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El día que ERC dijo 'prou!'

Puigdemont insiste en que quiere ser investido presidente de la Generalitat.

Neus Tomàs

Roger Torrent es el primer dirigente del bloque independentista que ha osado plantarse ante Carles Puigdemont. En ERC hace días que no se disimulaba el malestar con Junts per Catalunya, pero la gota que colmó la paciencia de los republicanos fue la carta que Puigdemont envió el lunes al presidente del Parlament para pedirle amparo. Ni el propio Torrent ni ERC sabían nada de la misiva y la interpretaron como una coacción al presidente del Parlament que no estaban dispuestos a tolerar. “Si no hubiese enviado esa carta a lo mejor el pleno se hubiese podido celebrar”, asegura a eldiario.es un alto dirigente republicano.

ERC venía avisando de que no quieren que el presidente del Parlament salga inhabilitado a la primera de cambio. “No hemos puesto a alguien como Torrent para que no pueda ejercer el cargo”, resumen en la cúpula republicana. Con Oriol Junqueras en la cárcel, Carles Mundó retirado y Marta Rovira controlando el partido, el presidente del Parlament es uno de los políticos que el partido quiere preservar y promocionar.

Torrent tomó la decisión de aplazar el pleno sin consultarla previamente con Junts per Catalunya, que daba por hecho que este martes se celebraría la sesión, ni tampoco con la CUP, que no solo calculaba que habría pleno sino que también estaba convencida que se votaba la investidura de Puigdemont.

¿Y ahora qué? Torrent ha ganado tiempo hasta que el Tribunal Constitucional resuelva el recurso presentado por el Gobierno central. Son como mínimo 10 días en los que Junts per Catalunya, ERC y la CUP intentarán reconducir unas negociaciones que ahora están prácticamente rotas. Los republicanos insisten en que no quieren una investidura “simbólica” y que debe haber un gobierno que pueda empezar a trabajar desde el primer día para evitar que se mantenga la aplicación del artículo 155.

El famoso 'plan b', del que nadie quiere hablar en público, sigue pergeñándose en privado. La candidatura de JxCat ha dejado caer el nombre de Jordi Sànchez, número dos de la lista, y que actualmente está encarcelado en Soto del Real, como posible sustituto a Puigdemont. ERC no lo rechaza, consciente de que Sànchez tampoco podrá ejercer el cargo y que, como otros, es más que probable que sea inhabilitado antes de acabar el año, una vez se celebre su juicio. Tiempo suficiente para que Elsa Artadi “se vaya fogueando” con la ayuda de Jordi Turull, señalan fuentes del bloque independentista.

Solo los irreductibles más afines a Puigdemont siguen sin descartar que el complejo escenario acabe en unas elecciones. Pero la tragicomedia en la que se ha convertido la política catalana ha dado sobradas muestras de que no hay giro de guion imposible.

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