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Diez años sin los GRAPO: Derrotados, pero no muertos

Diez años sin los GRAPO: Derrotados, pero no muertos

EFE

Madrid —

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El martes se cumplen diez años de la caída del último comando operativo de los GRAPO, un grupo terrorista desarticulado por los sucesivos golpes policiales, pero no derrotado, como dicen a Efe fuentes de la lucha antiterrorista, que observan en lo que queda de la banda las “mismas ganas”, pero le faltan adeptos.

Con un historial sangriento de 1.031 acciones violentas que dejaron 89 víctimas mortales, el PCE(r)-GRAPO inició su actividad terrorista en 1975, con el asesinato de un Guardia Civil en el canódromo de Carabanchel y poco después, precisamente el día 1 de octubre de ese año, con el asesinato en distintos puntos de Madrid de cuatro miembros de la Policía Armada.

Daba comienzo así una larga etapa que la Guardia Civil cerró el 6 de junio de 2007 con la desarticulación en Barcelona del último comando operativo de la banda, de su estructura clandestina, al detener a seis de sus miembros: José Francisco Cela Seoane, Manuel Ramón Arango Riego, Isabel María Aparicio Sánchez, Lucio García Blanco, Jorge García Vidal e Israel Clemente López.

Bajo el paraguas de los movimientos sociales que en la década de los 60 se producían en Europa y con la dictadura franquista como telón de fondo, los GRAPO nacieron de las escisiones del Partido Comunista y con el amparo ideológico de una de ellas, el PCE(r), que propugnaba la “insurrección armada”.

Mientras en otros países europeos actuaban grupos similares, como Acción Directa en Francia, las Brigadas Rojas en Italia o la Facción del Ejército Rojo (Baader-Meinhof) en Alemania, en España los GRAPO coexistían con ETA, lo que obligó a los cuerpos policiales a duplicar sus esfuerzos.

Liderados por el “Camarada Arenas” (Manuel Pérez Martínez), los GRAPO, a diferencia de ETA, no renunciaron nunca a la violencia y aún hoy los investigadores desconfían de una vieja guardia que mantiene intacto su deseo de seguir en la lucha.

“Sus comandos están derrotados, pero no sus ganas”, subrayan a Efe desde el Servicio de Información del instituto armado, que no ha bajado la guardia en ningún momento y mantiene a un grupo de agentes, alguno de ellos desde 1980, en alerta.

Y en esa investigación que prosigue, los agentes no han observado que la actividad proselitista de los GRAPO haya desaparecido. Hasta algunos de los llamados centros sociales acuden sus históricos fieles con el ánimo de difundir su doctrina a jóvenes de la Extrema Izquierda afines a su mensaje revolucionario.

“Tienen las mismas ganas y fuerza moral, pero les falta la fuerza física”, explican gráficamente a Efe dos agentes de la Guardia Civil con décadas de experiencia en el combate a esta banda. “Siguen haciendo las mismas labores de difusión de los años 70”, añaden.

Y apostillan: “La ausencia de actividad por parte de los GRAPO en estos diez años no significa falta de ganas, sino simplemente debilidad de las bases ya que su discurso no resulta atractivo”.

La banda terrorista siempre se recompuso cada vez que se le asestaba un golpe policial importante. “Los GRAPO resurgían una y otra vez. En cuanto salían un par de miembros de la cárcel, se reorganizaban”, recuerdan los investigadores.

Pero ahora sus líderes ya son mayores y, pese a los intentos, no han logrado atraer a una base joven. Quizá las protestas y descontento producido por la grave crisis económica hubieran sido un momento importante para ese “caldo de cultivo”, pero entonces aún estaban en la cárcel los “grapo” más “doctrinales e ideológicos”. Salieron después, con la derogación de la denominada doctrina Parot.

En esa lucha contra la organización que aún mantiene la Guardia Civil, su Servicio de Información no desiste en una de sus investigaciones más complejas: el secuestro y asesinato del empresario aragonés Publio Cordón, de cuya desaparición se cumplen precisamente este mismo mes 22 años.

La Guardia Civil considera esclarecido el suceso, con la mayoría de los implicados condenados por ello, como Fernando Silva Sande, ya considerado ex-grapo y quien en su versión de los hechos ha ofrecido algunos datos relevantes para continuar la búsqueda del cuerpo del empresario.

No obstante, los sucesivos rastreos en el Mont Ventoux francés, donde se cree que Cordón fue enterrado, no han dado resultado.

El ponferradino José Antonio Ramón Teijelo, procesado y en prisión provisional por el secuestro, puede ser clave en el hallazgo, toda vez que, según el testimonio de Silva Sande, fue él quien marcó la ubicación en un plano del monte.

Teijelo y María Victoria Gómez Mendez, también en prisión por actividad terrorista, se enfrentarán próximamente al juicio por el secuestro y asesinato de Cordón. Ambos fueron reconocidos por la propietaria de la casa de Lyon donde el empresario estuvo cautivo como las personas que la alquilaron.

Restos de ADN de esta “grapo” han sido hallados en las cartas de Publio Cordón a su familia. Además, una prueba caligráfica ha avalado que el empresario estuvo encerrado en esa casa, ya que las letras y números hallados en la jamba de la puerta de un armario de la vivienda se corresponden con la caligrafía de la víctima.

Hallar el cuerpo de Cordón es el reto de la Guardia Civil en su lucha contra los GRAPO, que mantiene viva, como se mantiene aún la banda.

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