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Sobre este blog

Pregunta: ¿Por qué autoentrevistas?

Respuesta: Porque al fin y al cabo todas las columnas de opinión son respuestas a unas preguntas que se han borrado.

P: Hable por usted, no por los demás.

R: Bueno, no sé si todas. Las mías sí. Cuando tengo que escribir una columna me hago preguntas, las contesto y luego borro la parte del entrevistador.

P: Y aquí ha decidido dejarla.

R: Sí, para darle voz a mi otro yo.

P: ¿Y no es un poco esquizofrénico eso de hacerse preguntas, contestarlas y llevarse la contraria?

R: Un poco, pero es la única manera que tengo de saber lo que pienso sobre las cosas. Y además no siempre estoy de acuerdo con mis opiniones.

Entrevista a Antonio Orejudo sobre los suizos y otros bollos

Antonio Orejudo

Pregunta. “No vamos a negociar la libre circulación de personas”. ¿A que no sabe de quién es esta frase?

Respuesta. De Jorge Fernández Díaz, el ministro del Interior.

P. Pues no. Es de Barroso, el presidente de la Comisión Europea.

R. Sí, he leído que la Comisión Europea ha dado un tirón de orejas al Gobierno español por el modo que tienen de abortar la entrada de inmigrantes. Que no entre nadie, pero que no sean tan cutres, es lo que le ha venido a decir.

P. Vuelve a equivocarse. La frase de Barroso no se refería a lo que ha pasado en Ceuta. Se refería a lo que ha sucedido en Suiza. A que haya salido el sí en el referéndum sobre las cuotas a la llegada de inmigrantes.

R. Córcholis. Como analista político soy una ruina.

R. ¿Qué le parece a usted que en Europa haya sentado tan mal que Suiza vaya a aplicar las mismas políticas de inmigración que aplica la propia Europa?

R. Pues, mire, el caso suizo me parece muy interesante. Mucho. En primer lugar está la hipocresía de considerar intolerable dentro de la Unión Europea lo que consideramos aceptable de fronteras para afuera. El resultado del referéndum suizo ha sido como ponernos delante un espejo: mirad —nos han dicho los suizos sin querer— así de asquerosos sois. La contradicción es tan flagrante que da hasta un poco de vergüenza ponerla de manifiesto.

P. Periodísticamente ha sido muy efectista la coincidencia del referéndum suizo y de la muerte de los inmigrantes en Ceuta.

R. Bueno, eso es porque el ministro Fernández además de ser un integrista iraní, pero en católico, es gafe; empiezo a sospechar que además de mal rollo da mal fario. Rajoy debería pensar si mantenerlo en el Gobierno con unas elecciones a la vuelta de la esquina. Pero ese es otro tema. Volviendo al referéndum de los suizos: me parece admirable su cultura democrática, la facilidad con que preguntan a la gente cómo quiere organizarse. Es casi democracia directa, la democracia directa que pedíamos nosotros en las plazas del 15M. No nos representan, gritábamos; es decir, no queremos que los políticos decidan por nosotros; queremos ser nosotros los que digamos qué hay que hacer en cada momento.

P. Hay ciertos temas, asuntos como este, que no deben ser sometidos a referéndum.

R. ¿Me dice usted que hay temas demasiado complejos para que la gente los pueda votar, asuntos que son fácilmente manipulables por los demagogos engañadores de niños pequeños? Puede ser, puede ser que usted tenga razón. Pero esa idea de un electorado inmaduro, mal preparado y fácilmente manipulable no casa muy bien con la defensa de la democracia pura. Si la política de inmigración de un país no es el tipo de asunto que someteríamos a votación, no sé para qué sirve la democracia directa. El peligro de la democracia, sobre todo de la democracia directa, es que los ciudadanos pueden votar algo que el demócrata defensor de la democracia directa nunca imaginó que pudiesen votar.

P. El resultado de Suiza es cualquier cosa menos inimaginable. En Francia Le Pen sube como la espuma en los sondeos gracias precisamente a sus gritos contra la inmigración; y en Holanda sucede lo mismo con el partido de Wilders. Y en el Reino Unido, el éxito del UKIP está convirtiendo a Cameron en un campeón de la xenofobia.

R. Y en España no va a dimitir nadie por las muertes de Ceuta. Si dimite alguien, que no creo, será por las mentiras, no por las muertes. El Gobierno no siente que este asunto lo haya desgastado. Hay muchos ciudadanos que piensan que el ministro hace bien impidiendo como sea la llegada de esos inmigrantes ilegales que se quedan con el poco trabajo que hay. No lo dirán nunca en público, porque queda muy feo que no te importe la muerte de negritos, pero no es lo que más les preocupa. El problema no son los políticos, ni siquiera las instituciones o la calidad de la democracia. Sí, todo eso es un problema, pero menor. El problema son los ciudadanos. La crisis nos ha convertido en lobos. ¿Democracia directa? Me da un poco de miedo ser gobernado por mis semejantes.

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Pregunta: ¿Por qué autoentrevistas?

Respuesta: Porque al fin y al cabo todas las columnas de opinión son respuestas a unas preguntas que se han borrado.

P: Hable por usted, no por los demás.

R: Bueno, no sé si todas. Las mías sí. Cuando tengo que escribir una columna me hago preguntas, las contesto y luego borro la parte del entrevistador.

P: Y aquí ha decidido dejarla.

R: Sí, para darle voz a mi otro yo.

P: ¿Y no es un poco esquizofrénico eso de hacerse preguntas, contestarlas y llevarse la contraria?

R: Un poco, pero es la única manera que tengo de saber lo que pienso sobre las cosas. Y además no siempre estoy de acuerdo con mis opiniones.

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