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La Vall Fosca, caminando entre lagos

Vall Fosca
22 de diciembre de 2021 08:03 h

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La Vall Fosca, o valle Oscuro (“Fosca” significa ‘oscura’ en catalán), recibe su peculiar nombre por el hecho de que las pronunciadas pendientes de los picos de más de 2.500 metros de altura que lo rodean apenas dejan que la luz del sol acaricie el fondo del valle unas horas al día, especialmente durante los meses de invierno. Un valle que se caracteriza por la abundante cantidad de lagos, unidos mediante túneles, y cuya principal función es suministrar agua a las centrales eléctricas de Sallente y Cabdella.

Lo cierto es que la llegada de las hidroeléctricas a la Vall Fosca supuso desde el primer momento importantes cambios, empezando por la construcción de diversos edificios que, hoy en día, han acabado convirtiéndose en construcciones icónicas reconocidas como patrimonio del territorio. Uno de los edificios más simbólicos, levantado a orillas del lago Colomina, y que recibiría el nombre del ingeniero suizo que dirigió las obras, es la casa Keller. La casa Keller se convertiría en 1973 en el nuevo refugio de Colomina, tras el cese de la explotación por parte de FECSA (ahora integrada en el grupo Endesa), propietaria del edificio, a la Federació d'Entitats Excursionistes de Catalunya.

El refugio de Colomina se convirtió desde ese momento en un referente dentro del Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici. Se estableció como uno de los enclaves más emblemáticos del turismo catalán desde su fundación, y prueba de ello es que, cada año, más de 3.500 personas visitan este refugio.

Senderismo, la actividad estrella

El proceso de construcción de centrales hidroeléctricas en los Pirineos a principios del siglo XX incluía la construcción de edificios auxiliares, como hospitales o viviendas para los trabajadores, construcciones que con el tiempo quedaron en desuso. Mediante el anteriormente citado acuerdo con la FEEC, Endesa cedió estas instalaciones para que se les diese una nueva vida. De este modo, y más concretamente a través de la conversión y gestión de estos edificios en refugios por parte de la FEEC, se ha contribuido a la promoción del turismo, así como a la preservación del medio ambiente.

Actualmente, la Vall de Fosca, y el refugio de Colomina, tanto como localización para inicio de actividad, destino final o incluso punto de paso, se han convertido en referentes para los amantes de las actividades al aire libre de todo el país. Un entorno mágico salpicado de lagos, bosques y picos que invitan a ser recorridos. Tal es así que cada vez son más las rutas que recorren este paraje. Una de ellas, posiblemente la más emblemática y popular, es Carros de Foc, un recorrido circular que une nueve refugios de montaña localizados dentro del Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici. Una preciosa travesía que enlaza el citado refugio Colomina, con los de JM Blanc, Ernest Mallafré, d’Amitges, Saboredo, Colomers, Restanca, Ventosa i Calvell y Estany Llong. Como alternativa existe una ampliación de recorrido incluyendo los refugios de Pla de la Font y del Gerdar. En total hablamos de unos 55 kilómetros, con un desnivel acumulado de 9.200 metros y una altura media de 2.400 metros. El punto más elevado lo encontraremos en el collado de Contraix (2.745 metros).

Un detalle importante a tener en cuenta antes de realizar dicha ruta es que discurre en su totalidad por terreno de alta montaña y el itinerario no cuenta con un marcaje continuo y específico, por lo que es fundamental llevar mapa. Encontraremos tramos que pertenecen al GR 11, con marcas de pintura roja y blanca, otros están marcados con estacas de madera pintadas de amarillo, pero la mayor parte del tiempo nos tendremos que guiar por los hitos que otros montañeros han ido levantando a lo largo de los años. 

Uno de los grandes atractivos de esta ruta, más allá de la obvia belleza del paisaje, es que, al ser circular, se puede iniciar y terminar el cualquiera de los citados refugios. Eso sí, si queremos recorrerla al completo necesitaremos entre 5 y 7 días.

No obstante hacer noche no será un problema ya que el propio recorrido nos lleva de refugio en refugio. Además, hablamos de edificios que han sido reformados, como es el caso del refugio de Colomina, y que en 2017 fue objeto de diversas obras de adecuación para mejorar notablemente el equipamiento. Como resultado de esta acción, el refugio mejoró la comodidad y aumentó el espacio, tanto para los usuarios como para los guardias. Se amplió el espacio para cocinar y comer, así como el número de retretes y lavabos, para satisfacer las necesidades reales de los visitantes. También se ampliaron los dormitorios en la planta superior, con el fin de proporcionar una mayor comodidad y se reformó la distribución interior para mejorar las condiciones de uso.

