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Las fiestas de la pandemia: la obligada distancia social anticipa un verano sin verbenas

El lanzamiento del chupinazo de la Semana Grande de Santander.

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Si hay algo que caracteriza a los veranos son sus fiestas patronales: las ferias, las verbenas, las quedadas con amigos para grandes y pequeños sin hora de vuelta a casa y la diversión de salir alejada del panorama de bares y discotecas que se respira cada fin de semana. En verano todo cambia, y los festejos populares lo demuestran. Sin embargo, parece que esta época de calor, como pasa con todo últimamente, tampoco volverá a ser lo mismo.

Ya en pleno confinamiento comenzaron las dudas sobre qué ocurriría este verano con las fiestas patronales: Por un lado estaban los partidarios de que estas siguiesen adelante por el motor económico que suponen para los municipios y para los propios vecinos, que tras meses de cuarentena reclamaban algún tipo de celebración ajustado a lo que sería la nueva normalidad. Por otro, aquellos que preferían ser prudentes y anticipaban que estas no se iban a celebrar por miedo al rebrote.

Pero con el desconfinamiento vinieron las normas que marcaban cómo serían este tipo de eventos: en primer lugar la norma de que hasta el 8 de julio no habría festejos y en segundo, una limitación en el aforo que indicaba que en los espectáculos culturales, como las orquestas, no podrían albergar a más de 300 personas de pie, o a 1.000 sentadas manteniendo siempre la distancia mínima de seguridad.

No obstante, este pasado viernes el Gobierno de Cantabria publicaba un decreto en el que, además de aplicar esta última norma de forma estricta para los eventos populares, indicaba que habría que comunicar el festejo a la Dirección General de Salud Pública con siete días de antelación y con una “declaración responsable”. En ella se debe precisar el nombre del responsable de la fiesta, el tipo de celebración que se pretende realizar, las dimensiones del lugar, el máximo de aforo permitido o la forma en la que se aplicarán las medidas de seguridad de la COVID-19.

Asimismo, y aunque en un principio no parece que vaya a ser una opción para la mayoría de municipios, las atracciones de feria estarían permitidas con diferencias en el aforo de entre el 50 y el 75% dependiendo de si se trata de filas de asientos o asientos individuales. Una guía que, a priori, dificulta pero no prohíbe las fiestas. Eso sí, echándole un poco de imaginación.

Santander, la ciudad de las contradicciones

Una de las primeras ciudades en aventurarse a decir que las fiestas patronales (la Semana Grande, en este caso) no se suspenderían fue la capital cántabra. En una entrevista del pasado 3 de mayo (cuando aún no se había iniciado la fase 1 de la desescalada), la alcaldesa, Gema Igual, advertía que las fiestas “se iban a celebrar”. Ya a finales de mes relajaba las declaraciones e informaba de que no habría atracciones, fuegos artificiales ni chupinazo, algo que a principios de mayo sí pretendía hacer.

Ya instalados en la nueva normalidad y con una previsión más clara de lo que se podría hacer para Santiago, concluían que las corridas de toros quedarían aplazadas hasta 2021, aunque adelantaban que en las fiestas sí que habría “alguna referencia a la tauromaquia”. Y unos días más tarde, concretamente el día de San Juan, Igual explicaba que la Semana Grande contaría con actividades de calle y espectáculos al aire libre “adecuados a las exigencias sanitarias actuales”. De esta forma adelantaba que los pasacalles, por ejemplo, serían una opción.

Pero como viene siendo habitual con el equipo de gobierno del PP y Ciudadanos en el Ayuntamiento, las contradicciones no tardarían en llegar. El portavoz del Consistorio, el 'naranja' Javier Ceruti, contaba esta semana que todavía no había un programa de fiestas debido a que “la pandemia hace que nada sea predecible”, unas declaraciones bastante alejadas del pronóstico de su alcaldesa, que ya en mayo se aventuraba a decir con seguridad que las fiestas se iban a celebrar “sí o sí”.

Torrelavega no renuncia a La Patrona

El alcalde de la capital del Besaya, Javier López Estrada, al igual que la regidora santanderina, anunció en mayo que las fiestas de la Virgen Grande se mantendrían “por responsabilidad con los hosteleros, los artistas, los churreros y todos los que viven de la actividad económica que genera La Patrona”. En ese momento también reclamó a los técnicos que siguiesen adelante con todos los expedientes “para tenerlo todo preparado”, eso sí, adaptándolo a las circunstancias.

