Seis horas para tomar el pulso a nueve meses de legislatura en Andalucía
Más de seis horas de debate, con un receso de cinco minutos. Es lo que ha durado la primera jornada del pleno monográfico sobre la situación política de Andalucía, que llega cuando se cumplen nueve meses de la legislatura, y que ha coincidido con el celebrado en el Congreso de los Diputados para la frustrada investidura de Pedro Sánchez. Esto ha hecho que Susana Díaz no estuviera siguiéndolo desde la tribuna de invitados en Madrid, pero también ha coincidido con la publicación de los datos del paro de febrero, que en Andalucía ha crecido el triple que en la media del país, con 16.625 nuevos desempleados. Dos elementos -el paro y el pulso con Pedro Sánchez- que han dado munición a la oposición contra ella, como se preveía.
En esta comparecencia, que Susana Díaz se comprometió en su primera investidura en 2013 a celebrar cada comienzo de año, se ha oído poca autocrítica, muchas descalificaciones y numerosas de las promesas que se hicieron en el último debate del estado de la comunidad autónoma, en septiembre de 2014, y que todavía no se han cumplido. De hecho, recogíamos en la crónica de entonces 25 propuestas, de las que todas éstas han vuelto a oírse este miércoles y/o siguen pendientes: presentación de la Ley del Estatuto de Altos Cargos de la Junta de Andalucía, remisión al Parlamento de Andalucía de la Ley Integral de Agricultura, incorporación de las cláusulas sociales a los pliegos de valoración pública, tramitación parlamentaria de la Ley de Cambio Climático…
En este contexto, la presidenta ha intentado vender una imagen muy concreta de Andalucía: “Tierra de confianza con estabilidad política y enormes posibilidades”. En paralelo, ha reiterado sus tres prioridades: combatir el paro, blindar los servicios públicos y luchar contra la corrupción. Y siempre con la mirada puesta en dos cuestiones de carácter nacional: exigencia de reforma del sistema de financiación de las comunidades autónomas y Andalucía como garante de la unidad de España. Y si en Madrid Mariano Rajoy llamaba indirectamente lerdos a los socialistas -con su reiterativo “hasta ustedes lo van a entender”- ella ha puesto a su oposición de enferma: “Hagánselo mirar”, ha dicho una decena de veces a unos y otros de sus interlocutores.
Con IU
Tras su discurso a modo de balance, le ha tocado a IU. Su portavoz adjunta, Elena Cortés, se ha enzarzado con la presidenta en una discusión con rescoldos de complicidad perdida y manejo de información privilegiada, teniendo en cuenta que ha gobernado con ella. Elena Cortés le ha reprochado que el PSOE-A haya bloqueado las iniciativas legislativas de la oposición en el Parlamento de Andalucía, que haya tumbado compromisos de la legislatura pasada como la banca pública y que se dedique a los “publirreportajes”. En su opinión, Susana Díaz se ha abonado a “los martes al sol”, en referencia a los días que se celebra el Consejo de Gobierno, y que a su juicio, se ha caracterizado por su falta de acción y su “rigor mortis”.
Dura la réplica de Susana Díaz, que la ha acusado de usar “una retórica desfasada”, pero que sobre todo se ha resumido en una sentencia: “Llevan demasiado tiempo haciendo el camino detrás de Podemos hacia el cementerio político, y tienen al frente de su partido en este país al enterrador que va a terminar sepultándolo”.
Con C's
Por su parte, Juan Marín, portavoz de C's, ha recurrido su habitual pose de hombre de “consenso” y “seriedad” frente a la “creatividad” y “propuestas innovadoras” de todos los demás grupos. Ha defendido que su formación es la que ha sabido “interpretar” el mandato de las urnas y “romper la dinámica entre un gobierno que hace y una oposición que critica”. En todo caso, se ha visto “obligado” a recordarle a Susana Díaz que no le extendió “un cheque en blanco”, sino que firmaron un pacto de investidura, por lo que también él ha hecho balance: “No estamos satisfechos porque creemos que se puede ir más deprisa.
Tras insistir en que su grupo “no está ni a la derecha ni a la izquierda, sino en el centro de lo que necesita Andalucía”, le ha reclamado a su socia que “cumpla con todos los acuerdos”. Y le ha lanzado un aviso a Susana Díaz: que no vaya a negociar los presupuestos autonómicos de 2017 con ellos si no cumple los de 2016 que los dos han pactado. “Sé que se han puesto las pilas. Pero les pido que se pongan las pilas alcalinas”, ha aseverado.
También le ha pedido que no se escude en la situación económica del país: “La verdadera crisis es la de la incompetencia cuando no sabemos afrontar los problemas”. Es más, le ha dicho que “si tan buenas son las previsiones” -en referencia a las estimaciones en materia de economía aportados por la presidenta- prometa para 2016 la bonificación del impuesto de sucesiones y donaciones. La ha retado en varias ocasiones a que lo prometiera para este ejercicio, a lo que ella le ha reiterado que su compromiso de corregir el error de salto en este tributo es “firme” pero cree que hay que esperar a que el grupo de trabajo que han constituido el PSOE-A y C's llegue a sus conclusiones.
