El PP no encuentra apoyos para reabrir el debate de la lista más votada
Unidos Podemos y ERC son los dos únicos grupos que se muestran en estos momentos totalmente contrarios a negociar la posibilidad de que gobierne la lista más votada. La polémica propuesta será de nuevo planteada por el PP en la subcomisión del Congreso que estudiará la reforma electoral a partir de septiembre. La proposición de ley fue ya presentada por el PP en julio de 2015, cuando el portavoz parlamentario, Rafael Hernando, explicó su contenido. Pero ni Ciudadanos ni Podemos tenía aún representación en el Congreso.
La idea se basa en que el partido que más votos logre reciba una prima de representación que le garantice la mayoría absoluta con el fin de impedir los pactos entre otras fuerzas políticas con menor representación. Si alguna lista consigue más del 35% de los votos, y mantiene una diferencia de al menos cinco puntos con la siguiente candidatura, se haría con el Gobierno del Ayuntamiento de manera automática.
En caso de que nadie obtenga ese porcentaje, se celebraría una segunda vuelta en la que quien obtenga más votos –un 40% al menos, o siete puntos de diferencia con la siguiente lista– se encargaría de formar Gobierno.
¿Qué harán los grupos cuando los conservadores vuelva a plantear la idea en el Congreso? Desde el PSOE, el secretario de Relaciones Institucionales, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, se ha limitado a replicar a eldiario.es que la postura de su partido “ya es conocida”. “Cuando el PP presente una propuesta concreta, contestaremos”, ha añadido.
También Ciudadanos ha afirmado que prefiere esperar a ver cuál es la propuesta que lleva a debate el PP. “En el seno de la subcomisión se pueden estudiar todas las propuestas que hagan los grupos y nosotros estamos abiertas a estudiarlas”. “Dicho así, la lista más votada, significa muy poco, habría que saber algo más concreto”, ha manifestado Ignacio Prendes, portavoz en la subcomisión del partido naranja. No obstante, ha matizado que la iniciativa “no forma parte de nuestras prioridades”.
Solo Unidos Podemos y ERC lo tienen claro
Por el contrario, Unidos Podemos y los republicanos de ERC han coincidido en rechazar cualquier tipo de negociación con el PP que vaya en ese sentido. Creen que los conservadores “no quieren una reforma para ahondar en un proceso de democracia real y participativa, quieren una reforma a la carta que le sirva a sus intereses”.
“Nosotras apostamos por la democracia parlamentaria: máxima representatividad tendiendo, lo máximo posible, al esquema de una persona un voto y evitando distorsiones y normas como puede ser la ley D'Hondt, o la circunscripción provincial, que alteran el resultado de la voluntad popular”, explican en la formación morada.
Los de Iglesias denuncian, además, que “el sistema de elección del Senado es inaceptable en una democracia que se precie: el PP con el treinta y pico por ciento tiene mayoría absoluta”. A juicio de Unidos Podemos, “las reformas de la Ley Electoral debería ir en la línea de reforzar y aumentar la democracia”.
Los republicanos de ERC también son tajantes y adelantan que no hay nada que negociar ni estudiar en este sentido con el PP. “No apoyaremos la propuesta para que gobierne la lista más votada, que nace después de que el PP perdiera alcaldías como Madrid y Valencia siendo la lista más votada. Su única pretensión es seguir gobernando allí donde no cuenta con apoyos suficientes”.
“A nivel electoral -recuerda ERC- siempre hemos defendido un sistema proporcional como el actual en el que se respeta el pluralismo político. Los sistemas en los que gobiernan las listas más votadas benefician al bipartidismo e impiden la formación de gobiernos plurales”.
La ambigua postura de Rivera
Para que se aceptara la propuesta del PP en el marco de la reforma de la LOREG, ésta debería contar con una amplio apoyo. Y de momento esto se vislumbra como prácticamente imposible. Solamente podría salir adelante si el PSOE, Ciudadanos y el PNV se avinieran a negociarla. La postura más ambigua hasta el momento es la de Albert Rivera.
Antes de la celebración de las elecciones del 20D de 2015, y durante la campaña de la siguiente cita con las urnas, el 26J de 2016, el líder de Ciudadanos por un lado reconocía que no le gustaba la idea de que gobernara la lista más votada “porque España es un sistema parlamentario y, por tanto, hay que conseguir mayorías”. Pero, por otro, advertía de que su partido no iba a entrar en ningún pacto para impedir que el partido más votado en los comicios formara Gobierno: “Votaré 'no' a quien intente formar un grupo de perdedores para desbancar a una lista que gana las elecciones, porque España va mal pero puede ir peor”, replicaba la víspera del 20D..
Tras el bloqueo institucional que se generó por segunda vez consecutiva una vez celebradas las elecciones del 26J de 2016, que imposibilitó de nuevo un pacto alternativo de izquierdas, Rivera optó por apoyar a Mariano Rajoy para que continuara gobernando.
A partir de ese momento, ha mantenido la teoría de que “no se puede buscar en los despachos acuerdos entre partidos sin ningún tipo de nexo en común para quitar a un gobierno que ha ganado dos elecciones seguidas”. “Nos guste o no, Rajoy ha ganado dos veces las elecciones”, ha sostenido.
El alcance de la reforma de la Loreg fue objeto de debate hace unos días en la Escuela de Verano que organiza Ciudadanos. Allí, Rivera refrescó su apuesta por un modelo electoral más proporcional “que represente más a los ciudadanos”, con primarias obligatorias en los partido para elegir a los candidatos.
La formación naranja propone un sistema electoral de doble lista desbloqueada para la elección uninominal y proporcional de ámbito territorial y nacional, respectivamente. Según ha explicado en diversas ocasiones el propio Rivera, el modelo que plantea su partido es muy similar al sistema electoral alemán, basado en el doble voto: uno directo para elegir una parte de la Cámara legislativa y otro proporcional para el cupo de los partidos.
Rivera cree que con esos cambios se propiciarían gobiernos de coalición como hay en otros países europeos, pero “no cachondeos de sextapartitos”, ni de “gobiernos Frankenstein”, como le gusta repetir.
Por su parte, el PNV es partidario de que se respete la lista más votada en cada institución pero siempre que ésta disponga de capacidad para gobernar “con solvencia”. Así se posicionó el presidente del partido nacionalista, Andoni Ortuzar, poco antes de la celebración de las elecciones municipales de 2015.