Solo unos días después, desde el Ayuntamiento tomaban la primera decisión firme sobre las fiestas: No habría conciertos ni en el Bulevar Demetrio Herrero, ni el festival Vive en la Feria en La Lechera, ni el Soundcity en La Llama. Sin embargo, la concejala de Festejos, Patricia Portilla, ha explicado que aunque van a ser unas fiestas “totalmente diferentes a las ediciones anteriores”, La Patrona se va a celebrar apostando por “pequeños formatos y espectáculos itinerantes”. Según la responsable del área, habrá cultura “que no conlleve poder de convocatoria”, es decir, se realizarán diferentes actividades en distintos puntos de la ciudad y de forma simultánea para que la gente se pueda repartir.

Por lo tanto, este 2020 habrá que renunciar al recinto ferial, y no por las atracciones (que sí están permitidas) sino porque desde el Consistorio consideran que es “imposible” controlar el número de personas que entra por el Zapatón. Sobre la música, uno de los grandes sellos de estas fiestas, Portilla ha confesado que están “dando vueltas a ver cómo se mantiene”, aunque lo que sí es seguro es el ciclo de conciertos ‘Viva la Vida’, que ya se está celebrando en La Lechera y que se incrementará notablemente durante las fiestas con espectáculos todos los días.

Lo que también ha adelantado Portilla es que en estos momentos se encuentran en reuniones para poder tener todo cerrado en 15 días: “Esperamos poder presentar el nuevo programa a finales de julio” ha revelado.

La Batalla de Flores de Laredo, sin batalla pero con flores

“Se va a hacer porque la Batalla de Flores es más que una fiesta”, comienza explicando Charo Losa, la alcaldesa de Laredo. Por esta razón, y a pesar de ser unos de los primeros en anunciar que la Batalla se suspendería, también han sido rápidos en reprogramar unos festejos que cada año congregan a miles de personas y que tienen las flores como principal reclamo. Y precisamente por eso y para no perder su esencia, han decidido conservar la tradición realizando figuras y paneles (en algunos casos tan grandes como carrozas) que se podrán ver por las calles de la ciudad en una exposición itinerante.

Pero además de eso, en Laredo habrá chupinazo “aunque simbólico”. “Estarán todas las peñas guardando las distancias y con mascarillas, luego por la tarde daremos la vuelta al recorrido por el que pasan las carrozas todos los años junto a todas las peñas y las asociaciones, también respetando las medidas”, explica la regidora.

Asimismo, y según aclara Losa, desde el Ayuntamiento ya se está apelando “de forma constante” a la responsabilidad individual. “Estamos pasando por las calles constantemente con un coche en el que se indica que hay que respetar todas las medidas sanitarias porque no podemos bajar la guardia… No podemos volver a lo de antes”, advierte. Así que aunque haya habido que anular la orquesta o los fuegos artificiales, “en Laredo habrá música y se mantendrá todo el ambiente festivo que se puede mantener en una situación como esta”, concluye la alcaldesa.

Comillas, nada de verbenas pero con el Cristo en las calles

Otra de las fiestas más emblemáticas de Cantabria es el Cristo de Comillas, un evento que todos los años hace que se desplacen miles de jóvenes de otras comunidades para disfrutar de unas verbenas que han conseguido que este festejo se convierta en una referencia a nivel nacional. Sin embargo, este año y a pesar de que desde el Consistorio tienen cierta previsión de que puedan aparecer botellones clandestinos, tanto las orquestas como los fuegos artificiales han quedado suspendidos.

Y precisamente la posibilidad de que los jóvenes puedan seguir asistiendo a pesar de que no haya ningún evento programado, es lo que ha llevado al Ayuntamiento a ampliar la seguridad en el municipio con una presencia mayor tanto de Guardia Civil como de Policía.

El concejal de Festejos del Ayuntamiento comillano, Pedro José Velarde, señala que han tenido que suspender toda la programación porque todos los eventos llevaban implícita la aglomeración de personas. Lo que sí ha revelado a este medio es que han programado para el fin de semana del 18 y 19 de julio pasacalles que transiten por el municipio para aportar el ambiente festivo tan clásico de estas fiestas. De la misma forma conservarán la misa del Carmen e incluso la retransmitirán virtualmente para respetar todas las medidas de seguridad que la pandemia trajo consigo.

Ampuero, el municipio que ha suspendido sus fiestas

Y rompiendo la tónica de intentar mantener algo de sus festejos, Ampuero ha decidido finalmente que no celebrará las famosas fiestas de la Virgen Niña. Lo ha hecho este miércoles a través de un vídeo colgado en su Facebook en el que informan de que el año que viene “volverán con más fuerza”. Lo que sí celebrarán es la misa y la tradicional procesión, pero alejados de la programación habitual que llevan consigo estas fiestas como son sus conocidos encierros.

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