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Un proyecto rescata la memoria de científicos represaliados por el franquismo

La escafrandra diseñada por el granadino Emilio Herrera, prototipo de los trajes espaciales.

Juan Miguel Baquero

Contribuir a la redención memorialista de científicos represaliados por el franquismo. Es el propósito de Generaciones de plata, proyecto divulgativo de la Fundación Descubre y la Universidad de Granada que aporta casi 100 nombres de personas dedicadas a la ciencia que sufrieron exilio, depuración, cárcel, juicios sumarísimos… Desde el creador de uno de los primeros trajes espaciales a los médicos de pueblo. Son historias truncadas que buscan su lugar en “el reconocimiento, la dignidad y la memoria”.

Eran andaluces, o profesionales que ejercieron en Andalucía, y cuyas biografías se recopilan aún con el obstáculo de la falta de información. En proceso de estudio hay otro centenar de historias y la propia web de Generaciones de plata está abierta para que cualquier persona pueda remitir recursos, testimonios e incluso imágenes.

Científicos como Emilio Herrera (Granada, 1879 - Ginebra, 1967), que concibió “el atuendo de los navegantes que en los futuros paseos por la estratosfera podremos admirar brillantes y deslumbradores”. Una escafandra estratonáutica prototipo de los actuales trajes espaciales. Padre de la aeronáutica española, se carteó con Albert Einstein y rechazó ofertas de trabajo de la NASA. Emigró a Francia, donde fue presidente de la II República en el exilio. Su hijo José Herrera Petere, poeta y escritor comunista, era amigo de Miguel Hernández.

O el químico Jesús Yoldi (Arizkun, Navarra, 1894 - Granada, 1936), docente y alcalde de Granada. Detenido en julio de 1936, lo obligaron a cavar fosas en el barranco de Víznar y, en octubre, murió a tiros contra las tapias del cementerio. Y la familia García-Negrete, saga de intelectuales jiennenses, con 11 hijos formados en medicina, derecho, arquitectura e ingeniería agrícola. Cuatro esquivaron la persecución huyendo al exilio y otros tantos terminaron en campos de concentración. Su madre fue fusilada en 1940.

Otro ejemplo, hasta llegar casi al centenar, es Carmen Navarro (Almería, 1887 - Ugíjar, Granada, 1956), practicante y matrona. Fue acusada de pertenecer al Partido Republicano Radical, a la Unión de Mujeres Antifascistas, al Sindicato de Funcionarios Provinciales y al Sindicato de Matronas, por el “saqueo de conventos” y por hacer “propaganda marxista”. Su condena: reclusión perpetua, conmutada por 20 años y un día.

“El gran pecado fue intentar modernizar el país”

Para el director científico de Generaciones de plata, Mikel Astrain, se trata de “recuperar historias durante mucho tiempo ocultadas” de personas que cometieron, ironiza, “el gran pecado de intentar modernizar el país”. Faltan muchos nombres“, sostiene, y no sólo ”de fusilados o exiliados sino también de quien sufrió incautación de bienes, procesos judiciales, cárcel y represión en el más amplio sentido de la palabra“.

Una primera dificultad surgió para acotar qué profesiones entraban en el término científico. “Intentamos constreñirlo a lo que se entendía en la época: matronas, médicos, odontólogos, enfermeros, física y química, matemáticas, veterinaria y farmacia, ingenierías… porque si dejábamos abierto el catálogo, se nos iba de las manos”, asegura.

Esto lo hace, precisamente, en palabras de la directora de la Fundación Descubre, Teresa Cruz, “un proyecto abierto”. Y ejemplifica: “El maestro de pueblo, ¿lo metemos?”. Es ahí, en el ámbito rural, donde cobra especial importancia el colectivo médico. “Su tarea no era sólo recuperar la salud sino hacer medicina social, eran militantes en su idea de cambiar el estatus”.

El médico de pueblo “como arma política”

Es, concluye, la “medicina como arma política”. Un filón para “la capacidad represora” del posterior franquismo. “Los mandos de la sublevación militar lo tenían muy claro: había que acabar con aquellos mediquillos de pueblo que querían cambiar las cosas”.

La pretensión didáctica de Generaciones de plata, como explica la vicedecana de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada, Ana Isabel García López, reside en que todo este “conocimiento llegue también a los entornos”. De hecho, la próxima inauguración de “una exposición virtual y otra que irá recorriendo distintas ciudades” se sumarán “conferencias, charlas y mesas redondas, además de la publicación de un volumen que recoja todos los nombres de los científicos recopilados”.

En el proyecto, con un presupuesto total de 30.000 euros, participan además de la Fundación Descubre, la Universidad de Granada y Todos (…) los nombres, las consejerías de Administración Local y Relaciones Institucionales y la de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo.

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