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Entrevista

Eva Saldaña, directora de Greenpeace España: “Ante el Pacto de Estado Climático las ideologías se tienen que dejar a un lado”

Eva Saladaña, directora de Greenpeace España

Ariadna Martínez

31 de diciembre de 2025 19:59 h

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El Gobierno presentó la semana pasada el segundo borrador del Pacto de Estado Frente a la Emergencia Climática. Entre sus ejes, una red estatal de refugios climáticos frente a las olas de calor, varias medidas para prevenir los incendios, nuevas oportunidades para el medio rural o una Respuesta Nacional que aumente la resiliencia hídrica del país ante sequías e inundaciones.

Cuatro meses atrás, en medio de la oleada de incendios que acongojó al país durante el verano por su abrumadora ferocidad, Pedro Sánchez pronunció estas palabras: “Necesitamos una estrategia que anticipe una mejor respuesta [...] ante el agravamiento y la aceleración de los efectos de la emergencia climática en nuestro país. Y eso exige un gran pacto de Estado [...]”. El PP se apresuró a tachar la propuesta de “cortina de humo” y Vox de “fanatismo climático”, pero en los próximos meses tendrán que dar más explicaciones acerca de este rechazo, ya que el siguiente paso de este documento es el de ser debatido en el Congreso.

Y es que la región mediterránea es un “punto caliente” del cambio climático, en palabras del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. Es por ello que órganos como las asambleas ciudadanas climáticas llevan tiempo demandando algo así.

En su elaboración han participado entidades científicas e investigadores, organizaciones sociales, ambientales, empresariales y sindicales, así como representantes del sector agrario, pesquero, o entidades rurales y urbanas. Entre los implicados ha estado Greenpeace España. Ahora que el segundo borrador es ya una realidad, Eva Saldaña, Directora Ejecutiva de la ONG, valora la trascendencia de esta propuesta.

¿Cómo explicaría la importancia de un Pacto de Estado, teniendo en cuenta que no se trata de un documento vinculante?

Creo que su importancia es la de lograr un gran acuerdo social y político que establezca que tenemos claro que hay una crisis actual enfrente muy grande en la que la respuesta y las soluciones no pasan por las ideologías políticas. Una crisis en la que la especie humana está poniendo en jaque su supervivencia. Lograrlo implicaría que estamos todos y todas en ello, de alguna forma, participando, sintiéndonos responsables y colaborando en las soluciones.

El documento incorpora el reconocimiento al sector primario. Hasta ahora estaba muy invisibilizado 

Si desde Greenpeace tuviesen que ponerle una nota a este último borrador del Pacto, ¿qué nota le darían?

Me voy a situar en un siete. Por un lado, porque avanza de forma importante con respecto al primer borrador. Por otro, porque incorpora el reconocimiento de que la ganadería, la agricultura y la pesca son sectores que pueden transformarse, contribuir a la mitigación del cambio climático, proteger la soberanía alimentaria y lograr ser resilientes a estas crisis. El sector primario hasta ahora estaba muy invisibilizado, pero va a jugar un papel muy relevante en los próximos años. 

También hemos celebrado que incorpora áreas clave como la biodiversidad, los ecosistemas marinos y costeros, el refuerzo al conocimiento científico en todas las políticas públicas, y la parte de lucha contra la desinformación climática. Otros puntos importantes son el del Plan de Empleo Verde, además de esa gran apuesta por los refugios climáticos y el tratamiento de la salud con enfoque integral. No obstante, todavía faltan cosas, como un mayor compromiso con la mitigación. La adaptación y la mitigación son dos caras de la misma moneda.

¿En qué otros aspectos considera que hay que trabajar para que este documento no se quede tan solo en un conjunto de buenas intenciones?

En todo lo que tiene que ver con la gobernanza y con una participación ciudadana efectiva y basada en la ciencia. Creo que, aparte del reto de convencer a todo el espectro parlamentario, este aspecto es lo que puede hacer que se blinde como un pacto de Estado real, en el que la ciudadanía sea absolutamente protagonista. Y el segundo aspecto es la coherencia de políticas. Es muy importante —y empieza a verse que esa es la orientación que se le quiere dar a este Pacto— que haya coherencia entre los ministerios y a nivel nacional, regional y local. Que no sea visto como un asunto que solo es cosa del Ministerio de Transición Ecológica.

Por otro lado, creo que sería crucial que quede reflejado un apartado relacionado con gravar y eliminar ayudas a quienes contaminan para que se dediquen esos recursos a las transformaciones necesarias para mitigar y adaptarnos.

Entiendo que puede haber acuerdos más fuertes o menos fuertes, pero hay ciertas cosas que hay que blindar [...]. De lo contrario nos vamos a ver en situaciones mucho más complejas que la dana de Valencia

Cuando ve al PP y a Vox desdeñar o rechazar públicamente este Pacto, ¿qué piensa?

