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Polémica
Granada celebra la Toma menos tensa de la última década

La Toma de Granada ha vuelto a celebrarse de forma normal tres años después

Álvaro López

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Tres años después, la Toma de Granada ha vuelto a celebrarse con normalidad este 2 de enero. Tras dos años en los que los actos se han visto limitados por la pandemia de la Covid-19, este lunes las calles del centro de la ciudad han sido testigos de una cita que ha vuelto a deparar polémica, aunque con menor intensidad que en 2020, cuando hubo un conato de agresión entre detractores y partidarios de este evento. Además, la presencia de turistas y foráneos por la festividad de Año Nuevo ha aumentado el aforo de una Plaza del Carmen que ha estado completamente llena.

Pese a que el alcalde de la ciudad, Francisco Cuenca (PSOE), que llegó a renegar de esta conmemoración cuando estaba en la oposición, ha pedido “convivencia” a los granadinos, lo cierto es que los habituales cruces de insultos se han producido. Con vivas a España por un lado y con “nada que celebrar” por el contrario, alguno de los presentes se ha lanzado reprimendas mutuas y los colectivos políticos de la izquierda han vuelto a señalar que la celebración es “racista” porque conmemora la conquista de Granada por parte de los Reyes Católicos en 1492 y la posterior expulsión de miles de granadinos que no profesaban el cristianismo.

Los actos, que han arrancado a las once y media con la salida del pendón real de los reyes desde el Ayuntamiento de Granada en comitiva primero hasta la Capilla Real y posteriormente hasta la misa celebrada en la Catedral, han concluido como ocurría tras la pandemia en la plaza del Consistorio. Lugar en el que se ubican siempre cientos de personas y en el que la presencia policial evita que se produzcan mayores altercados que gritos e insultos. Una vez en el Ayuntamiento, el estandarte de los Reyes Católicos ha sido agitado al viento desde el balcón principal del edificio por parte de la concejala Eva Martín ante el fervor de los colectivos regionalistas y partidarios de la extrema derecha, así como la curiosidad del resto de asistentes locales y foráneos.

En esta ocasión, a diferencia de los años anteriores, la ausencia de políticos nacionales ha rebajado el clima de tensión previo. Vox, que ha sido el agitador de los actos de la Toma de Granada en los últimos años, ha pasado de una figura reconocida y nada complaciente como Macarena Olona a su actual portavoz en el Parlamento de Andalucía, Manuel Gavira. Un hombre que despierta menos interés por parte de su propio electorado y que ha sido la figura elegida por la extrema derecha para ensalzar la importancia histórica de este día.

En el momento más tenso de la conmemoración, los detractores han gritado contra la Legión protestando por su presencia: “Gastos militares para escuelas y hospitales”. Además de consignas clásicas como que “los genocidios no se celebran”, en referencia a la expulsión de los granadinos que no eran cristianos y que tuvo su origen en la conquista de la ciudad aquel 2 de enero. Por el lado contrario, aunque no ha habido presencia de banderas preconstitucionales, sí se han escuchado “arriba España” o vivas a los Reyes Católicos. Un clásico en este evento.

También en clave política, esta conmemoración, fecha clave en el calendario local, ha podido ser la última de Francisco Cuenca como regidor municipal. Con el horizonte de las elecciones de mayo cada vez más despejado, Granada debe decidir entre mantener al PSOE en el gobierno local o abrirle paso de nuevo al Partido Popular. La pérdida de la sede de la Agencia Española para la Supervisión de la Inteligencia Artificial (AESIA) ha supuesto un mazazo para Cuenca en sus aspiraciones de revalidar su cargo y la más que probable aparición de la consejera de Fomento, Marifrán Carazo, como candidata del PP, hace vislumbrar un escenario complicado para el socialista.

Una cita descafeinada

De ahí que sean especialmente relevantes las palabras que el alcalde ha pronunciado al respecto de la Toma de Granada. Lo son porque cuando estaba en la oposición, llegó a ausentarse de la cita entre 2013 y 2016, al igual que hacen siempre las formaciones de izquierda como IU entonces y Unidas Podemos Granada. Para Cuenca y el PSOE, esta conmemoración siempre ha tenido un carácter polémico del que han tratado de huir, llegando a oponerse a los eventos tal y como están planteados. Sin embargo, desde que es regidor municipal, la cita ha permanecido inalterable e incluso en esta ocasión ha vuelto a contar con la Legión Española, que no siempre hace acto de presencia el 2 de enero.

Quizá por eso, Cuenca ha enmarcado la Toma de Granada dentro de una sucesión de eventos festivos como la Nochevieja, restándole carácter propio. El regidor ha invitado a los granadinos a “conocer su historia, a trazarla y a ser parte de esas tradiciones”. De paso, ha pedido que se haga desde “la convivencia”, seña de identidad de la ciudad, según sus palabras. “Disfrutemos de Granada y disfrutemos de su historia”, ha solicitado el alcalde, haciendo un llamamiento a la tolerancia.

Por otro lado, en el evento alternativo, celebrado en la Fundación Euroárabe y promovido por Granada Abierta, se han establecido charlas en la que han participado intelectuales granadinos y artistas locales como el cantaor Juan Pinilla, la escritora Pepa Merlo o Horacio Rébora, director de La Tertulia. Todos ellos han reivindicado la necesidad de huir de la celebración de este evento tal y como está planteado, porque ensalza el “racismo antidemocrático” que tuvo lugar a partir de 1492 cuando se abrió la veda para la expulsión de miles de ciudadanos de Granada. Como cada año, creen que lo más conveniente para la ciudad es ensalzar la figura de Mariana Pineda, como ya ocurrió el año pasado cuando el 26 de mayo, fecha en la que fue asesinada, fue festivo local.

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