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VÍDEO | Cuando la poesía es el canal emocional de la infancia, la muerte y el idioma

Rodolfo Häsler en el set de eldiarioclm.es en el Festival Voix Vives

Alicia Avilés Pozo

¿La lengua sirve a la poesía o la poesía sirve a la lengua? ¿Están en consonancia los poetas españoles con el tipo de poesía que se hace en otros países? ¿Cómo influye el paisaje y el arraigo en el lenguaje poético? Estas y otras preguntas son algunas de las reflexiones que los poetas Rodolfo Häsler y Pedro Provencio han compartido con eldiario.es de Castilla-La Mancha (eldiarioclm.es). Son dos de los autores participantes en la quinta edición del Festival Internacional de Poesía Voix Vives de Toledo, que hoy ha vuelto a abrir sus patios, calles y espacios a esta fiesta de la palabra. Ambos poetas han participado en nuestro streaming a través de Facebook Live, donde también han recitado algunos de sus poemas.

En primer lugar, Rodolfo Häsler, poeta de origen cubano pero que ha vivido en España desde muy pequeño, dedica sus primeras palabras a elogiar este tipo de certámenes internacionales, de los que es asiduo: “Son oportunidades estupendas para conocer a otros poetas, escucharles e intercambiar libros”. Lo manifiesta un escritor acostumbrado a viajar para dar a conocer su obra, entre la que se encuentran poemarios como ‘De la belleza del puro pensamiento’, ‘Cabeza de ébano’ o ‘Diario de la urraca’.

Häsler llegó de Cuba a Barcelona cuando tenía tan solo 10 años. Eso marcó su vida y hasta su vocación. “Al llegar a la escuela me di cuenta de lo que era el lenguaje. Mi padre era pintor y yo pintaba mucho en mi casa, por lo que mis padres pensaban que yo iba a ser pintor. Sin embargo, al llegar a España, descubrí los nuevos giros de la lengua y puede ser que Barcelona me hiciera poeta porque años más tarde empecé  a escribir”.

Pero para el autor, su llegada a Barcelona no significó cortar con sus raíces cubanas. Toda su infancia se quedó allí, “y eso es algo que me sigue nutriendo”. Después ha regresado a Cuba en varias ocasiones y ha descubierto que mantiene una relación “sentimental y emocional muy fuerte a través de los recuerdos”. “Mi vida es esta ahora, en España, y sé que existe una especie de brecha, pero Cuba supone ese espacio mágico del recuerdo infantil”, afirma.

Tampoco es que las fronteras o la nacionalidad sean elementos determinantes para Häsler. Preguntado por si España está o no en consonancia con el resto de los países europeos en cuanto al tipo de poesía que publica, se muestra más interesado por los poetas “independientemente de su lugar de origen”. Opina que no hay características específicas de la poesía por el lugar de nacimiento: “te puede marcar un lugar y la cultura en la que te formas, pero no hay algo específico de cada país”. Por ejemplo, cuando hablamos de la poesía del Mediterráneo, que abandera el Festival Voix Vives, destaca la tradición que viene desde la antigua Grecia, hasta toda la poesía árabe y judía, pero tampoco en ese caso quiere categorizar. “Puede haber una sensibilidad común, porque es muy diferente la forma de vida, pero más allá de ahí, el estilo lo determina uno mismo”.

Una infancia “devorada por los lobos”

Extraemos de ‘Tratado de licantropía’ el verso “la infancia acaba devorada por los lobos”. Lo escribió con posterioridad a su primer viaje de regreso a Cuba después de su infancia. Ahí marca el reencuentro con una patria que ha cambiado, con una “infancia detenida”. “Recuperé ese espacio pero a la vez transformado. Es un desarraigo pero que se acaba transformando en algo positivo, porque es una apertura que te permite asimilar algo sin tener que dejar nada”, afirma.

