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SEGURIDAD EN MONTAÑA

La importancia de las palabras en los “Primeros Auxilios” en montaña

Íñigo Soteras

Íñigo Soteras Martínez (médico del Comité de Seguridad FEDME)

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Cualquier víctima que sufre, o es testigo, de un accidente grave en el medio natural está en peligro de sufrir trastornos psicológicos por estrés agudo que pueden llegar a producir importantes secuelas como es el estrés post-traumático. Nuestra interacción hacia la víctima y acompañantes, es decir, nuestros gestos y palabras mientras proveemos los primeros auxilios, tendrán mucho impacto sobre las sensaciones que perciban las personas involucradas en el accidente y podrán ayudar a reducir estos trastornos.

Dentro de nuestra formación en primeros auxilios debemos conocer y practicar habilidades de comunicación interpersonal para disminuir las situaciones de excesivo estrés que puedan aparecer. Estas técnicas psicoterapéuticas se denominan primeros auxilios psicológicos y son fundamentales durante el auxilio de víctimas en el medio natural.

La aparición de cierta cantidad de estrés ante un accidente es una respuesta lógica y razonable. El estrés nos ayuda a protegernos cuando nos encontramos ante una situación de peligro. Durante una situación de estrés desarrollamos un potente recuerdo de la experiencia vivida repleto de sensaciones, y ese recuerdo nos servirá de protección ante futuras circunstancias que identifiquemos con situaciones similares. Es un mecanismo de supervivencia. Pero cuando este estrés deja de ser fisiológico o normal, sobrepasa a la víctima que lo experimenta y no es capaz de integrarlo o encontrarle sentido, y generará un trastorno por estrés como, por ejemplo, el estrés postraumático, que podrá afectar a la posterior vida diaria de la víctima. Las sensaciones de soledad, desamparo, aislamiento o lejanía hasta el hospital favorecen los trastornos por estrés agudo, todas ellas frecuentes en los accidentes en el medio natural.

Primeros auxilios psicológicos

Los primeros auxilios psicológicos son técnicas científicamente contrastadas que utilizan acciones prácticas y adaptadas al entorno con el fin de reducir el nerviosismo y establecer un clima de seguridad durante el auxilio reduciendo de esta manera el exceso de estrés. Cualquier persona, sin necesidad de ser sanitario, con un entrenamiento adecuado, puede aplicar estas técnicas. Estas intervenciones se basan en cinco pilares fundamentales:

1. Construir un entorno seguro

Crear una sensación de seguridad es fundamental para reducir los trastornos por estrés agudo, disminuyendo los estímulos que pueden abrumar el sistema nervioso de los afectados. Apartar la visión del individuo de un peligro, proteger de estímulos que puedan abrumarle como ruidos, viento, frío, y usar palabras como a salvo o protegido pueden reducir esta hiperexcitación y reforzar su sensación de seguridad.

2. Crear calma

Intentar disminuir posibles situaciones de emocionalidad extrema tras un accidente, evitando hiperexcitaciones, y así controlaremos posibles ataques de pánico. Nosotros también debemos estar calmados. No dejaremos que el nerviosismo nos dificulte la toma de decisiones durante nuestra ayuda. Hay que recordar que lo primero es nuestra seguridad. El empleo de técnicas sencillas como el control de la respiración, repaso mental de nuestro aprendizaje previo, la visualización de nuestras futuras acciones y la concentración pueden ayudarnos en este objetivo fundamental.

3. Fomentar la auto suficiencia de la víctima

Hacer sentir a la víctima que está ayudando en su propia asistencia y rescate mejora su nivel de estrés al promover su propia autonomía. Presionar su propia herida o contar sus pulsaciones son ejemplos de éstas acciones de autocuidado. Debemos, eso sí, asegurarnos de que la víctima tiene conocimientos suficientes, ya que sino aun la desmoralizaríamos más.

4. Conectar con la víctima

La sensación de soledad física y mental que la víctima experimente está muy relacionada con las lesiones de estrés postraumático. Conectar con la víctima accidentada es importantísimo. Pequeños gestos como llamarla por su nombre, tocarle si es posible, hablar con ella para demostrar que empatizas y que la comprendes, son gestos muy útiles para establecer esta conexión.

5. Crear esperanza

En una situación dramática y con poca información médica dar esperanza puede ser difícil, pero podemos intentar disminuir esa desesperación siendo positivos y generando esperanza para que puedan ver alguna posibilidad entorno a ellos. Por ejemplo, podemos infundir esperanza en que la situación mejore un poco o pensar algún pequeño deseo que se pueda cumplir. Muchas veces podemos observar que esta misma esperanza aparece por si sola cuando la víctima se siente a salvo y en calma, y está atendida por una persona con conocimientos que la involucra para recordarle sus fortalezas. Cuando los primeros auxilios psicológicos se llevan a cabo, los sentimientos de derrota, desamparo y soledad disminuyen lo suficiente para que se origine una chispa de esperanza.

Con estas acciones no solo beneficiaremos a las víctimas sino también a nosotros mismos. Ya que, aunque no podamos cambiar nuestra exposición al drama que se vive en un accidente, podremos procesar e integrarlo mejor en nuestras vidas.

Bibliografía

  • Mcgladrey L. [2018] Psychological First Aid and Stress Injuries. In: Hawkins SC. Wilderness EMS. Wolters Kluwer, Philadelphia.
  • Loewenberg H, Hawkins SC, Brisson M. What If Words Could Prevent Post-Traumatic Stress Disorder?. Emergency Medicine News. Sept 2020.
  • En https://journals.lww.com/em-news/Fulltext/2020/09000/Words_Matter__A_Psychological_First_Aid_Toolkit.20.aspx.
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