Doble tartazo en Londres contra la figura de cera del rey Carlos III para frenar la crisis climática

No son obras de arte tan valiosas como un Van Gogh o un Monet, pero quien las mancilla consigue llamar la atención igualmente. La figura de cera del nuevo rey Carlos III de Reino Unido en el londinense museo de Madame Tussauds ha sufrido una agresión por tartazo doble este lunes. Los agresores son dos activistas de la plataforma 'Just Stop Oil' que piden al Gobierno británico que anule concesiones y permisos para la prospección, consumo y transporte de combustibles fósiles.

Los dos activistas se han subido a la tarima donde se exponen, vestidas de gala nocturna, las figuras del rey, su mujer –la reina consorte, Camila Parker– y además, la del príncipe de Gales, Williman, y la mujer de este, Kate Middleton.

El muñeco de Carlos III ha aguantado con encomiable entereza el doble tartazo –de chocolate– tras el que los activistas, al tiempo que gritan consignas –“¡Es hora de actuar!”, se puede escuchar– se quitan sendos jerseys y muestran sus camisetas de 'Just Stop Oil'. Un empleada que contempla la acción pide que se detengan al grito de “stop!”. Después, los dos activistas se dirigen al público entre algún aplauso apagado, y alertan contra la destrucción del planeta.

La acción tiene lugar unas semanas antes de la cumbre climática de la COP 27 que se celebra en Escocia. La ONG Just Stop Oil denuncia que Carlos III ha cancelado sus planes de asistir y pronunciar un discurso, por consejo de ya ex primera ministra Liz Truss.

Las acciones en museos para llamar la atención sobre la crisis climática se suceden en los últimos días. Este domingo dos jóvenes entraron en el Museo Barberini, en la ciudad alemana de Potsdam, se han dirigido hacia el cuadro 'Les Meules', del pintor impresionista francés Claude Monet, y han arrojado sobre él una ración de puré de patatas. Acto seguido, se han puesto pegamento en las manos y han fijado sus palmas contra la pared.

La pareja, que pertenece a la organización ambientalista alemana Letzte Generation (Última Generación), ha replicado la acción que protagonizaron dos activistas británicas hace dos semanas en la National Gallery de Londres, cuando arrojaron sopa de tomate contra el cuadro Los Girasoles, del holandés Vincent Van Gogh, para protestar contra la inacción de los gobiernos para frenar el cambio climático.