Poemas contra la intolerancia
Sergio Peris-Mencheta reivindica la faceta política del teatro y dispone de la actuación como un medio con el que transmitir mensajes potentes que calen en la sociedad. Con esta premisa, con la metáfora de un bufón que le escupe la verdad al rey a la cara sobre el escenario, para señalar sus vergüenzas y poner límites a los desmanes de los poderosos, el actor y director madrileño llega al Ciclo 'Noches de la Biblioteca' de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) con un objetivo: recitar poemas contra la intolerancia.
Así, la lectura dramatizada de 'A voz en cuello' de Mario Benedetti le sirve para hacer una defensa férrea de la libertad de expresión en unos tiempos en los que “nos están impidiendo decir lo que pensamos”, en alusión a la Ley sobre la Protección de la Seguridad Ciudadana, conocida como 'Ley Mordaza'.
En una rueda de prensa celebrada en Santander con motivo de su actuación junto a la actriz Marta Solaz, ha insistido en que eligió “textos que hablan de la libertad de expresión frente a la mordaza que nos están tratando de inculcar desde las instituciones, pero también desde fuera, educándonos con una televisión bastante poco productiva, metiéndonos en vena un sistema que nos impide la creatividad, ser nosotros mismos”.
“Yo hago, de alguna manera, el rol de locutor de un programa de radio que se llama 'Voz en cuello'”, ha comentado, en referencia a su papel en esta adaptación de la obra de Benedetti y en la que, según ha explicado, incluye algunos poemas como 'Viceversa', 'Corazón coraza' o 'Táctica y estrategia'. También ha destacado la rapidez del teatro a la hora de llevar la actualidad a escena, porque “lo que ocurre en política una mañana, ya está en los cafés teatro por la noche”.
En referencia a esa faceta política del teatro que reivindica, Peris-Mencheta ha señalado que, a diferencia de otros actores, él no actúa en papeles que vayan contra sus creencias o principios, aunque entiende que alguien trabaje en papeles con un punto de vista con el que no están de acuerdo.
“En España se nos ha dejado un poco abandonados de juego y de creatividad. El actor parece que no propone, solamente está a las órdenes de un director y bajo su punto de vista tienen que interpretar las palabras escritas por otro, que es el autor. Es un medio, por así decirlo”, ha concluido.
