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“Eso no era la guerra”: la familia del soldado fallecido en Cerro Muriano pedirá prisión provisional para el capitán

La ministra de Defensa, en su visita a Cerro Muriano el pasado 4 de enero

Javier Ramajo

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La familia del soldado de la Brigada Guzmán El Bueno X fallecido en Cerro Muriano el pasado 21 de diciembre, Carlos León, pedirá prisión provisional para el capitán responsable del ejercicio de paso de curso de agua por un doble homicidio doloso por la muerte también del cabo Miguel Ángel Jiménez. El abogado sevillano Luis Romero ha conocido durante la rueda de prensa que ha convocado que el Juzgado de Instrucción número 4 de Córdoba se ha inhibido en favor del Juzgado Togado Militar 21 de Sevilla, que se hará cargo del caso. El letrado de la familia de León recurrirá esa decisión para que se le imputen dos homicidios dolosos al capitán Zúñiga en la jurisdicción ordinaria, puesto que el Código Penal Militar solamente contempla los homicidios por imprudencia. “Según varios testigos, el capitán decía que tenía que ser como en la guerra, pero eso no era ninguna guerra”, ha lamentado, anunciando que también tendrá que responder el Ministerio de Defensa como responsable civil subsidiario.

Durante una multitudinaria rueda de prensa, Romero ha informado que este mismo martes ampliará la denuncia presentada a finales de año y ha incidido en aquella mañana el ejercicio militar tuvo lugar “casi sin luz, con el agua turbia, sin un plan de riesgos y sin médicos”, habiendo existido en el responsable y en su cadena de mandos “falta de diligencia debida” en ese sentido y “un cúmulo de negligencias” que se llevaron finalmente por delante la vida de dos personas. “La tragedia pudo haber sido peor” porque solo entraron al agua 15 de los 75 militares que allí se encontraban, ha asegurado.

De acuerdo al relato de los hechos expuestos por el abogado de la familia del soldado, según los testigos que ya han declarado ante la Guardia Civil, el capitán habría dado la orden de “que los soldados no se agarraran a la cuerda-guía” que atravesaba la mitad del lago artificial salvo caso de “extrema necesidad”, “de vida o muerte”, ordenando a los militares “patear” en agua. También ha desvelado que algunos de los militares portaban durante el ejercicio mochilas de hasta 12 kilogramos de peso debido al “castigo” impuesto de incluir una “simulación de mina” de unos tres kgs “por no haber realizado bien un ejercicio” en los días previos, según ya trascendió este lunes.

“Todo era un descontrol”

Romero se opone a que la jurisdicción militar sea la competente para investigar el caso a partir de ahora, y así lo recurrirá ante el instructor cordobés, pero ha mostrado su “confianza” en el nuevo juzgado, que ya había abierto unas diligencias y ante el que ya se personó, alabando el “buen trato” recibido hasta el momento. Al querer incluir el dolo en el supuesto doble homicidio, las penas serían bastante mayores respecto a los investigados, pero Romero ha insistido en que los mandos “eran los garantes” de las vidas de los militares y “conocían los riesgos”, denunciando que no hubiera una línea de vida que sirviera para salvaguardar los peligros que pudieran darse como era “su obligación”.

Según siempre el relato de los hechos expuesto por el abogado, son varios los testigos que aseguran que el capitán ordenó incluso soltar la cuerda para poder arrastrar hasta la orilla a los soldados que se hundían, “pero eso hizo que se hundieran más”. Aunque no ha podido concretar en qué momento dio esa orden el capitán, su intención podría haber sido que hiciera “de látigo” pero se dio el efecto contrario, ha explicado. “Aquello no estaba preparado. Fue un sálvese quien pueda”, ha resumido.

“Todo era un descontrol”, ha incidido el letrado al hilo de la declaración de “muchísimos testigos” cuando varias voces alertaban de que algunos soldados se estaban hundiendo en el lago. También ha recordado la muerte del cabo Jiménez al intentar rescatar al soldado León, y el hecho de que otro quedara inconsciente y otros dos tuvieran que ser hospitalizados por hipotermia, lamentando en ese sentido que llevaran encima “una mochila estanca que no flotaba pese a las indicaciones contrarias del capitán”. “¡A patear!, les gritaba”, ha expuesto el abogado, quien ha comentado que “hubo bastante incredulidad en que aquello estuviera ocurriendo”

“¿Por qué se hizo ese tipo de ejercicio bajo esas condiciones el último día de la instrucción?”, se ha preguntado. Unos 40 testigos han declarado ya ante la Guardia Civil por estos hechos, entre ellos el citado capitán, que según Romero ha mantenido que “se hizo lo que se tenía que hacer” y que en esos ejercicios “tiene que haber riesgos, como en la guerra”. “Pero no estamos en guerra, estaban en una instrucción y tuvo que haber prevención. Según ha dicho también, los testigos han achacado negligencias al capitán pero, a medida que sube la graduación entre esos testigos, defienden la labor del mando militar durante aquella mañana.

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