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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Los expertos prevén nuevas variantes de COVID mientras Europa pide coordinación ante los brotes en China

Algunos países empiezan a poner restricciones a los vuelos con origen o destino en China.

David Noriega

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El estallido de casos de COVID-19 en China ha puesto en alerta a las autoridades sanitarias de todo el mundo. Países como EEUU, China, Australia, India o Italia han impuesto restricciones a los viajeros procedentes del gigante asiático. Una medida a la que se ha sumado también España, que este viernes ha anunciado que exigirá un test Covid negativo o la pauta de vacunación completa a las personas procedentes de ese país, mientras la Unión Europea se reunió este jueves para trabajar en una respuesta “coordinada” y los expertos advierten del riesgo de la aparición de nuevas variantes ante la alta transmisión del virus entre una población que se expone por primera vez a la infección.

Este aumento de la transmisión en China llega después de revertir la política de COVID cero ante las protestas sociales, después de casi tres años de duras restricciones y confinamientos estrictos a la población, tanto entre personas positivas como entre contactos estrechos. A lo largo del mes de diciembre, Pekín ha ido estableciendo una nueva estrategia: menos pruebas, fin de la obligación de mostrar PCR negativas en espacios públicos o el levantamiento de las cuarentenas para los viajeros que entren al país. Esta última medida facilita en la práctica los viajes internacionales de la población nacional, que puede salir del país y volver a entrar sin ese requisito.

Pese al aumento de los contagios, la Comisión Nacional de Sanidad de China ha anunciado que reducirá el nivel de peligro de la enfermedad del A (el máximo) al B, con un control más relajado. El epidemiólogo jefe del Centro de Control de Enfermedades de China, Wu Zunyou, ha explicado que la ola de contagios ya “ha llegado a su pico” en Pekín, donde surgió este brote, y en zonas del noreste y el centro del país, según recoge Efe. Sin embargo, hay desconfianza sobre las cifras oficiales facilitadas por el gigante asiático, que ve como se saturan algunos de sus hospitales. La propia Organización Mundial de la Salud ha reclamado “más información”.

“El aumento de los casos está dentro de lo que cabe esperar”, señala la coordinadora del Grupo de Trabajo sobre Vacunación de la Sociedad Española de Epidemiología, Ángela Domínguez. El resultado es lógico: a menos restricciones, más transmisión. Pero el caso chino tiene algunas particularidades respecto a lo que ha ocurrido en Europa. “Aquí la desescalada se ha hecho de manera más paulatina. Allí estamos hablando de un país que ha mantenido una estrategia de COVID cero, con un seguimiento total de los casos. Al quitar eso, el virus circula a sus anchas. Ha sido un cambio muy drástico”, considera la experta.

Además, el gigante asiático cuenta con unas coberturas de vacunación más bajas y con unos sueros que, según la información que se maneja en occidente, son menos efectivas. Según han señalado desde la Organización Mundial de la Salud, la población de aquel país necesitaría una tercera dosis para que el fármaco sea efectivo, mientras la mayoría solo cuenta con dos pinchazos. “La OMS está apoyando a China para que centre sus esfuerzos en vacunar a las personas con mayor riesgo en todo el país”, ha insistido su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

“La inmunización natural se ha visto reducida”

A esto se suma que la población no ha estado expuesta al virus, por lo tanto tampoco cuentan con la inmunidad propia de haber superado la enfermedad. “El confinamiento minimizaba la exposición al SaRS-CoV-2, por lo que la inmunización natural se ha visto muy reducida y ahora es lógico que haya una proporción de población susceptible”, explica el microbiólogo y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), José María Eiros.

La principal preocupación por la expansión del virus en China radica en la posibilidad de que se produzcan nuevas mutaciones. “Es difícil saber cuál va a ser el alcance [del brote], pero cuanta más transmisión, más posibilidades de que se produzcan mutaciones. Es un aspecto que tenemos que considerar, por si alguna de estas mutaciones tuviera elementos que evadieran la inmunidad que tenemos, bien con la vacuna o por haber pasado la infección”, explica Domínguez. Sin embargo, llama a la tranquilidad: “La experiencia que tenemos hasta ahora es que cuando se han producido nuevas variantes, se conserva algo de inmunidad”.

