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La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, constituida en 1990, es una asociación de carácter privado, sin ánimo de lucro, cuyo fundamento lo constituye la Declaración Universal de los Derechos Humanos, proclamada por la ONU en 1948. Aunque el ámbito de afiliación de la APDHA y su área directa de actuación sea el territorio andaluz, su actividad puede alcanzar ámbito universal porque los Derechos Humanos son patrimonio de toda la Humanidad.

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8M: Ante el recorte de derechos, más feminismo crítico, inclusivo, solidario, reivindicativo y transformador

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Todas las fuentes alertan del fuerte aumento de la desigualdad, la pobreza y la exclusión tras la pandemia, que habría afectado muy especialmente a los sectores sociales que ya venían sufriendo los efectos de crisis anteriores, deteriorando y limitando aún más sus condiciones de vida, de trabajo, sus relaciones sociales, afectivas, de género e interculturales, redundando todo ello en su salud física y mental. 

La pandemia ha puesto de relieve que los cuidados de las personas y su hábitat, compartido con otras especies, nunca estuvieron en el centro de este sistema de vida, injusto y desigual, los cuales recaen sobre las mujeres, de forma gratuita, precaria y subvalorada en general. Por consiguiente, la precariedad, la pobreza y la exclusión tienen rostro de mujer, joven y migrante, de ahí que en las movilizaciones feministas la APDHA se sume a las convocadas por las trabajadoras del hogar y los cuidados al grito de ¡somos esenciales y sin embargo precarias! 

Por todo ello, la APDHA entiende que es imprescindible la mirada feminista interseccional -la cual tiene en cuenta condicionantes tales como el estatus económico, origen étnico, lugar de residencia, diversidad funcional, sexual, de género y discapacidad intelectual, entre otros- en todas y cada una de las políticas públicas, desde una perspectiva de igualdad, libertad y justicia social, que no ponga en peligro el propio planeta. Por eso, este 8M vemos más que necesario poner a la cabeza las necesidades más urgentes de los sectores más empobrecidos y excluidos, reivindicando el derecho público y universal a la salud, a la educación, a la vivienda, a luz y agua, recursos elementales para una vida digna. 

Las insuficiencias y la falta de calidad de todos esos servicios y recursos elementales las padecen especialmente las mujeres, mayoritariamente sanitarias, educadoras y cuidadoras de menores y dependientes, lo que incide en una peor salud tanto física como mental. No es de extrañar, por tanto, la especial preponderancia de mujeres en las luchas que se están llevando a cabo por una sanidad y educación públicas de calidad, contra su privatización, la subida de los precios de la luz y los continuos apagones en esos barrios hartos.

Sin una educación pública, universal y de calidad que garantice la implementación de una educación sexual en los valores de la igualdad de género y la diversidad sexual, no estaremos apostando realmente por una transformación de fondo.

Asimismo, hay que destacar la especial situación de las mujeres migrantes, las cuales están al arbitrio de las trabas de la ley de extranjería, muchas de las cuales, además, son atravesadas por otras dificultades cuando conforman familias monomarentales o son trabajadoras del hogar y/o cuidadoras en condiciones parecidas a las de esclavitud, como ocurre especialmente con las internas. También aquellas que son jornaleras de los invernaderos y viven en asentamientos de chabolas e infraviviendas, sin apenas acceso a luz y agua. Por otra parte también alzamos la voz junto a las trabajadoras sexuales, a quienes ni se les reconoce su trabajo y sus derechos ni se las escucha.

La APDHA también se hace eco de las reivindicaciones de derechos y el reconocimiento de las personas transexuales u otras con diversidad sexual o de género así como de las de aquellas que reclaman una asistencia individualizada para potenciar su autonomía partiendo de la diversidad funcional. 

Celebramos que haya sido aprobada la última reforma de la ley del aborto - guardada en un cajón durante más de una década por la caverna del poder judicial- pero sin un servicio público de salud, universal y de calidad, falto de recursos humanos y de todo tipo, tendente cada vez más a la privatización, el aborto a cargo de la sanidad pública seguirá siendo una asignatura pendiente. De igual manera lo hacemos con que finalmente haya sido aprobada la llamada ley trans, pero con la misma inquietud: con una sanidad depauperada, no podrán atenderse adecuadamente tampoco las necesidades terapéuticas de las personas trans. 

Y sin una educación pública, universal y de calidad que garantice la implementación de una educación sexual en los valores de la igualdad de género y la diversidad sexual, no estaremos apostando realmente por una transformación de fondo de las relaciones de sexo y género, profundamente desiguales. 

Es cada vez más ineludible que el feminismo en el poder adopte una mirada más interseccional y transversal en la elaboración de políticas públicas, y que estas sean no excluyentes.

La APDHA señala que centrar el debate de la ley conocida como del “sólo sí es sí” en las mayores o menores penas es una apuesta unilateralmente punitivista, identificando justicia con castigo y a las mujeres solo como víctimas, cuando lo que habría que poner en el centro son los derechos y garantías que nos empoderen como ciudadanas. La insoportable violencia machista que padecemos obliga a poner la atención en la prevención, la reparación de quienes sufrieron esas violencias y las posibilidades o no de rehabilitación de los victimarios dentro del actual sistema penitenciario, sin eludir responsabilidades al respecto pero yendo bastante más allá de la aplicación del Código Penal. 

Por todo lo anterior, es cada vez más ineludible que el feminismo en el poder adopte una mirada más interseccional y transversal en la elaboración de políticas públicas, y que estas sean no excluyentes. Nosotras defendemos un feminismo proderechos e inclusivo, sin dejar a ninguna atrás. Hoy, sigue siendo imprescindible un feminismo crítico, reivindicativo, rebelde y transformador de una sociedad que no puede ser el modelo que deseamos si sigue generando tanta desigualdad e injusticia social. Porque el feminismo es para todas, todes y todos.

8M, hoy como ayer, VIVA LA LUCHA FEMINISTA, aquí y allí, con las iraníes, palestinas, saharauis y peruanas especialmente estos días, junto a las que seguiremos luchando por nuestro derecho a la vida y a la libertad. 

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La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, constituida en 1990, es una asociación de carácter privado, sin ánimo de lucro, cuyo fundamento lo constituye la Declaración Universal de los Derechos Humanos, proclamada por la ONU en 1948. Aunque el ámbito de afiliación de la APDHA y su área directa de actuación sea el territorio andaluz, su actividad puede alcanzar ámbito universal porque los Derechos Humanos son patrimonio de toda la Humanidad.

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