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Unidas Podemos suaviza en el Congreso su oposición a Sánchez a la espera de retomar las negociaciones

El PSOE invita a Podemos a cerrar un nuevo programa "más amplio y realista"

Carmen Moraga

Unidas Podemos está en una situación de impás, a la espera de retomar las negociaciones con el PSOE para buscar un acuerdo que permita un Gobierno de coalición y evitar las cuartas elecciones desde 2015. Los socialistas dan por hecho que ambos partidos volverán a sentarse la primera semana de septiembre, cuando falten tres para que se active el mecanismo de la repetición electoral, pero rechazan categóricamente la entrada de Unidas Podemos en un futuro Gobierno. Esa puerta la cerraron el 25 de julio, con el fracaso de la investidura de Pedro Sánchez, y nada ha cambiado en el partido desde entonces. 

Ante la cercanía de la previsible vuelta a la mesa de negociación -el PSOE prepara una oferta programática que evitará ofrecer ministerios- Unidas Podemos evita tensar la cuerda y ha suavizado las críticas a los socialistas y también ha levantado el pie en su labor de fiscalización al Gobierno en funciones desde el Congreso. 

Tras ser muy duros sobre la polémica gestión del Open Arms por parte del Ejecutivo socialista y haber clamado en los medios por la comparecencia de Sánchez para que dé cuenta de sus idas y venidas en política migratoria, Unidas Podemos votó en la Diputación Permanente del Congreso, el órgano que regula la actividad parlamentaria durante las vacaciones, para librar a Sánchez de que tenga que ser él quien acuda a la Cámara Baja a dar la cara por el episodio del barco español que vagó 19 días sin puerto de destino con más de un centenar de migrantes a bordo.

La coalición que dirige Iglesias evitó in extremis sumar sus votos a los de Ciudadanos y PP que exigían una comparecencia forma “urgente” del presidente en funciones para explicar su política migratoria y el resultado de las cumbres europeas. 

Unidas Podemos ha estado todo este mes de agosto manteniendo una posición muy dura con los socialistas ante la negativa del presidente en funciones de estudiar siquiera su última propuesta de Gobierno de coalición, que fue acompañada con un documento programático de 119 páginas. El  rechazo inmediato de esa última oferta escenificado por la vicepresidenta, Carmen Calvo, tensó la cuerda y mereció severos reproches de algunos dirigentes de Podemos.

El PSOE se negó a negociar nada que no fuera un programa de gobierno mientras acusa a Unidas Podemos de lanzar un “órdago” que implica o ministerios o “elecciones”.

Mientras todo eso pasaba, la crisis del Open Arms se agudizaba en el Mediterráneo con declaraciones polémicas de algunos ministros de Sánchez, respondiendo al armador del barco, Óscar Camps que responsabilizó al Gobierno de la situación de bloqueo que vivía la nave. Fue en ese momento en el que dirigentes de Podemos exigieron la presencia en el Congreso de Sánchez, antes de que un cambio de postura les hiciese plantear que es suficiente que acuda Calvo. Unidas Podemos también anunció el apoyo del grupo a la comparecencia de Sánchez para explicar en un Pleno extraordinario las dos cumbres europeas que se han celebrado en julio. 

Este martes, sin embargo, los de Iglesias decidían allanar el camino al presidente para que comparezca a petición propia Sánchez a petición propia en septiembre, cuando se retome el curso político. 

El resultado es que en el caso del Open Arms, PP y Ciudadanos, ante el riesgo de que no acudieran ni Sánchez ni Calvo (puesto que sin Unidas Podemos no habría mayoría en la Diputación Permanente) se han sumado a regañadientes a la petición del grupo confederal y Calvo acudirá este jueves a un Pleno extraordinario, según ha anunciado la presidenta del Congreso, Meritxet Batet.

Estos cambios de opinión no pasaron desapercibidos en los grupos de la oposición. La portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, interpretó que “o les están ofreciendo muchos ministerios o es que Iglesias se ha decidido someter a un ejercicio de masoquismo bastante notable, dadas las humillaciones con las que le tratan”, ha comentado.

Las próximas semanas van a ser cruciales para determinar si hay posibilidad de un acuerdo 'in extremis' y evitar así la convocatoria de una nuevas elecciones generales en noviembre. Sánchez tiene intención de citar a todos los líderes políticos a partir del lunes en una nueva ronde de contactos de la que a priori se ha excluido solamente Albert Rivera. La agenda de las diferentes reuniones todavía no está cerrada.

Entretanto, Sánchez sigue con su ronda de contactos con la sociedad civil para incluir aportaciones de distintos colectivos en la oferta a Podemos o reciclarlas para un futuro programa electoral. Este martes, el presidente en funciones se sentó con representantes de varias ONG de cooperación al desarrollo para abordar cuestiones relativas a la cooperación internacional.

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