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Tras la devolución del Pazo de Meirás: ¿qué pasa con Gambogaz, el cortijo de Queipo en Sevilla?

Marcha 'Gambogaz para el pueblo'. | JUAN MIGUEL BAQUERO

Juan Miguel Baquero

Sevilla —
25 de diciembre de 2020 21:54 h

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El Pazo de Meirás ya es patrimonio público. Y en Andalucía hay una suerte de finca que sobrevive como punta de iceberg del saqueo golpista: el cortijo de Gamgobaz. La familia Franco ha perdido la finca del dictador en Sada (Galicia). Los herederos del general franquista Queipo continúan en poder de las tierras enclavadas en Camas, a las mismas puertas de Sevilla.

82 años han disfrutado los Franco como 'okupas' de Meirás. Los Queipo suman uno más. El militar golpista Gonzalo Queipo de Llano obtiene Gambogaz tras una “colecta pública” en 1937 como “regalo” por “salvar” la ciudad del “dominio rojo”. Francisco Franco aterriza en Meirás en el 38. Ambos casos repiten el procedimiento de “donaciones forzosas”.

Y los dos golpistas engordan su patrimonio en plena guerra. Queipo, con el dinero que sobró de Gambogaz, compró unas 150 hectáreas en las marismas del río Guadalquivir. Años después, la familia del golpista denunció a los colonos –lo son desde la década de los 40 del siglo pasado– para subir el alquiler, como contó en exclusiva elDiario.es Andalucía, en un litigio abierto por la Fundación ProInfancia Queipo de Llano. Este periódico también desveló las cuentas de esta institución.

Queipo era el director en Andalucía del golpe de Estado que provocó la guerra civil. La región andaluza es la más castigada por la llamada “pedagogía del terror”, con un tercio de la represión fascista en España: al menos 45.566 asesinados que yacen en 706 fosas comunes, según las cuentas oficiales. Una cifra que supera los desaparecidos forzados de las dictaduras de Argentina y Chile, juntas.

Replicar Meirás para recuperar Gambogaz

Desde septiembre de 2018 funciona la Plataforma Gambogaz, organizada para recuperar el patrimonio expoliado de Queipo. El colectivo busca replicar la vía Meirás, la lucha del pueblo gallego para rescatar el Pazo expoliado por Franco. Y suma, además de la devolución del cortijo, otros dos objetivos: que el genocida deje de estar enterrado en la iglesia de la Macarena y eliminar el Marquesado con su nombre.

En Galicia el éxito de la operación para recuperar el Pazo de Meirás ha estado en la suma de voluntades: “la implicación de tanta gente, que lo ha sentido como algo propio, y de todos los partidos políticos e instituciones públicas”, según Fernando Souto, presidente de la Comisión por la Recuperación de la Memoria Histórica de A Coruña.

En Andalucía está por ver que ocurra un movimiento similar. Aunque hay pasos. El Comité Técnico de la Plataforma Gambogaz ha elaborado un documento “sobre el expolio, robo y usurpación de bienes llevados a cabo por los franquistas” que ha sido presentado a los grupos parlamentarios de cara a la tramitación de la nueva Ley de Memoria Histórica. “Es importante subrayar que el cortijo fue adquirido con fondos públicos, de la Diputación y el Ayuntamiento de Sevilla”, apuntan fuentes del Comité a este medio. De ahí el “especial interés en aquellos casos que actuando como agentes del Estado –Queipo y Franco, en los casos citados– se produce una apropiación ilícita sufragada por el Estado”, sostienen.

“Aspiramos que Gambogaz revierta al patrimonio público de todos los sevillanos, como es de justicia”, subrayan. Desde el Comité Técnico también han mantenido una reunión con la familia del propietario original, Ignacio Vázquez Gutiérrez, un “encuentro enriquecedor que ha ofrecido pistas muy relevantes”. Además, como ha podido saber este periódico, desde la Clínica de Derechos Humanos de la Universidad de Sevilla están elaborando un informe sobre el caso Gambogaz para remitir a Fabian Salvioli, relator especial de Naciones Unidas sobre promoción de la verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.

Marchas y ocupación de Gambogaz

La primera acción con cierto tirón fue la marcha el 10 de noviembre de 2018 hasta la finca sevillana. La acción estuvo encabezada por una pancarta que lucía 'Gambogaz para el pueblo' con un elocuente subtítulo: 'devolución del cortijo regalado al sanguinario Queipo de Llano responsable del asesinato de más de 50.000 personas'.

Queipo usó esclavos del franquismo en Gambogaz, según las investigaciones del historiador José María García Márquez. La documentación demuestra el uso de presos políticos como mano de obra gratuita en unas tierras famosas desde la época por ser de las más rentables de la provincia. El Ayuntamiento de Camas, al hilo de este estudio, también ha iniciado sus propias pesquisas para intentar localizar la “copia de la escritura de compraventa” y dilucidar cómo se produjo el traspaso de la hacienda.

Antes, en agosto del mismo año, decenas de jornaleros andaluces ocuparon “simbólicamente” Gambogaz como homenaje al Padre de la Patria Andaluza, Blas Infante, asesinado por los golpistas y enterrado, quizás, en la fosa común de Pico Reja, ahora abierta por el equipo técnico de la Sociedad de Ciencias Aranzadi. Los activistas, convocados por el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), pidieron que la Junta de Andalucía recupere la finca, de unas 600 hectáreas, para que pase a “manos públicas” y no descartaron nuevas ocupaciones: “Ojalá mañana seamos cientos y no puedan pararnos”.

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