Díaz insiste en que facilitar el Gobierno del PP fue un “error” y dice que está “dispuesta a debatirlo” con los críticos
“Yo soy libre siempre. No hay nada más libre que decir lo que uno piensa. Y yo me encuentro libre de decir lo que creo”. Susana Díaz se ha ratificado este lunes en el discurso que lanzó por sorpresa en el último Pleno del Parlamento andaluz, cuando admitió por primera vez que fue un error abanderar la abstención del PSOE en el Congreso para facilitar el Gobierno al PP y la investidura a Mariano Rajoy. “Me equivoqué y Pedro Sánchez acertó”, dijo, provocando estupor y revuelo en las filas socialistas, sobre todo entre aquellos que la siguieron en aquella estrategia contra el entonces secretario general del partido, que sería obligado a dimitir más tarde.
La secretaria general del PSOE andaluz ha vuelto a insistir que aquella decisión se tomó pensando que el PP, llegado el caso, haría lo mismo, “por generosidad con España y por sentido de Estado”. “Pero el PP no tiene sentido de Estado”, ha subrayado.
Durante una entrevista en Antena 3, Díaz ha asegurado que “son muchos compañeros los que han llegado a esta misma reflexión” y que “está dispuesta a debatir” con cualquier miembro de su partido que, como Alfonso Guerra o Elena Valenciano, le han discutido públicamente sus palabras.
“No fue un arrepentimiento, eso es propio de otro lenguaje. En política se reconocen errores. El arrepentimiento es un término muy religioso, el reconocer errores es de política. Yo no me arrepiento, yo he reconocido muchos errores, porque han sido 37 años de gobiernos socialistas en Andalucía, y es algo que había que hacer”, ha aclarado la ex presidenta andaluza.
Herida no cicatrizada en el PSOE
Las palabras que pronunció Díaz la semana pasada en un cara a cara con el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, reabrieron una herida no cicatrizada en el PSOE. La abstención en la investidura de Rajoy, avalada por Díaz, frente al “no es no” de Sánchez, partió el partido en dos.
Ahora, la ex presidenta andaluza esgrime una afinidad inusitada respecto al líder de su partido y presidente del Gobierno e ironiza cuando le preguntan por qué ha dejado de rebatirle en público su negociación con los independentistas catalanes o su coalición con Unidas Podemos. “Cuando hablo, que hablo y cuando no hablo, que no hablo. Siempre digo lo que pienso, a veces estoy más acertada y otras menos. En política es bueno reconocer errores, eso te honra”, afirma.
“El PP ha sido egoista”
La reflexión de Díaz va unida a una estrategia para poner al PP en el foco de sus “contradicciones”. “El PP ha sido egoísta, ha demostrado que no es un partido de Estado. En 2016 había quien pensábamos que había que tomar una decisión por este país. Fue duro, costó, y lo hicimos por los españoles. La derecha siempre es el ancho del embudo, siempre es lo que le viene bien a ellos, si los intereses de España le vienen bien al PP, los apoyan, y si no les vienen bien, no. En 2016 tenía que abstenerse el PSOE, ahora, en 2019, ya no. Es una tomadura de pelo”, recalca.
La política sevillana ha recordado que la misma reflexión que hizo ella la pronunció 15 días antes el ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, “que no aspira a ser candidato de nada”. Díaz ha vuelto a confirmar que aspirará a la reelección al frente del PSOE andaluz y que quiere volver a ser candidata a presidenta de la Junta en las próximas elecciones.
La líder de los socialistas andaluces se ha desmarcado de las críticas de otros barones del partido, como Guillermo Fernández Vara o Emiliano García Page, a la subida del salario mínimo interprofesional aprobada por el Gobierno de Sánchez. Díaz defiende la medida –“Aunque sean solo 50 euros más, a veces es suficiente para pagar el recibo de la luz”, ha dicho–.
También se ha quejado de que Vox “tenga la llave” de gobierno en Andalucía y ha denunciado los “retrocesos” en políticas sociales que ha vivido esta comunidad durante el primer mandato de PP y Ciudadanos. “Creíamos que algunas decisiones que tomaba Moreno Bonilla y el PP eran porque les obligaba la extrema derecha, pero ahora sabemos que comparten esas políticas: blanquean la violencia de género llamándola violencia intrafamiliar y con el veto parental han permitido que llegue hasta aquí el debate, comparten un modelo que no tiene nada que ver con la igualdad en valores”, concluye.
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