Pues creo que es una irresponsabilidad absoluta y también una inmoralidad, porque ya estamos en la mitad de la década que la comunidad científica marca como decisiva, y ya hemos visto muchas muertes muy cerca, como en Valencia. Hemos vivido, además, uno de los peores años en las últimas décadas de incendios, con pueblos y regiones enteras absolutamente destrozadas. 

Creo que las personas, el planeta y la democracia tienen que estar en el centro, que este pacto tiene que conseguir justo eso, y que todo lo que sean ideologías se tienen que dejar a un lado. Entiendo que puede haber acuerdos más fuertes o menos fuertes, pero hay ciertas cosas que hay que blindar por las generaciones presentes y futuras. De lo contrario nos vamos a ver en situaciones mucho más complejas que la dana de Valencia.

¿Cree que se puede conseguir la firma del PP? ¿Qué piensa que tendría que ocurrir para que así fuera?

Yo creo que el PP debería firmarlo, ya que es una responsabilidad no solo política, sino ahora también jurídica. Y creo que la ciudadanía tiene que empujar para que eso suceda, porque es una emergencia que nos toca a todos y todas. No entiende de colores políticos, de lugares de procedencia, de estatus económicos. Tienen que firmarlo: es una obligación moral con toda la ciudadanía. Si no, habrá que recurrir a los espacios de los tribunales, que estamos viendo que también están trayéndonos victorias y pasos adelante.

¿Cree que ha llegado ya el momento, o que así será de forma inminente, en el que no apoyar la causa climática podrá perjudicar seriamente a los partidos?

Yo creo que tendría que haber llegado y me gustaría poder decir que así es. Sin embargo, estamos viendo un panorama europeo y mundial que no nos dice eso, de momento. Pero estoy convencida de que esto con el tiempo se va a decantar y va a caer por su propio peso, porque nos estamos jugando mucho. Ya no solo son todas las pérdidas económicas, sino también las vidas humanas. Y creo que esto la gente lo está sintiendo en su piel con situaciones familiares muy complejas o de pueblos enteros afectados.

Queremos que el Plan de Empleo Verde asegure la reconversión justa de sectores que están en declive y que contribuya a abordar los retos demográficos en las áreas rurales

¿Cómo un Pacto como este puede impactar positivamente en la realidad cotidiana de las personas?

Este tipo de pactos, aunque de momento no estén en el sobresaliente, sí nos pueden mejorar la vida. Esto tiene que ver con tener viviendas dignas y sostenibles gracias a una climatización adecuada para el invierno y para el verano; con sostener a esos trabajadores del sector primario, que son los que nos alimentan; con una alimentación saludable, sostenible, y asequible para nuestros bolsillos; con que la energía que llegue a nuestras casas sea más barata; con nuestra salud en primer término, con el aire que respiramos.

En ese sentido, ¿podría detenerse en la propuesta del Plan de Empleo Verde Rural?

En el documento está reflejado como algo aún ambiguo. Necesitaríamos entender mucho más cuál es la propuesta que está sobre la mesa. Lo que sí que vamos a pedir y por lo que vamos a luchar es por que se garantice la perspectiva de género y que el plan consiga impulsar empleos sostenibles de calidad en áreas como son la restauración de ecosistemas, la agricultura y ganadería extensivas, la agroecología, la pesca artesanal, la bioeconomía local, la innovación social…

Yo creo que hay mucho espacio para generar empleo que, además, llegue a la gente joven y que pueda ser una bolsa de empleo para las personas que lleguen a esas zonas rurales. Queremos que asegure la reconversión justa de sectores que están en declive y que contribuya a abordar los retos demográficos en las áreas rurales, como son la despoblación, el envejecimiento de la población, las dificultades para mantener servicios públicos. 

Ha mencionado antes la importancia de que por fin se reconozca al sector primario. ¿Este Pacto tiene el potencial de contribuir a limar las asperezas entre este sector y la causa climática? ¿Se corre el riesgo, por otro lado, de que ocurra lo contrario?

Yo creo que sí, que esta es una oportunidad muy grande para ello. De hecho, en los procesos de participación y de diálogo en los que hemos podido estar —que espero que haya más, se consoliden, y vayamos a por parlamentos ciudadanos permanentes— hemos estado de la mano con los sindicatos agrarios y creo que tenemos mucho en común con lo que avanzar, y este puede ser un gran espacio de diálogo. Por eso decía que es tan importante que sea un acuerdo social y político. Tienen que estar representados todos estos sectores, porque juegan un papel fundamental y lo único que hay que hacer es apoyarles para que puedan transitar. Hay que hacer unas transiciones paulatinas en las que se valore el trabajo que hacen y puedan vivir en condiciones completamente dignas, como pedimos para el resto de la sociedad.

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