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Así sabe Google Maps si hay atascos y a qué hora llegaremos al destino

A la izquierda, Maps calculando el estado del tráfico. A la derecha, las distintas opciones de ruta y los radares

David Sarabia

Google Maps tenía en abril del año pasado 154 millones de usuarios solo en los EEUU. Es difícil encontrar datos mucho más actualizados de la app, pero no es descabellado pensar que se trate del navegador más usado en el mundo por delante de Waze (también de Google) y Apple Maps. Viene preinstalado en la mayoría de teléfonos móviles y su interfaz es sencilla; los tiempos que ofrece son certeros y además, avisa de los radares fijos (y algunos móviles) que el conductor se encuentre por la carretera o incluso de accidentes.

Desde su lanzamiento en 2005, la popularización de Google Maps ha ido ligada de forma innegable al desarrollo de los teléfonos móviles. Lo que en un principio sirvió como callejero para encontrar localizaciones y servicios en el teléfono, pronto se convirtió en un navegador para el coche (o la bici, o para ir andando) y después, a modo de CityMapper, en una app que incorporaba también la red de transportes de una ciudad para calcular el tiempo de un sitio a otro.

Los datos con los que Maps ofrece información a los conductores provienen “de una variedad de fuentes de datos oficiales y comerciales”, según un portavoz de la compañía. A esto también hay que añadirle las “contribuciones de usuarios y referencias de imágenes”, así como los “resultados de búsqueda de nuestra web, datos aportados directamente por dueños de negocios y fuentes terceras”. Con todo esto, Google Maps hace la media y calcula casi de forma perfecta a qué hora llegaremos a nuestro destino, cuántas estaciones de servicio (y cuáles) pasaremos, el estado del tráfico e incluso el de la carretera.

Pero tras casi quince años usando el servicio sin parar, aún hoy surge una pregunta en la cabeza de casi todos los conductores que van a realizar un trayecto por carretera: “¿Cómo es posible que Maps sepa a qué hora voy a llegar?”. Y cuando llegan: “¿Cómo es posible que haya acertado tanto?”. La app de Google es tan buena calculando por la sencilla razón de que es la que más datos sobre tráfico, meteorología, autopistas, carreteras, peajes y límites de velocidad recopila. Solo así es capaz de ofrecer un grado de precisión mayor que el de los viejos GPSs u otras apps similares.

Para Google, el viaje lo hace tu móvil, no el coche

El móvil del usuario, al tener activa la geolocalización de Google, se convierte en una baliza de señalización que informa constantemente a la compañía de en qué punto del mapa se encuentra. Un portavoz de Google confirma este extremo a eldiario.es: “Tu teléfono manda bits de datos anónimos sobre tu ubicación a Google”. Esos paquetes de información se combinan después con los del resto de conductores para así “reconocer los patrones de tráfico”, según la multinacional.

Si Maps casi nunca se equivoca al anunciar la hora a la que llegaremos a nuestro destino es porque sabe cómo está la carretera. Es como un coche escoba que circule constantemente por las autovías de medio mundo y provea de información a los vehículos que van detrás. 'El informante' son las señales que envía nuestro teléfono al satélite de Google, por las que Maps “puede detectar cuando varios coches se están moviendo despacio en la misma calle y avisarte de que hay mucho tráfico”, continúan desde la compañía.

Pero esa información sobre la ubicación en la que nos encontramos no es la única que utiliza Google para calcular la hora de llegada a un destino. La compañía también admite tomar “una gran cantidad de factores en cuenta”, como son “el tamaño de la carretera (si es una autopista o una comarcal, por ejemplo), cómo de directa es la ruta y el tiempo de viaje estimado”, explican. Por eso la hora de llegada al lugar al que vamos siempre es correcta: Maps tiene la capacidad de recalcular la ruta en base a los factores anteriores para ofrecer el resultado idóneo.

Google explica que “los límites de velocidad que se muestran en la app son sólo de carácter informativo”, por lo que “los usuarios deben asegurarse de confirmar los límites de velocidad de cada tramo de su viaje con las señales reglamentarias”. En España esta opción no está disponible, pero Maps también es capaz de saber a qué velocidad máxima se puede ir por las carreteras de otros países y notificárselo al usuario.

Por tanto, en una autopista sin atascos, Google Maps no calcula cuánto tardarás en llegar si vas a 120 kilómetros por hora; calcula lo que tardarás en llegar tomando como referencia la velocidad a la que van los coches que han pasado justo antes que tú.

Radares, Maps y la DGT

Desde hace poco, Google Maps también informa sobre los radares fijos que se encuentran por carretera. Aunque es una información pública disponible en la web de la DGT, la medida causó cierta polémica. “La seguridad fue una prioridad al momento de desarrollar esta funcionalidad”, explica la multinacional. “Hemos notado que cuando los conductores saben que hay un radar cerca, conducen con más cautela”, continúan.

La opción también permite a los conductores enviar información a la compañía sobre dónde se encuentran los radares (tantos fijos como móviles) o si ha habido un accidente. Jorge Ordás, subdirector general de movilidad y tecnología de la Dirección General de Tráfico (DGT), tranquiliza: “El hecho de que se sepa dónde están los radares fijos, de los cuales además ponemos carteles para avisar, no hay ahí ningún inconveniente”, explica a este medio.

Ordás considera que las apps como Maps que informan sobre la ubicación de los radares “son muy buenas porque dan una información muy importante que además es información que nosotros les damos a ellas”. Solo hay un caso en el que el subdirector de la DGT no ve con tan buenos ojos esta tecnología: cuando avisan de controles policiales en marcha, información que muchos usuarios comparten en foros o a través de otras aplicaciones. “Esto puede hacer que determinados operativos policiales no lleguen a buen puerto o no cumplan con sus objetivos precisamente porque se ha divulgado esta información”, concluye Ordás.

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