Un experto en redes alerta del riesgo de Podemos por inexperiencia política

El filósofo argentino Alejandro Piscitelli, experto en nuevos medios en la Universidad de Buenos Aires, advierte de que la experiencia de Podemos, pese al uso “astuto” que ha hecho de las redes sociales, es solo universitaria y eso puede suponer un riesgo a la hora de “lidiar” con la realidad política.

Así lo señala Piscitelli en declaraciones a EFE con motivo de su participación en la mesa redonda sobre “nuevas formas de identidad colectiva en la era de la cultura remix”, que ha abierto hoy en Gandia (Valencia) la quinta edición del congreso internacional sobre redes sociales Comunica2, organizado por la Universidad Politécnica de Valencia en colaboración con la Fundación de Español Urgente (Fundéu BBVA) de la Agencia EFE.

Las redes sociales, a su juicio, “pueden ampliar la protesta pero no logran avanzar en la institucionalización” ni generan alternativas políticas.

Sobre el caso concreto de Podemos, el filósofo considera que sus impulsores han sabido hacer un uso “astuto” de las redes sociales, pero que su éxito “tiene más que ver con el descrédito de los partidos tradicionales”.

En su opinión, “nada garantiza que Podemos pueda realmente estructurar una alternativa porque sus líderes son universitarios y la universidad está totalmente fuera de la realidad”, y sostiene que “hay grandes dudas sobre su capacidad organizativa, de movilización y de institucionalización”.

Para Piscitelli, los miembros de esta organización política “no tienen experiencia en lidiar con la complejidad, ni capacidad de negociación”, afirma que “uno no salta de la política universitaria a la global sino al revés”, y señala que el mejor ejemplo “es lo que está pasando en Grecia”.

Junto a Piscitelli, en la mesa redonda han intervenido también el socio y presidente de la consultora especializada en la transformación digital de los negocios RocaSalvatella, Genís Roca, y el profesor de Comunicación de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona Carlos Scolari.

Los ponentes han defendido la creación colaborativa y la economía del “procomún”, basada en un modelo de producción que, en el ámbito cultural, permite a la audiencia modificar las obras, un modelo que se opone al cerrado, que es el que generalmente se “monetiza”, según los expertos.

Según Scolari, el modelo Gutenberg ha desaparecido gracias a Internet y ha nacido la cultural del “remix”, en la que el autor no crea de forma solitaria, sino que invita a participar a los demás, a hacer versiones, añadir y quitar elementos, un proceso que según ha apuntado Genís Roca hay autores que entienden como una segunda vida para su obra, y quienes lo viven como un atentado.

Para Piscitelli, vivimos además un momento de transición cultural, en el que el soporte del libro ha perdido hegemonía y se reinventa, las audiencias se fragmentan y se multiplican las posibilidades de disentir.

En la primera jornada del congreso también ha intervenido la periodista Carmela Ríos, premio Ortega y Gasset de Periodismo Digital en 2011 por la cobertura que hizo en la red social Twitter del movimiento del 15M.

Para Ríos, las redes han “revolucionado” la forma en la que los periodistas se relacionaban con la gente, por el “feedback” que propician y por la inmediatez de respuesta.

Defiende, en una conversación con EFE, que la estrategia principal de los medios tradicionales tiene que ser “sacar músculo” de lo que saben hacer bien, e “ir un poco más allá y usar una buena estrategia en las redes sociales para promocionar contenidos” y pensar en formatos para su distribución en estos nuevos medios.

El secreto, añade, está en la “gimnasia narrativa”: hacer una reflexión ante cada noticia para buscar la mejor forma de contarlo y el mejor soporte, y pensar en “transversal”.

La periodista recuerda que el teléfono móvil es ya en España el primer medio de acceso a Internet, y defiende que ello obliga a los medios de comunicación y a los periodistas a responder a esta demanda mediante nuevas fórmulas narrativas y complementarias al periodismo tradicional, que según matiza “no va a desaparecer”.