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El Andalucía Big Festival de Mad Cool nunca inició los trámites para celebrarse en la playa pese a promocionarse así

Recreación del Andalucía Big Festival en la playa de Sacaba, publicitada por los organizadores

Néstor Cenizo

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La playa de Sacaba, en Málaga, puede ser un lugar fabuloso para celebrar un festival al final del verano, con la brisa marina refrescando el ambiente y rebajando el termómetro cuatro o cinco grados respecto al interior de la ciudad. Seguramente por eso, desde primeros de abril los promotores del Andalucía Big Festival, el festival de Mad Cool en Málaga, recogieron esta ubicación en los carteles, que reflejan el atardecer entre las olas del mar, o en las propias entradas. Sin embargo, lo cierto es que nunca iniciaron los trámites para celebrar el evento en la playa de Sacaba. En los tres meses transcurridos desde que lo anunciaron no registraron ni un solo papel ante la institución que puede autorizar el uso de ese espacio.

Así lo ha confirmado a elDiario.es en Andalucía la Delegación Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en Málaga. “En esta Delegación Territorial no ha llegado nada al respecto”, señala en un correo electrónico, antes de aclarar que toda la comunicación de los promotores ha sido con el Ayuntamiento. Además de la autorización de uso del dominio público marítimo-terrestre, sería necesario solicitar a la Junta de Andalucía un informe de impacto ambiental debido a la cercanía al Paraje Natural de la desembocadura del río Guadalhorce, según explican fuentes municipales conocedoras del caso.

Sin permiso de la Delegación (que asume las competencias delegadas sobre el uso del espacio marítimo-terrestre) no es posible iniciar trámite municipal alguno. Por eso, en el Ayuntamiento no entendían que, a falta de pocas semanas para el evento, previsto para los días 8, 9 y 10 de septiembre, nadie hubiese movido un dedo ante la administración autonómica, y que, sin embargo, se vendiesen entradas para un festival en primera línea de playa.

Antes de obtener esta respuesta oficial, elDiario.es Andalucía preguntó cinco veces sin obtener nunca la confirmación de que se hubiesen iniciado los trámites para usar la playa. Lo más que obtuvo fue la sugerencia de preguntar a la Consejería de Turismo. Algo sorprendente, pues la Consejería de Turismo es, a lo sumo, un patrocinador cualificado, pero nada más. Aporta más de 4,2 millones de euros (IVA incluido) a este festival, una suma nunca vista para eventos de este tipo. 

El festival tampoco ha respondido nunca a las cuestiones formuladas por este medio. Entre ellas, si alguna vez inició los trámites para celebrar el evento en Sacaba, y cuándo y por qué descartó esa ubicación.

Inicio de los trámites para el Cortijo de Torres a principios de julio

La falta de tramitación alguna ante la Delegación Territorial de Medio Ambiente es sorprendente porque durante los meses de abril, mayo, junio y gran parte de julio las entradas se vendieron bajo la premisa de que el festival sería en la playa. Muchas de ellas a público internacional, objetivo declarado de los promotores. Incluso su publicación fijada en Facebook sigue reflejando la ubicación en Sacaba.

A principios de julio, Mad Cool pidió permiso para ubicar el festival en otro lugar, después de reunirse con técnicos municipales y la concejala de Vía Pública. Todos concluyeron que celebrar el festival (con 30.000 asistentes diarios previstos) en la playa era imposible a esas alturas. Pero durante al menos dos semanas más el festival siguió anunciando su ubicación playera, a sabiendas de que Sacaba había sido descartada. No fue hasta el 20 de julio cuando anunció el “cambio de ubicación”, y sólo después de que el ayuntamiento de Málaga informara de ello.

Finalmente, los promotores renunciaron a una ubicación que nunca habían solicitado, la playa, con una justificación que indignó a muchos en redes sociales: será más cómodo para los asistentes que el festival se celebre en el Cortijo de Torres que en la playa, apuntaba el comunicado. “Una de las ubicaciones más emblemáticas de la ciudad, siendo hogar de la famosa Feria de Málaga”, decían. Ocultaron que nunca solicitaron el permiso para la playa, que el cambio de ubicación era obligado y que el Ayuntamiento todavía no ha concedido los permisos necesarios para celebrarlo en Cortijo de Torres.

Este cambio decepcionó a muchos. Para algunos asistentes el festival es atractivo por su cartel, con independencia de dónde se celebre. Está prevista la actuación de grandes bandas internacionales (Jamiroquai, Rage Against the Machine, Muse o Stereophonics) y nacionales (Vetusta Morla, 091, María José Llergo o Los Planetas). Pero para otros el aliciente de la playa era determinante. Muchos denuncian una “estafa”, y así lo expresaron a este medio y en redes sociales cuando se anunció el pretendido cambio de playa por el cemento del recinto ferial. Algunos habían buscado alojamiento en las cercanías de Sacaba.

Después de recibir muchas críticas en las redes sociales y de que pasaran días sin responder a quienes pedían la devolución del importe, el festival anunció la semana pasada que es posible hacerlo hasta el 3 de agosto a las 23.59, “debido al cambio de recinto”. Sin embargo, no informó de esta posibilidad en sus redes sociales, sino añadiendo una frase en el anuncio genérico recogido en su web. Algunos asistentes han explicado a este medio que no eran conscientes de esta posibilidad y algunos han tenido problemas para efectuar la devolución, porque desde la dirección habilitada no se respondían sus correos. En las últimas horas, el festival les ha comunicado que devolverá el importe el próximo 8 de agosto.

La polémica en torno al Andalucía Big Festival no está siendo la única protagonizada por un evento de este tipo este verano, en lo que diversas voces consideran ya una explosión de la 'burbuja' de los festivales. El pasado fin de semana, el Reggaeton Beach Festival de Tenerife fue cancelado pocas horas antes de su celebración tras no lograr la autorización del Ayuntamiento de San Miguel de Abona. El caso fue similar al del Madrid Puro Reggaeton, cancelado a última hora tras varios meses de polémicas. Además, se han producido relevantes cambios de cartel y de ubicación, que se han sumado a las habituales críticas por cobros aleatorios y cláusulas abusivas.

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