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Madrid y Murcia suspenden en el último momento las prácticas clínicas a miles de estudiantes de Medicina y Enfermería

Estudiantes de Medicina arriman el hombro en la retaguardia

Daniel Sánchez Caballero

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Emma Cañadas Lahoz recibió un email de su universidad el 31 de agosto, ya casi a la hora de cenar. En él, el decanato de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, en la que cursa su último año, le informaba de que la Comunidad de Madrid había suspendido repentinamente y sin fecha de regreso las prácticas de estudiantes en hospitales en toda la región. A una semana exacta de empezar, cuando contaba los días para recuperar una cierta normalidad y volver a su rutina, Cañadas se quedó (de momento) sin curso universitario.

Como ella, unos cuantos miles de estudiantes de grados de Ciencias de la Salud de Madrid y Murcia se han quedado sin prácticas clínicas hasta nueva orden. Estas dos comunidades autónomas son las únicas dos que actualmente han suspendido sus programas, según explican desde el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), aunque no descartan que otras vayan detrás. Por ejemplo, en Extremadura se ha retrasado el inicio de curso, pero de momento no se habla de suspensión. La Generalitat valenciana ha reducido algunas de 3º y 4º para garantizar las de 5º y 6º, explica su presidente, Antonio Pujol de Castro. Este estudiante de 6º no entiende nada. “Han tenido seis meses para prepararse, podían haber tomado medidas”, explica, “sobre todo porque han hecho uso de nosotros [los estudiantes] para contratarnos como auxilio sanitario [durante lo peor de la pandemia], médico y enfermero. No tiene sentido que se nos aparte ahora”.

Sentido o no, es una realidad. El estudiantado de Medicina, Enfermería, Psicología, Ingeniería Biomédica, Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, Nutrición y Dietética, Terapia Ocupacional y Odontología no va a pisar un hospital mientras se resuelve la cuestión en estas dos regiones. La suspensión es un trastorno para todos, explica Pujol de Castro, aunque afectará más a unos que otros por los diferentes planes de las distintas Facultades: en 6º de Medicina de la UAM todo el último curso son prácticas en el hospital (Trabajo de Fin de Grado aparte); en la Complutense también hay materias teóricas.

Los afectados se cuentan por miles. Solo en Madrid hay 1.455 estudiantes de sexto curso que se van a ver ya afectados. Si se suman los de 3º, 4º y 5º la cifra alcanza los 5.827, según el CEEM. En Murcia hay 290 en 6º y un total de 1.169 incluyendo los cuatro cursos anteriores.

La respuesta oficial de los dos Gobiernos regionales es similar, aunque los estudiantes y decanos de las facultades, en contacto directo con los responsables, matizan que hay diferencias entre uno y otro. Así, desde la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, responsable de la decisión, explican que el 30 de agosto analizaron la situación epidemiológica y constataron “la elevada transmisión del virus con mayor incidencia en determinadas zonas de salud, por lo que la Dirección General de Salud Publica aconseja retrasar la incorporación del inicio de las prácticas presenciales en los centros sanitarios de la Comunidad”. Esta medida viene acompañada, explican fuentes de la Consejería, del compromiso de buscar la manera de que los estudiantes puedan realizar sus prácticas. Los estudiantes afirman que el Gobierno regional maneja un plazo de dos semanas. Se sabrá pronto si la estimación es válida.

En Murcia, pese a que la respuesta es similar, hay menos visos de vuelta, cuentan las fuentes universitarias. “Dado el incremento de casos en las Áreas de Salud de la Región, y ante la previsión de que la incidencia de infección aumente y con el fin de garantizar la seguridad y la salud de los profesionales (...) el Servicio Murciano de salud ordenó la semana pasada la suspensión de las actividades formativas y las prácticas que realizan los estudiantes de cualquier Institución en todos los Hospitales y Centros de Salud”, reza la explicación oficial. “Esta medida se mantendrá mientras el nivel de alerta así lo aconseje”. Sin embargo, en este caso los afectados, en contacto con la Consejería, creen que hay riesgo de que la suspensión sea para todo el curso.

“Incertidumbre, miedo y enfado”

“Estamos preocupados”, asegura Alicia Andújar, presidenta de la Asociación Estatal de Estudiantes de Enfermería (AEEE). “En Enfermería las prácticas son un pilar fundamental, y afrontamos un problema añadido: con la pandemia, en marzo ya se suspendieron las prácticas y solo se ofreció recuperarlas a las estudiantes de último año, las que iban a salir al mercado laboral. Así que tenemos estudiantes de otros cursos que no han recuperado las prácticas del año pasado, y ahora esto. No se puede consentir que falte un año y medio de prácticas en una carrera como Enfermería, son insustituibles. A pinchar se enseña pinchando, hay que tratar a los pacientes en vivo”, lamenta.

Como sus compañeros de Medicina, Andújar habla de “incertidumbre, miedo y enfado”. “Ha habido mucho tiempo [para buscar una solución] y nos lo dicen el día anterior”, lamenta.

El Foro de la Profesión Médica comparte la preocupación de los estudiantes. “Estas prácticas son un elemento formativo esencial del que ya hubo que prescindir parcialmente el curso pasado”, recuerda el Foro en una nota. Y propone: “Los estudiantes de Medicina pueden recibir la formación necesaria para realizar sus prácticas en los circuitos libres de COVID–19 en los centros sanitarios e, incluso, si la situación lo requiere, colaborar en las labores de apoyo sanitario que se les asignara (como de hecho ocurrió en la fase más aguda de la pandemia)”, recuerdan.

Más aún, añade la futura enfermera Andújar, “convivimos con enfermedades mucho peores que el coronavirus. Nos enseñan a tratar con la meningitis, el ébola... Sin problema. Te pones el EPI (equipo de protección individual), conoces las medidas de seguridad, y tratas al paciente. Este virus no va a desaparecer en seis meses, tenemos que formarnos con él”, reflexiona. Pese a todo, se muestra optimista. “Creo que se va a resolver”, aventura, pero no quiere ni pensar que la suspensión pasase a ser definitiva. “¿Qué hacemos si toda una generación de enfermeras no se incorpora al mercado? Tenemos –aquí habla de Madrid– un gran déficit de enfermeras, la ratio paciente/enfermera es pésima respecto a Europa”, cierra. Madrid tiene 670 enfermeras por cada 100.000 habitantes, cuando la media europea es de 852, según un informe del Consejo General de Enfermería.

En el peor escenario, las consecuencias podrían alargarse varios años si la suspensión de las prácticas se extiende. Varias de las carreras de Ciencias de la Salud tienen sistemas de especialización similares al MIR (Médico Interno Residente). El MIR, explica Cañadas, suele realizarse a principios del año siguiente al de la graduación. Obvio que sin graduación no hay MIR, pero un retraso de unos meses también podría echar al traste las opciones de los afectados, que no podrán prepararse adecuadamente el examen.

Lo que más molesta a los estudiantes es que la decisión se haya tomado de forma unilateral y que les hayan avisado en el último momento. “Nos resulta también curioso que en marzo los de último curso fuéramos indispensables al estado [en algunas comunidades autónomas se tiró de ellos cuando los hospitales se saturaron] y se nos pidiera ayuda. Pero ahora molestamos”, cierra Andújar.

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