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2017: panorama incierto y renovación de líderes en Andalucía

Andalucía aprueba los presupuestos para 2017 con el respaldo del PSOE y C's

Olga Granado

La eterna campaña electoral y las consecuencias de los resultados en las urnas el 26J han escrito el guión político de 2016. De este modo, el año ha estado marcado en Andalucía por la derrota del PSOE, tras cuatro victorias consecutivas en comicios desde que Susana Díaz tomó las riendas de la federación; el papel determinante de ésta en la caída de Pedro Sánchez y la crisis del partido con la abstención para Mariano Rajoy; y la vuelta a las especulaciones sobre su futuro en Ferraz.

Todo ello en un panorama de cierto avance legislativo y de estabilidad con el pacto de investidura con C's para los momentos más importantes, como la reciente aprobación de los presupuestos autonómicos de 2017, pero de contestación en los servicios públicos y de bloqueo en las políticas de empleo.

En este sentido, el Gobierno de Andalucía ha lidiado, por un lado, con los envites recibidos desde la izquierda por la supuesta complicidad del PSOE-A con la derecha, ya sea por su relación con C's y las políticas que ello ha implicado, como por las negociaciones con los populares para la Moncloa desde el 26J. Y por izquierda y derecha, por la crisis en los servicios públicos, con las manifestaciones de la comunidad educativa y, sobre todo, contra la gestión sanitaria en la recta final del año como mayor exponente, a lo que hay que sumar los reproches por el incumplimiento de los compromisos en las políticas de lucha contra el paro.

Los socialistas han visto el aprovechamiento de la oposición en las manifestaciones en Granada, que luego se han extendido a Huelva y Málaga, pero que en todo caso han revelado la falta de reflejos políticos para reaccionar a una contestación ciudadana que ha disparado contra una de las líneas de flotación del Gobierno de Andalucía. Y mientras esto ocurría, se desataba otra crisis en la educación, no ya por los resultados negativos en el informe PISA, que suponían continuidad, sino por la respuesta desde la Consejería, a lo que se unía la movilización de los interinos y opositores por la ausencia de convocatoria de plazas prometidas.

El problema del paro

El paro, en 2016 ha seguido siendo el talón de aquiles del Gobierno de Andalucía: primero porque todavía está por ver si se ha cumplido su pronóstico de cerrar el ejercicio por debajo de los 900.000 desempleados y segundo por la lentitud en las políticas de empleo. Por un lado, las resoluciones para los planes de empleo, aprobados por ley a finales de 2015, no han empezado a llegar hasta hace un par de meses a los consistorios, por lo que los contratos no se han hecho este año. Segundo, porque no se han otorgado subvenciones para cursos de formación para el empleo para el empleo debido a la paralización provocada por la investigación interna de los mismos. Pese a que se ha publicado la convocatoria en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA), no se resolverán hasta 2017.

Precisamente, 2016 ha sido el año de la comisión de investigación creada en el Parlamento de Andalucía por el supuesto fraude con estos fondos públicos, por la que durante meses han desfilado los comparecientes hasta que ha quedado vista para dictamen y conclusiones. O sea, en el primer trimestre de 2017 se espera que esté el dictamen de su presidente, Julio Díaz, a partir de las conclusiones de los distintos grupos. Difícil será que haya acuerdo para su aprobación, porque mientras el PSOE-A insiste en que no hay ninguna responsabilidad política a la luz de los resultados judiciales que se están produciendo, la oposición, que le gana en votos, pone el listón más o menos alto pero encontrando culpables siempre.

En este contexto, 2016 abre las puertas a un año de tranquilidad electoral, con lo que parece inevitable que 2017 sea el escenario para una crisis de gobierno, no tanto por la salida de Susana Díaz, que se prevé que compagine todo el tiempo que pueda la presidencia de la Junta de Andalucía con su intento definitivo de asalto a Ferraz, sino por la de varios consejeros cuando además se aproxima el ecuador del mandato.

El año de la renovación

En paralelo, no sólo Susana Díaz, sino todos los líderes han tomado posiciones de cara a la renovación de las cúpulas de los partidos el próximo año. Teresa Rodríguez ha sido la primera en revalidarse como líder de su formación, mientras que el resto de partidos decidirán esto en 2017 cuando serán los congresos regionales del PP, donde en principio Juan Manuel Moreno no tendrá ningún rival; C's, con parecido pronóstico para Juan Marín; y PSOE, donde todo indica que se tendrá que ratificar el relevo de Susana Díaz si finalmente opta a la secretaría general del partido, por lo que ya circulan quinielas de sucesores de todo tipo.

Mientras, Antonio Maíllo resolverá en febrero si opta a revalidarse porque se haya en un momento de “reflexión personal” tras superar una grave enfermedad. La inminente publicación del Estudio General de Opinión Pública de Andalucía (Egopa), en enero de 2017, se les presenta a todos como un escenario cuanto menos incierto.

Seis leyes nuevas en vigor

No ha sido un año en blanco como 2015 para el Parlamento de Andalucía en cuanto a culminar la aprobación de leyes que llevaban más de dos años de tramitación, en concreto seis. En mayo, por unanimidad, la Ley de Derechos de Consumidores y Usuarios de Hipotecas; en julio, con igual votación, la Ley del Deporte de Andalucía, y la modificación de la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA), con el apoyo de PSOE-A, PP-A y C's y la abstención de Podemos e IU; en noviembre, la modificación de la Ley de Incompatibilidades de Altos Cargos con una proposición del PP-A, que logró el respaldo del resto y la abstención de IU; y en diciembre, la Ley de Servicios Sociales, con los votos en contra de IU, y la Ley de Presupuestos Generales de la Junta de Andalucía, con el rechazo de PP-A, Podemos e IU.

En este tiempo, el Consejo de Gobierno ha enviado dos proyectos de ley más, que presumiblemente serán aprobados en el Parlamento de Andalucía en 2017, como son la Ley de Participación Ciudadana y la Ley de Derechos de Personas con Discapacidad. Se prevé que sea lo más inmediato en aprobarse junto con la Ley de Memoria Democrática que lleva año y medio de tramitación parlamentaria con un proyecto de ley que está costando mucho abordar entre los grupos para que salga por unanimidad su aprobación.

Por su parte, el Consejo de Gobierno deberá darle forma de proyecto de ley a otra docena de anteproyectos que ha visto a lo largo de 2016: Ley del Cine, Ley de Coordinación de las Policías Locales de Andalucía, Ley Fomento del Emprendimiento, Ley de Creación de Colegios profesionales de Economistas, Ley de Cooperativas, Ley del Voluntariado de Andalucía, Ley de Promoción de la Actividad Física y la Alimentación Saludable, Ley de Agricultura, Ley de Medidas de Prevención y Protección Integral contra la Violencia de Género y Ley de Garantías y Sostenibilidad del Sistema Sanitario Público de Andalucía. Sin embargo, esto puede tardar un poco más, dado que por norma, la Junta de Andalucía está tardando dos años como mínimo entre el anteproyecto y el proyecto de ley.

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