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La semana en la que el Gobierno de Sánchez pasó al ataque contra el PP

El presidente, Pedro Sánchez, en la tribuna del Congreso.

Irene Castro

“Las relaciones con el presidente del PP, Pablo Casado, están rotas. Consideramos que ha perdido el respeto institucional”, con ese mensaje al filo de las once de la noche Moncloa reafirmaba el portazo de Pedro Sánchez al líder de la oposición tras haberle acusado de ser “partícipe del golpe de Estado” en Catalunya. El nivel de las descalificaciones del PP había crecido exponencialmente desde la llegada de Casado a la presidencia de los populares el pasado julio y el Gobierno había mantenido una línea defensiva durante semanas. Hasta que esta vez decidió pasar al ataque. Fue antes incluso de que Casado llamase golpista al presidente del Gobierno desde el atril del Congreso.

El primer indicio de que los socialistas habían decidido subir los decibelios se produjo el martes en el Senado, la Cámara en la que el PP convirtiendo en ariete contra el Ejecutivo y otros rivales políticos aprovechando que en esas Cámara sí tiene mayoría absoluta. El presidente, que se había negado a comparecer en un Pleno monográfico sobre su tesis como le exigían los conservadores y previsiblemente tendrá que declarar por ese asunto en una comisión de investigación, sacó toda la artillería contra Ignacio Cosidó. 

Sánchez contraatacó con la tesis del portavoz del PP, que aprobó en un tribunal compuesto por profesores próximos al partido, entre ellos Cristóbal Montoro. “Pasará a la historia por retirar al comisario que investigaba el ático de Ignacio González -le reprochó a Cosidó, que fue jefe de la Policía con Jorge Fernández Díaz-. No sé si llamarlo señor Cosidó o doctor Cosidó. ¿Por qué no hace pública su tesis doctoral?”.

La alusión del presidente a la tesis se produjo cuando los socialistas ya habían pasado página del mal trago de las acusaciones de un supuesto plagio en la del propio Sánchez. El PP reaccionó con rapidez mostrando el libro que recoge el texto de Cosidó y explicando que la fecha de 1 de enero de lectura que figura en el portal público en el que se recogen los datos se debe al registro que coincide para todos los que leyeron la tesis antes de un año determinado. El departamento de prensa del PP también se encargó de imprimir el documento que acredita que sucede lo mismo en el caso de la vicepresidenta, Carmen Calvo. 

Pero no fue el único golpe que llevaba preparado el Gobierno para una sesión de control que se preveía muy áspera, como todas en la Cámara Alta. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que ejerció de Pedro Duque para responder por la sociedad patrimonial a través de la que este adquirió sus viviendas. Montero emprendió una ofensiva que sacó a relucir todos los casos similares en el anterior Gobierno del PP.

“¿Qué tiene usted que decir de Isabel García Tejerina que es propietaria de 18 pisos en Valladolid a través de una sociedad patrimonial? ¿Lo está haciendo para evadir impuestos? ¿Qué tiene que decir sobre Rafael Catalá que es dueño de una vivienda y un aparcamiento a través de una sociedad patrimonial de la que posee el 49,7% de la participación? ¿Lo hizo para evadir impuestos? O el señor Méndez de Vigo, que tiene un piso en Madrid y un vehículo y otros instrumentos financieros a través de una sociedad patrimonial”, le preguntó Montero al senador del PP. “¿Cree que tienen que venir a darnos explicaciones? ¿Acaso es ilegal tener una sociedad patrimonial? Porque si es ilegal, según el criterio del Partido Popular, tienen sociedades patrimoniales y nadie los ha acusado de que estén intentando ocultar

rentas del trabajo. Hagan lo mismo con el señor Duque“, reclamó la ministra. 

Pero el momento más tenso de esa sesión fue el enfrentamiento de José Luis Ábalos y el senador murciano Bernabé Pérez, que acusó al ministro de “transformar un viaje oficial en unas vacaciones privadas” por llevar a Perú a su familia y alargar la estancia unos días más de la agenda gubernamental. 

“Ha dicho varias mentiras y todas con insidia”, comenzó el socialista en su respuesta: “No he pasado ni un coste de alojamiento, ni un coste de un café, ni coste de manutención. Y respecto a mi familia, le pido que no se meta con ella, porque usted no sabe ni siquiera el motivo por el que fueron: ¡por un familiar al que igual no vuelven a ver!”, exclamó el ministro fuera de sí insistiendo en que la visita de los suyos no consumió un euro de dinero público.  “¡Otra vez se entera; otra vez entérese bien”, le reprochó al parlamentario, a quien emplazó a informar de los desplazamientos pagados de los conservadores. Ábalos usó un tono implacable y se llevó un fuerte y prolongado aplauso que recoge incluso el diario de sesiones. 

El vídeo de Ábalos tuvo una repercusión en las redes sociales en las que militantes socialistas aplaudieron la respuesta del ministro. Para los socialistas, el PP no ha asumido aún que está en la oposición gracias a un mecanismo democrático y constitucional que es la moción de censura y acusan a Pablo Casado de provocar la crispación y de embarrarlo todo, fundamentalmente el Senado.

En Moncloa consideran que la deriva de los conservadores les va a “destruir” de cara a las próximas elecciones andaluzas, según fuentes consultadas por eldiario.es, que prevén que la “moderación” a la que Sánchez emplazaba hasta ahora al líder del PP se imponga tras esos comicios, vistos los resultados.

“La mejor forma para reconducir es discrepar, pero con respeto, es moderar armonizar, modular”, dijo en un tono más bajo la portavoz del Ejecutivo este viernes tras el Consejo de Ministras celebrado en Sevilla: “No se puede estar en la constante crispación, el constante insulto”. Sánchez ha roto con Casado, pero los socialistas mantienen los lazos con el PP: “El Gobierno necesitará al PP y el PP necesitará al Gobierno porque necesitamos política de Estado”, asumió Celaá.

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