La inmunóloga e investigadora del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Matilde Cañelles es menos optimista. “Hay estimaciones de que en esta ola habrá [en China] en torno a un millón de muertos”, lamenta. “Con una población tan grande, el virus se va a dividir tantas veces que es prácticamente imposible que no aparezca una nueva variante”, lo que puede provocar “mayores secuelas” en las personas que se infecten, considera. “Los datos que han salido en los últimos tres meses muestran que las secuelas que deja el virus están apareciendo más en las reinfecciones con ómicron”, advierte Cañelles.

“A nivel científico sería muy recomendable obtener información de la secuenciación de las variantes que está habiendo allí”, considera la inmunóloga del CSIC, que desconfía de la información que facilita el gigante asiático. “No van a dar abasto y no vamos a tener información fiable de las variantes”, estima.

Eiros coincide en que “lo importante sería tener datos de la secuenciación de los virus. Qué variantes tienen, si tienen algún grado de novedad o si son variantes que, siendo más transmisibles, ya han circulado en nuestro entorno”. “Las subvariantes BA.4 y BA.5 de ómicron han ido propagándose más rápido que otras, pero causan menos muertes y hospitalizaciones que sus primos mayores. En China estamos viendo justo lo contrario, los casos de mortalidad eclosionan ahora. Eso quiere decir que probablemente haya menos inmunidad natural, como vimos también cuando emergieron otras variantes”, explica.

Europa pide continuar con la secuenciación

El Health Security Committee de la Unión Europea (HSC), un grupo consultivo sobre seguridad sanitaria a nivel europeo, se ha reunido este mismo jueves para analizar la situación en China. Por el momento, los países miembros han insistido en la importancia de continuar con una vigilancia activa, incluyendo la secuenciación del virus como herramienta fundamental, según ha señalado el Ministerio de Sanidad español, que ha insistido en esa reunión en “la importancia de continuar la senda de la coordinación europea en las políticas sanitarias”.

De esa coordinación se había desmarcado unas horas antes Italia que, como Estados Unidos, India, Taiwán, Corea del Sur, Malasia, Australia y Japón, han anunciado ya nuevas restricciones para los vuelos procedentes del gigante asiático. En concreto, el Ministerio de Sanidad italiano exige una prueba negativa y secuencia todos los casos. Por el momento, las autoridades sanitarias de ese país no han encontrado nuevas variantes. Otros estudian otras medidas. Tailandia, por ejemplo, valora la posibilidad de ofrecer vacunas de manera gratuita a los turistas que entren al país. El portavoz de Exteriores chino, Wang Wenbin, ha exigido sin embargo que las medidas sean “justas y científicas” y que “garanticen la recuperación económica global y una cadena de suministros estable”.

La ministra de Ciencia, Diana Morant, aseguraba este jueves en una entrevista en Telecinco que “una de las lecciones de la pandemia es que es mejor no apresurarse y tomar medidas de manera unilateral, porque tampoco sirve de mucho cerrar un espacio aéreo cuando el resto del espacio sigue abierto”, y ha defendido que “la ciencia y la investigación nos salvan la vida”. En la misma línea, Sanidad ha recomendado a los viajeros cuyo destino o procedencia sea China que tengan la pauta de vacunación completa. Una recomendación que no difiere de la que desde el departamento que dirige Carolina Darias llevan meses haciendo extensible a toda la población, vaya a viajar o no. Este viernes, la ministra ha advertido que “sabemos la importancia de actuar con coordinación, pero también con celeridad” y ha anunciado sus propias medidas.

“Lo importante es que cada cual asuma su propia responsabilidad de protegerse. Las personas que tengan síntomas deberían quedarse en casa o utilizar mascarilla y las personas vulnerables, que se protejan. Esto es más importante que adoptar estas medidas que han asumido algunos países [como restricciones en los aeropuertos], que también pueden contribuir, pero que tienen aspectos colaterales al limitar la movilidad de las personas. Si no tuviéramos nada más, diríamos que hay que hacerlo, pero a día de hoy la vacunación es una buena técnica y tenemos que reforzar las medidas de protección”, considera Domínguez.

Sanidad ha convocado para este viernes una reunión de la Ponencia de Alertas de Salud Pública y Planes de Preparación y Respuesta para trasladar a las comunidades autónomas, y las sociedades científicas, la información disponibles y las conclusiones del HSC de este jueves.

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