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Sobre este blog

No nos gusta la palabra “discapacitado”. Preferimos retrón, que recuerda a retarded en inglés, o a “retroceder”. La elegimos para hacer énfasis en que nos importa más que nos den lo que nos deben que el nombre con el que nos llamen.

Las noticias sobre retrones no deberían hablar de enfermitos y de rampas, sino de la miseria y la reclusión. Nuria del Saz y Mariano Cuesta, dos retrones con suerte, intentaremos decir las cosas como son, con humor y vigilando los tabúes. Si quieres escribirnos: retronesyhombres@gmail.com

La metamorfosis

Fuente: wikipedia

Mariano Cuesta

Además de quejarme del sistema, me he propuesto dar herramientas para que los que no son retrones comprendan cómo nos sentimos los retrones, todo esto desde mi punto de vista, claro, que cada retrón es un mundo.

En otro artículo escribí que los libros me salvaron la vida. Hoy os voy a recomendar uno. Creo que es uno de los libros que más me marcaron en la adolescencia porque describía tremendamente bien cómo me sentía con respecto al mundo.

Franz Kafka es el autor de la obra llamada “La metamorfosis”. Fue una persona tremendamente débil, o fuerte a su manera, influenciado por su padre hasta la extenuciación, escribió varias novelas encuadradas dentro de un realismo mágico casi surrealista.

“La metamorfosis” es un libro bastante sencillo de leer, es casi un cuento, en el que Kakfa nos muestra como Gregor Samsa, protagonista de la obra y alter ego, se despierta una mañana convertido en un gran escarabajo ante la perpleja mirada de todos.

A partir de ahí siente el rechazo de su familia y amigos.

Con mis catorce años, atormentado por las circunstancias que estaba viviendo, me encontré un libro de un autor que me sonaba muchísimo. El libro en cuestión era “El proceso” también de Kafka. Pero de eso ya hablaré más adelante.

Volviendo al libro que nos ocupa, fue toda una revelación. Por primera vez en mi vida alguien ponía en palabras todo lo que estaba viviendo. Fue una liberación. Una de las cosas que me pasaban es que tendía a hacerlo todo grande en mi cabeza, daba por hecho que yo era el único que sufría, que yo era el único que me sentía así, que nadie más tendrías problemas más gordos o simplemente, problemas.

Al leer este libro se me abrió un mundo de posibilidades. Empecé a entender, no lo haría hasta mucho después, que no estaba solo, que no era el único bicho raro, que había alguien que sentía como yo.

Le recomiendo a todo el que lo lea que empatice con el personaje, que intente comprender las razones de su estado emocional y psicológico.

Los personajes principales de Kafka no son más que su alter ego. Pone sobre la mesa conceptos como la alienación, abre preguntas sobre cómo funciona esta sociedad, a dónde estamos llegando.

Es importante saber cómo se siente la otra persona y este libro te hacer probar sus zapatos. ¿Y si un día te pasara?¿Cómo te sentirías estar “al otro lado”?¿serías capaz de aguantar la situación?

Ponerse en los zapatos del otro es un ejercicio tremendo, es brutal. Hay que tener mucho valor para salir de la zona de confort, muchas veces excesivamente grande, e intentar comprender al vecino.

Siempre hago hincapié en el sistema, pero nosotros somos parte de él. Es de vital importancia que nos veamos como dentro de un grupo de iguales, porque de no ser así, estaremos perdidos.

Todos tenemos nuestras diferencias, claro, pero eso no implica que seamos mejores o peores, es cuestión de entenderlo ahora, antes de que, por causas del azar, uno se vea atrapado en su propia metamorfosis.

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No nos gusta la palabra “discapacitado”. Preferimos retrón, que recuerda a retarded en inglés, o a “retroceder”. La elegimos para hacer énfasis en que nos importa más que nos den lo que nos deben que el nombre con el que nos llamen.

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