Por eso, su alegato al margen de las fronteras defiende también esos lazos culturales que se crean entre países al margen de sus políticos, sobre todo entre los de habla hispana. “La poesía en lengua española es toda hermana. Aunque internet lo facilite, es complicado conocerla por la falta de publicaciones y son estos viajes, estos festivales los que ayudan a informarse y conocer unas de las poesías más interesantes del mundo”.

De la lengua española es un experto el poeta murciano Pedro Provencio. Coincide con Rodolfo Häsler en esa oportunidad de este certamen toledano unir “lenguas y poetas”. Por otra parte, su experiencia como profesor de Lengua Española y Literatura nos obliga a preguntarle si la poesía puede enseñarse. Y no. Él ha llevado a cabo talleres donde se habla sobre ello porque ahí está el objetivo: “No puede enseñarse, pero sí puede mostrarse, hablar de ella y sirve para que algunas personas puedan desarrollar ideas que hasta entonces han mantenido en secreto, para ponerlas en común”. Y lo que propugna por encima de todo es que la lengua es “fundamental para los poetas”. Algo indivisible, su núcleo duro, su esencia.

No afirma este autor que con ello haya que cerrar la lengua a los estrechos márgenes del academicismo. Si le preguntamos por el estado actual del español, responde que “a la lengua no le pasa nada, solo sigue su evolución”. “Sí que se la ha maltratado, pero tiene un metabolismo maravilloso, complejo e implacable, no se está nunca quieta, es totalmente dinámica, pero no hay ningún problema con ella. Hay 20 países en Latinoamérica que la hablan con unas distinciones maravillosas, exquisitas y fascinantes. Podemos cometer errores al hablar y al escribir, pero a la lengua eso le da igual porque, como fenómeno, seguirá evolucionando y tenemos que amarla tal y como hoy la conocemos”.

Entre los ensayos de Provencio se encuentra ‘Buenas noticias para el lector de la poesía’, buenas nuevas que asegura que siguen vigentes y lo estarán siempre y cuando haya lectores y personas que se acerquen a la expresión poética. Así, destaca, lo están demostrando los jóvenes poetas contemporáneos. “Lo malo es que el lector no siempre se acerca, hay que acercarle a la poesía e incluso detenerlo por la calle para que la lea”, remarca entre risas, pero está convencido de que “si quiere adentrarse, es mavarilloso”. Además es algo que “no solo lo estamos viendo  en España sino en Latinoamérica; tenemos la suerte de movernos en un ámbito de casi 500 millones de hispanos”.  

Sin embargo, hablar de esa poesía joven no es hablar de corrientes. “No pertenecen a la misma forma de hacer poesía, no son homogéneos. Además, es algo que se está produciendo desde hace bastantes años en España: ya no hay grupos, y es algo muy sano, refleja la libertad de que cada uno escriba como quiera, lo que no impide que le lean otros autores que escriben de una forma totalmente diferente”. De hecho, añade que tampoco esa corriente se refleja en los lectores jóvenes, al menos no de forma masiva. “Quizás lean por internet, pero eso es siempre muy limitado y se queda en una página y no en el libro entero”

Finalmente, hablamos con Pedro Provencio de una de sus obras más conocidas, ‘Onda expansiva’, dedicada a las víctimas de los atentados del 11-M en Madrid. Cuenta que esa experiencia fue terrible en el sentido de la masacre, de los muertos y heridos, pero que en realidad no fue la razón por la que escribió el libro: “Alrededor de aquel terrible atentado, como ha sucedido en Barcelona, hay siempre mucho más. Esas explosiones resuenan hacia adelante y hacia atrás en el tiempo. Todo tiene un contexto ideológico, histórico y todo cuenta y empuja, ahí está esa onda expansiva”.

Por eso volcó la poesía en ese libro, pero no con un poema dedicado a cada uno de los muertos sino que “a cada uno de ellos me permito elevarlo a la categoría de autor”. “Yo los escribo pero en realidad son ellos. De hecho, no hablo de su vida sino que me centro en la muerte de los inocentes. Cada autor es el muerto. No quise hacer epitafios ni glosas ni biografías, Intenté reflejar todo aquello que quisieron decir y no pudieron”.

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