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Celadores de un hospital madrileño abren cadáveres sin tener la formación necesaria

Un celador sujetando instrumental para autopsias / L.G.

Laura Galaup

Los celadores del hospital público de Getafe realizan autopsias a cadáveres, según han contado algunos de ellos mismos a eldiario.es. Esta práctica está mas allá de sus atribuciones, según la normativa que regula sus actividades. “El patólogo hace la primera incisión. Luego nos dividimos el cuerpo, él trabaja en un lado y yo en otro. Sacamos las vísceras. Comenzamos a la altura del cuello y continuamos hasta abajo. Después, empezamos a separar las costillas de la piel. Como nosotros solemos tener más fuerza, nos encargamos de cortarlas con el costotomo [una cizalla para autopsias]. Abrimos con ellos el cadáver, utilizamos bisturí, pinzas, todos los instrumentos...”, cuenta Jaime (nombre ficticio), celador del Hospital público de Getafe (Madrid) que tiene miedo a que se difunda su identidad por las posibles represalias que pueda tomar el centro.

El Real Decreto que complementa el Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales reconoce la existencia de celadores auxiliares de autopsias pero sus funciones en el departamento de Anatomía Patológica están limitadas a facilitar el trabajo de los médicos poniendo a su disposición el material, trasladando el cadáver y manteniendo limpia la sala. De hecho, el Estatuto del personal no sanitario de la Seguridad Social aprobado en 1971 deja claro que los celadores no deben utilizar instrumental. Algo que también indica el Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales, ratificado en 2011, señalando que la función del camilleros consiste en colocar al cadáver en la mesa de autopsia, para que el personal destinado a tal fin“ pueda determinar el motivo de la defunción. A los ocho camilleros de la sala de autopsias del Hospital de Getafe se les paga un plus de 100 euros más al mes por las labores que realizan.

Conocimientos transmitidos de unos a otros

Ni a Jaime, ni a sus compañeros de departamento les han impartido un curso para conocer detalladamente cómo hay que practicar una autopsia: Mi formación fue bajar a la sala de necropsias, ver y aguantar. Hay gente que no soporta ni el olor ni el ambiente. La primera vez llegué al final de una autopsia, cuando se cierra el cadáver y se cose. A raíz de eso, me explicaron lo que tenía que hacer. Aquí los conocimientos los transmitimos entre nosotros, entre celadores“.

La dirección del Hospital de Getafe reconoce que los celadores auxilian a los patólogos durante las autopsias. Aunque, señala que las actividades que realizan se limitan a la movilización de los cuerpos y preparación del material. Una descripción de funciones incompleta, de acuerdo al relato que han hecho los trabajadores afectados a eldiario.es. Jaime añade que desde el primer día que llegó al departamento, hace siete años, su labor no consiste solo en acondicionar la sala de autopsias: Acompañados por el médico, cortamos partes del cuerpo. Por ejemplo, si en la necropsia también se necesita extraer el cerebro, lo hacemos los celadores porque algunos médicos no quieren realizarlo. Abrimos el cráneo con una sierra, que es muy peligrosa si no la controlas bien. Nos salta el polvo de los huesos y cuando lo hemos cortado, sacamos el cerebro quitándole las meninges“.

Sindicatos sanitarios han reconocido a eldiario.es que esta práctica no se realiza solo en el Hospital de Getafe, indican que tienen constancia de que existen más centros sanitarios en los que los celadores ayudan al patólogo a abrir los cadáveres. Según publicó el periódico ABC, en el Hospital de Bellvitge (Barcelona) se daba la misma situación, algo que llegaron a admitir desde el servicio de celadores de este centro catalán. No es nada nuevo. Esto pasa desde hace años pero nadie les obliga a hacerlo. Les pagan un sobresueldo y les parece bien“, fue la respuesta que dieron al diario de Vocento. UGT denunció estos hechos ante la dirección del hospital.

En el Hospital de Getafe, el celador se ha convertido en el único auxiliar con el que cuentan los patólogos en la sala de autopsias para ayudarles a abrir un cadáver. Tras sacar la parrilla costal, comenzamos a eviscerar (empezar a extraer los órganos). Hay varias formas de hacerlo. De manera individual, extrayendo órgano por órgano; o en bloque, abriendo desde la tráquea, se corta y se retira el tejido con las manos para que la evisceración sea lo más sencilla posible. Ahí el celador está auxiliando en todo momento“, indica un compañero de Jaime, que también tiene recelo a que se publique su identidad, no solo por las represalias que se tomen desde el centro, también por las de sus compañeros ya que temen que al denunciarse públicamente dejen de practicar autopsias y, por lo tanto, pierdan el plus que reciben.

Terminada la evisceración, no finaliza el trabajo de los celadores. Mientras el patólogo analiza los motivos de la defunción, ellos tienen que recomponer el cuerpo. Cuando hemos sacados los órganos, los médicos se van a otra mesa para analizar los tejidos y nosotros nos dedicamos a rellenar el cuerpo de celulosa y lo cosemos“, indica Jaime. Estos dos camilleros estiman que en su departamento se realizan entre 50 y 70 necropsias al año, los ocho trabajadores se distribuyen en turnos de mañana y de tarde a lo largo de los siete días de la semana para que siempre alguno esté disponible cuando haya que practicar una autopsia.

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