La dieta de la cafetería: comida basura humana para enfermar a los ratones en el laboratorio

dieta de la cafetería

Darío Pescador

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¿Sabes lo que es la dieta de la cafetería? Aunque no lo creas, es un término científico. En los artículos en inglés se la conoce por la abreviatura CAF (Cafeteria Diet), y consiste en alimentar a animales, normalmente ratas de laboratorio, con comida ultraprocesada humana.

El investigador Anthony Sclafani estaba estudiando la obesidad en ratones, pero tenía un problema. Aunque les daba una basada en pienso hecho con mantequilla y azúcar y les dejaba comer todo lo que quisieran, los ratones se saciaban y se resistían a ganar más peso. Entonces se dio cuenta de que algunos ratones se habían aficionado a los cereales de desayuno de uno de los técnicos, y se le encendió la bombilla. Empezó a dar a los ratones comida humana, y lo llamó la “dieta de la cafetería”. Con esta dieta, los ratones no podían parar de comer, y se volvieron obesos en un tiempo récord

Esta dieta no es fija, porque los investigadores utilizan diferentes tipos de comida basura, que minuciosamente listan en sus estudios, pero es muy reconocible. Entre otras cosas han usado chocolatinas, mantequilla de cacahuete, patatas fritas, Coca Cola, muffins, distintos tipos de cereales de desayuno con azúcar, oreos, bocadillos de queso, galletas saladas y donuts.

Una posible explicación de sus efectos es que esta dieta resultaba más atractiva, supuestamente, por la variedad de sabores, colores y texturas, que el pienso no tenía. Lo mismo se puede decir de los humanos. En el libro “Sal, azúcar y grasa”, de Michael Moss, el autor explica cómo las compañías que fabrican golosinas y aperitivos salados tienen laboratorios destinados a maximizar el placer de cada bocado teniendo en cuenta no solo los ingredientes y el sabor, sino el color, la dureza, el crujido, la sensación en la boca, el aroma y multitud de factores que inducen a la persona a no parar hasta terminarse la bolsa. 

Pero la dieta de la cafetería no solo induce obesidad en las ratas de laboratorio mucho más rápidamente sino que también tiene otros efectos negativos: provoca síndrome metabólico, con intolerancia a la glucosa e inflamación crónica, síntomas diabéticos graves, inflamación del hígado y otras alteraciones metabólicas en estos animales. Recientemente se ha publicado una revisión de estos estudios. Este es un breve resumen de cómo la comida humana afecta a las ratas de laboratorio:

  • Evita la correcta regulación del apetito: la sensación de saciedad es compleja en los mamíferos, y no solo depende de la cantidad de comida. La saciedad sensorial específica es la que se da cuando comemos mucho de una sola cosa, y nos “cansamos” de comer lo mismo. Al dar a las ratas la dieta CAF, este tipo de saciedad dejaba de funcionar
  • Induce a comer más: una consecuencia directa de lo anterior es que, si nuestro cerebro no recibe la señal de que estamos comiendo demasiado, seguiremos comiendo, algo llamado hiperfagia. Se ha podido comprobar que las ratas alimentadas con la dieta de la cafetería consumen hasta un 25% más de comida en peso, equivalente a un 58% más de calorías
  • Causa síndrome metabólico: este es el término médico que designa una combinación de diabetes, presión arterial alta y obesidad. Esta combinación aumenta desproporcionadamente el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Las ratas alimentadas con la dieta CAF desarrollaban todos estas dolencias. Lo interesante es que al volver a alimentarlas con pienso normal durante un mes, los síntomas desaparecieron.
  • Disminuye la memoria de trabajo: tanto en la rata como en las personas, el hipocampo es la parte del cerebro donde reside la memoria a corto plazo, la que nos permite funcionar a diario. En las ratas, la dieta de la cafetería hacía que pruebas como salir de un laberinto o asociar objetos con comida les resultaran más difíciles, lo que a su vez está relacionado con inflamación en el hipocampo. 
  • Afecta a las hormonas masculinas: las ratas obesas por haber tomado la dieta de la cafetería dieron a luz a crías macho con alteraciones en la testosterona y otras hormonas, lo que a su vez afectaba a su capacidad para aparearse y reproducirse.  
  • Aumenta la frecuencia de las comidas: además de hacer que las ratas comieran más cantidad, la dieta de la cafetería también las inducía a comer constantemente, lo que en los humanos equivaldría a “picar entre horas”, algo que se considera un riesgo añadido para la obesidad.
  • Altera la microbiota: se sabe que la comida altera la composición de las poblaciones de bacterias del intestino, y eso a su vez altera el metabolismo e incluso el comportamiento. En el caso de las ratas que comían la dieta de la cafetería, disminuyó la diversidad de las bacterias intestinales e hizo aumentar las poblaciones de bacterias asociadas a la obesidad y la inflamación.  
  • Produce un alivio (temporal) del estrés y la ansiedad: en laboratorio se induce estrés y ansiedad en las ratas poniéndolas por ejemplo, en un laberinto con secciones elevadas y sin paredes, ya que no les gusta estar en espacios abiertos. Las ratas que tomaban comida basura humana reuducían sus niveles de corticoides, las hormonas del estrés. Algo que también se ha visto en las personas que combaten el estrés y la ansiedad comiendo. 
  • Hace la leche materna menos nutritiva: otro experimento ha comprobado que al alimentar con la dieta CAF a ratas preñadas, aunque sea durante poco tiempo, la leche que producen contiene menos proteínas, lo cual afecta al desarrollo de las crías y las hace más vulnerables a padecer enfermedades metabólicas. 

Para aquellas personas que siguen pensando que la composición de la comida no importa, y que el secreto para adelgazar es la fuerza de voluntad, hay otro estudio fundamental, y esta vez con personas. Los investigadores compararon dos grupos que podían comer todo lo que quisieran. Uno recibía comida casera, y el otro, comida basura. Los participantes que recibían la dieta ultraprocesada comían unas 500 kcal de más al día, a pesar de que ambas dietas contenían las mismas cantidades de nutrientes, demostrando que la comida industrial induce a consumir más cantidad. En realidad, esa es su función principal.

* Darío Pescador es editor y director de la revista Quo y autor del libro Tu mejor yo publicado por Oberon.

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