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The Guardian en español

El papel de EEUU en Siria alarma a Turquía y puede mermar la posibilidad de un acuerdo de paz

Miembros del Ejército Libre Sirio circulan junto a tropas turcas en la ciudad sitia de Azez, en la zona siria de Afrín (Siria), cerca de la frontera con Turquía este 19 de enero de 2018.

Kareem Shaheen

Estambul —

Unos 1.500 delegados viajaban a la ciudad rusa de Sochi para asistir a una conferencia anunciada como el primer paso hacia las negociaciones de paz de Siria, pero una importante potencia involucrada estaba ausente: Estados Unidos.

La negociaciones de paz de Sochi, promovidas por Rusia, Turquía e Irán, fracasaron y el inextricable conflicto en Siria volvió a recrudecerse. Pocos miembros de la oposición siria tienen la sensación de que ellos o el régimen de Bashar al-Ásad tienen algún poder de decisión sobre lo que sucederá en su país.

Pero incluso mientras esas tres potencias, con tropas sobre el terreno, piensan cuál será su próxima acción, Estados Unidos ha ido fortaleciendo silenciosamente su presencia en el norte y el este de Siria, aumentando su fuerza militar gracias a su colaboración con los kurdos y los árabes y haciendo un ejercicio de reconstrucción en las zonas liberadas de ISIS.

Se han hecho con una franja de territorio al este del Éufrates y al sur hacia la frontera con Irak, igual que han hecho las otras potencias regionales. Turquía y sus aliados ahora controlan el norte de Alepo, mientras que Rusia e Irán luchan por ganar influencia en la región central de Siria y en la zona cercana a la frontera con Israel.

Pero si bien la presencia de Estados Unidos ha tranquilizado a aliados como Arabia Saudita e Israel, que ve con buenos ojos una presencia a largo plazo en la zona, también preocupa a Turquía, que teme que la confianza de Estados Unidos en las milicias kurdas para llevar a cabo acciones militares acabe socavando la seguridad de las fronteras turcas.

También se corre el riesgo de solidificar las divisiones en Siria, generando una franja fuera del control de cualquier futuro gobierno sirio y bajo el paraguas de la seguridad estadounidense, alejando más que nunca la posibilidad de un acuerdo de paz y la unión de toda Siria.

“Las líneas generales para un acuerdo están claras”, explica una fuente siria que trabaja con las fuerzas estadounidenses en la provincia de Raqqa, la que fue en un momento la capital de ISIS en Siria.

“Una solución política en Siria sería un acuerdo entre las potencias, en el que Estados Unidos se pusiera de acuerdo con Rusia,Turquía e Irán y los países del Golfo que siguen teniendo influencia en varias regiones”, señala la misma fuente. “Una vez se dividan el pastel, podrán llegar a una solución política para el conflicto sirio”, añade.

Rex Tillerson, Secretario de Estado de Estados Unidos, dio las pautas generales de la estrategia de Washington durante un discurso pronunciado en California el mes pasado. Tillerson señaló que la presencia de Estados Unidos haría de contrapeso a la influencia de Irán, que seguirían luchando contra lo que quede de ISIS, que “estabilizarían” zonas liberadas del grupo islamista y que apoyarían a las administraciones locales. Dio a entender que la presencia de su país se piensa a largo plazo, para evitar los errores que Estados Unidos cometió en Irak e impedir un resurgimiento de ISIS.

Turquía responde a EEUU

Recientemente, el Pentágono hizo público su presupuesto para el 2019 en el que prevé la presencia militar de unos 6.000 soldados estadounidenses como parte de la coalición contra ISIS en Irak y Siria. En Irak, Washington está reduciendo su presencia de cara a las elecciones parlamentarias que se realizarán en mayo de este año.

Para llevar a cabo estos objetivos, Estados Unidos se ha aliado en el terreno con las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF, por sus siglas en inglés), una alianza liderada por las milicias kurdas, lideradas a su vez por las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo). Esta alianza ha enfurecido a Turquía, que considera que las YPG son el ala siria del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (el PKK, por sus siglas en kurdo), una organización considerada grupo terrorista que lleva décadas luchando contra el estado turco.

Ankara cree que las YPG están aprovechando la seguridad de estar bajo el paraguas de Estados Unidos para hacerse con una zona autónoma o un Estado independiente sobre la frontera turca. También está preocupada por que Estados Unidos mantenga esta alianza cuando Washington quiera reconstruir y estabilizar las regiones de Siria que controlan las YPG e impedir la creciente influencia de Irán en Oriente Medio.

“Para muchos funcionarios estadounidenses, y para algunos países del Golfo, la cuestión principal en Oriente Medio es detener a Irán, a cualquier precio”, explica una destacada fuente de Turquía. “Esta obsesión con Irán los lleva a este tipo de estrategias. El territorio sirio se está convirtiendo en el escenario de esta guerra por delegación”.

Pero Estados Unidos sigue colaborando con las SDF, reconstruyendo puentes, limpiando minas y reparando infraestructura, a la vez que coloca a funcionarios kurdos en puestos administrativos claves. También continúa brindando apoyo político y militar a la alianza.

“La cooperación de las SDF con la coalición liderada por Estados Unidos en el norte es conocida”, señala Sepan Hamo, comandante de las YPG. “Es un punto de partida en la lucha contra el Daesh [ISIS], que comenzó en Kobani y continuó en Deir ez-Zor.

“También hay vínculos con las administraciones políticas, hay coordinación y trabajo conjunto en la reconstrucción y esfuerzos de gestión. Nosotros no tenemos ambiciones ni problemas con la población de esas zonas”, asegura Hamo.

Esa cooperación sigue alarmando a Turquía, que el mes pasado lanzó una operación en el enclave kurdo de Afrin contra las YPG y amenazó después con atacar Manbij. El impulso llegó tras el anuncio de que Estados Unidos armaría una fuerza de 30.000 hombres para patrullar las fronteras sirias contra ISIS.

Mientras Estados Unidos establece su presencia en otro conflicto en Oriente Medio, va convirtiéndose a la vez en parte del problema y de la solución de una Siria partida por las luchas de poder.

“Cuando ves este tipo de luchas entre diferentes potencias que se disputan territorios sirios, queda claro que la guerra en Siria continuará durante años”, sentencia la fuente turca.

Traducido por Lucía Balducci

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