Con Podemos
Momento agrio, en cambio, en el cara a cara con la líder de Podemos. Susana Díaz se ha centrado en colocar a esta formación en el lado de los que “no respetan” ni a las instituciones ni a las personas, y Teresa Rodríguez la ha atacado con su sintonía con la derecha. Eso sí, este miércoles ha prometido “no dar ningún titular” como en el “duelo” que en el pleno de la pasada semana protagonizó con la presidenta. En todo caso, ha habido momentos de crispación -ha sido cuando por primera vez durante la tarde el presidente de la cámara, Juan Pablo Durán, ha tenido que poner orden en el hemiciclo- y de voces más elevadas de la cuenta.
En este sentido, Teresa Rodríguez ha considerado que su partido ha puesto en foco en cuestiones que afectan a la gente, pese que no hayan conseguido que sean aprobadas sus proposiciones de ley. El ejemplo más claro ha sido, en su opinión, la propuesta para la atención temprana de niños con trastorno de desarrollo, un colectivo con el que la presidenta se ha comprometido con medidas extraordinarias para evitar que C's se uniera a la proposición de ley de Podemos y pudiera ser aprobada pese a que el PSOE-A estaba en contra. “No nos vamos a cansar porque acabamos de llegar y estamos fresquitos”, ha avisado Teresa Rodríguez.
“Los andaluces no necesitan que venga una especie de Che Guevara a salvarlos (...) como si fueran campesinos del altiplano de Bolivia”, le ha replicado la presidenta, quien le ha recordado que Andalucía “no es un cortijo ni una colonia” y la ha acusado de tratar a los andaluces como “tontos” y “enajenados” porque votan PSOE-A. “Yo no le temo a las pancartas. Pero sé que las pancartas no resuelven los problemas”, ha proseguido la presidenta, quien ha terminado con Teresa Rodríguez manifestándole que su partido tenía “la oportunidad” de votar la investidura de Pedro Sánchez para defender lo que ella “pregona” pero ha preferido alinearse con el PP. Y la ha rematado exigiéndole que diga si va a reclamar la dimisión de Íñigo Errejón por la investigación de su contrato con la Universidad de Málaga y si va a pedir perdón por “insultar” a Felipe González, “igual que ha hecho su jefe”, en referencia a las alusiones que ha hecho Pablo Iglesias a los GAL en el debate en Madrid.
Con el PP-A
Precisamente, la intervención del presidente del PP-A, Juan Manuel Moreno, ha comenzado con la previsible pregunta y de nuevo con la vista en La Moncloa: “Díganos de una vez si aspira a la secretaría general del PSOE y a ser candidata a la presidencia del Gobierno de España”. Y de nuevo: “¿Se quiere ir a Madrid o no? Conteste y déjese de rollos”. En esta línea, ha acusado a la presidenta de “usar el Parlamento de Andalucía” para su “obsesión enfermiza por Ferraz”, mientras “contraprograma a Pedro Sánchez” con la celebración de este pleno para exhibir su “triunfalismo paralizante”.
Susana Díaz le ha afeado su “discurso cenizo”. Tras apuntar que ella está en Andalucía, mientras él se fue en su día “para ser diputado por Cantabria”, ha hecho reiteradas referencias a “esos silencios clamorosos” de Juan Manuel Moreno, en clave de augurio: “Usted ha estado tan cerca de los que tapaban la corrupción a martillazos, que el tiempo nos dirá...” y “quizá algún día sepamos por qué”.
El momento más tenso -con nueva llamada al orden por parte de Juan Pablo Durán- ha llegado cuando él ha respondido después de varias descalificaciones de la presidenta. “Me ha recordado a Cristina Kirchner, al peronismo demagógico y al populismo. Habla sin ningún rigor. Su soberbia no cabe en esta cámara y es incapaz de asumir la crítica de la oposición”.
Susana Díaz le ha dicho que donde él la acusa de “soberbia”, lo que hay es “orgullo” de ser presidenta de Andalucía, para luego referirse a la manera “miserable” y “carroñera” -varias veces ha usado estas expresiones- con la que entiende que el PP-A “ha jugado” con la mencionada atención temprana. De hecho, está claro que ni unos ni otros han superado la tensión de las últimas semanas con el asunto, porque Susana Díaz ha sido especialmente incisiva este miércoles con esto. “Quizá hay que compartir lo que uno sufre para que otros no intenten manipular y engañar (....). Siento dolor”, ha subrayado, recordando que ella lo sufre “en casa”.
Con el PSOE-A
Finalmente, turno para el portavoz del PSOE-A, Mario Jiménez, quien en medio de los negros datos del paro, ha enfatizado que “desde que Susana Díaz es presidenta, esta tierra ha creado 200.000 empleos”. Luego se ha centrado un rapapolvo a la oposición, o para ser más exactos, contra el PP-A y Podemos, “los amantes de Teruel”, que entiende que han trasladado su modelo de relación -“pinza”- en Andalucía hasta el hasta el Congreso de los Diputados, “lo cual no nos sorprende aquí”.
Susana Díaz ha sido la encargada de cerrar la sesión cuando eran casi las diez de la noche. Ha reconocido que el debate “ha sido intenso y con momentos de tensión”, pero ha celebrado que “Andalucía sea el espejo del nuevo tiempo de la política” con estos foros para la “reflexión”. Ha remarcado con ello que “la discrepancia es sana y enriquece”, pero le ha pedido a la oposición que “no lo vea todo en negro ni desprecie el enorme esfuerzo de los hombres y mujeres para cambiar el destino de atraso que algunos habían escrito para nuestra tierra”. Ha concluido con un reto para los demás grupos: una única voz desde el Parlamento de Andalucía para los grandes desafíos.