Es importante destacar que éste no es el único refugio cedido por Endesa a la FEEC. Existen otras dos instalaciones que funcionan como refugios: Coma de Vaca, en el Ripollès, y Mallafré, también en el Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici.

El teleférico de la Vall Fosca

En este mismo valle pirenaico, y situado en el término municipal de la Torre de Capdella, en el Pallars Jussà, nos encontramos con el teleférico de la Vall Fosca, que ha visto como crecía exponencialmente la afluencia de visitantes durante los meses de verano -julio, agosto y septiembre- hasta un total de 25.000. Un teleférico que ha servido de “ascensor” y puerta de acceso a una treintena de lagos, así como numerosos itinerarios de senderismo y paisajes únicos y de gran belleza en el entorno natural del Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici.

El mes de julio vivió el segundo mayor número de visitantes registrados con casi 8.000, solo superado en el verano de 2016, cuando se contabilizaron más de 9.000 visitantes.

Este año, no obstante, ha sido especial ya que se han incorporado dos grandes novedades, la venta online y la posibilidad de viajar con animales de compañía.

Endesa, como propietaria del teléfono, realiza cada año una revisión de la instalación, que incluye el mantenimiento mecánico y eléctrico ordinario del aparato, el control del estado del cableado, la conexión de los cables y la comprobación de todos los elementos de seguridad. Esta inspección, realizada por Endesa como propietaria del teleférico, permitió a la Direcció General de Transport per Cable de la Generalitat de Catalunya conceder una cesión de uso al Ajuntament de la Torre de Capdella para la realización de actividades turísticas durante los meses de verano.

Entre las medidas de seguridad que se han tomado este año debido a la pandemia destacan el uso obligatorio de la mascarilla, la colocación de toallitas con gel al entrar y salir del teleférico, la ventilación natural interior y la desinfección de la cabina después de cada viaje.

El teleférico fue construido en 1981 por la antigua FECSA, ahora integrada a Endesa, para sustituir el antiguo sistema de acceso al estany (dos funiculares y un ferrocarril de vía estrecha) y facilitar el transporte de personal y materiales durante la construcción de la nueva central hidroeléctrica Sallente-Estany Gento. En 1991, Endesa decidió ofrecer al público el aparcamiento durante los meses de verano, de manera que, mediante un convenio, la gestión de las visitas y servicios lo realizara el Ayuntamiento de la Torre de Capdella.

Puerta de acceso a los lagos

La función principal de este teleférico, que en 1986 era considerado el mayor teleférico del mundo, y que podía transportar hasta 25.000 kilos de peso, no es otra que salvar el desnivel entre Sallente y Estany Gento, tanto de personas como de materiales. Gracias al teleférico, y en menos de un cuarto de hora, nos ahorramos 4,5 kilómetros de camino y salvamos un desnivel de unos 450 metros. La estación inferior se encuentra a 1.770 metros, cerca del barrio de Sallente, y la estación superior a 2.140 metros, cerca de Estany Gento, el cual está conectado a la central hidroeléctrica que hay bajo tierra y que nutre al embalse de Sallente.  

Y es desde aquí arriba, desde el Estany Gento, y nada más bajarnos del teleférico desde donde podremos disfrutar de diversas rutas, algunas imprescindibles, que recorren este paisaje de montaña dominado por picos de más de 2.500 metros y una treintena de lagos que convierten el valle en un paraíso para la práctica del alpinismo y el senderismo.

De entre la gran infinidad de posibilidades hemos querido destacar una, bastante asequible, y que nos llevará a bordear los lagos de Frescau, Mar, Saburó y Colomina. Preciosas vistas dominadas por las calmadas aguas de los lagos y el verdor de los prados salpicados de rocas y laderas descarnadas. A nuestro regreso pasaremos nuevamente por el refugio Colomina, donde poder tomar un tentempié antes de, o bien regresar al teleférico, o si nos hemos quedado con ganas de más, ampliar la ruta dirigiéndonos hasta el Estany de Mariolo tras recorrer la ribera sur del Estany Tort. La vuelta en este caso la realizaremos por el mismo camino de ida hasta llegar al Estany Gento, desde donde podremos descender caminando o, nuevamente, hacer uso del teleférico para ahorrarnos unos cuantos kilómetros y un preciado tiempo. En total habrán sido unos 15 kilómetros con un desnivel positivo de algo más de 600 metros y acumulado de 1.250 metros.

No obstante, y como ya hemos indicado anteriormente, ésta es solo una de las maravillosas rutas que recorren los numerosos lagos de este parque, sin duda, una de las mayores riquezas que alberga.

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