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Feria Valencia endosa su deuda a la Generalitat y privatiza el negocio

Feria Valencia.

Voro Maroto

El pufo de Feria Valencia ya tiene pagano: el contribuyente valenciano, que, a través de la Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia pagará los 560 millones de deuda de la entidad, controlada por las instituciones y la Cámara de Comercio.

Así lo han decidido el nuevo presidente de Feria Valencia, José Vicente González, presidente de la patronal valenciana, Alberto Fabra, presidente de la Generalitat, y Rita Barberá, alcaldesa de Valencia. En breve, la deuda de Feria Valencia irá a la Feria Mala, una sociedad de carácter público que tendrá la propiedad del recinto y la monstruosa deuda de la institución.

La otra parte del negocio de Feria Valencia, la que podría ser rentable, será gestionada por una empresa de carácter privado. Ésta se encargará de la gestionar los certámenes, organizar eventos comerciales y de la explotación del recinto a cambio de un canon aún por determinar. Los pagos, según se informó en un comunicado, se harán de forma “reglada y transparente”.

Una gestión ruinosa

Los profundos cambios en Feria Valencia se producen por la situación ruinosa de Feria Valencia, gestionada hasta octubre del año pasado por Rafael Catalá, un hombre de confianza del PP valenciano. Catalá impulso en 2001 una macroampliación del recinto, que ahora es el más grande de España, que costó, no sin varias modificaciones presupuestarias al alza, 650 millones de euros.

Los planes de negocio que justificaban esa inversión nunca se cumplieron. Es más, la situación de Feria Valencia es crítica. Despidió a 100 trabajadores en 2011 y ahora prepara otro ERE que podría reducir la mitad de la actual plantilla, de 190 empleados.

Con habituales problemas de liquidez, la empresa –de gestión opaca con Catalá pese a su carácter semipúblico- lleva años en pérdidas: 2,7 millones de euros en 2009, 9 en 2010, 7,6 en 2011 y hasta 9 en 2013. Con su actual estructura, era inviable, según fuentes empresariales, que califican los cambios ahora en marcha de “imprescindibles”.

La ampliación de la Feria, inaugurada en 2006, se financió básicamente con la emisión de obligaciones de cuyo principal responden casi al 50% la administración autonómica y la propia Feria.Como ésta no ha podido hacer frente a su parte, la Generalitat ha tenido que cubrirla. Sólo en 2013, la Conselleria de Hacienda presupuestó el pago de 30 millones de euros para pagar la ampliación del recinto. En 2012, como en años anterior, le inyectó 34 millones. No extraña que la Generalitat esté en quiebra.

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