con el independentismo que contribuya a apaciguar el conflicto y de paso contente al PDeCAT y Esquerra, dos partidos a los que necesita, además, en el Congreso. Con este fin, el de “establecer relaciones”, la consellera Elsa Artadi y la vicepresidenta Carmen Calvo se reunieron el pasado miércoles en secreto en Madrid.

Al Ejecutivo no le interesa nada que el tono suba en Catalunya y este viernes multiplicó los mensajes en esa dirección. “El Gobierno no tiene ninguna intención de recorrer ninguna escalada ni ningún aumento de tensión. Lo que quiere el Gobierno es rebajar la tensión”, ha expresado la portavoz, Isabel Celaá en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministras. En los últimos días, Sánchez pidió a los actores políticos catalanes –en referencia a Ciudadanos, cuyo líder, Albert Rivera, convocó a la prensa para que le grabasen retirando lazos amarillos con sus propias manos– “a construir convivencia y no ahondar en la fractura social”.

Aunque Sánchez es consciente de que el conflicto territorial no se va a solucionar en el corto plazo, apuesta por el diálogo como vía para ir encarrilando el desenlace, que pasa para él por un nuevo Estatut. El espacio para ese diálogo deben ser, según el Gobierno, las comisiones bilaterales que se reactivaron tras la llegada de Sánchez a Moncloa. El presidente tiene previsto mantener un nuevo encuentro con Torra en octubre.

Por otro lado, Sánchez aboga por que haya un entendimiento entre los catalanes. “Catalunya tiene que hablar con Catalunya”, ha expresado. Y a eso emplaza al president catalán: “En Catalunya se debe abrir un diálogo entre catalanes”. A su juicio, el Govern representa a una “minoría mayoritaria de la sociedad catalana”, pero “no es la mayoría”. El mandatario socialista exige a Torra que cuente con el resto de formaciones políticas.

También ha respondido a Torra, quien le ha exigido que deje de “amenazar” con el 155 y explique cuál es su propuesta para Catalunya. “La propuesta del Gobierno de España es clara: autogobierno, Constitución y Europa y en torno a esos tres ejes estamos dispuestos a dialogar con el gobierno de la Generalitat”, ha expresado el presidente en la rueda de prensa en Costa Rica junto a su homólogo, Carlos Alvarado, en la que ha aprovechado para anunciar que, a partir de septiembre, el Gobierno va a “desplegar” un programa de actividades para homenajear a la Carta Magna en su 40º aniversario.

Con la visita a Costa Rica, Sánchez pone fin a su gira latinoamericana, en la que las migraciones han sido uno de los principales asuntos que ha abordado con sus homólogos. En el caso de Costa Rica, donde ha habido una reacción xenófoba al éxodo masivo de nicaragüenses, tanto Sánchez como Alvarado han reconocido su preocupación por lo que está pasando con el régimen de Daniel Ortega.

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