Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
¡No es lo que parece!
El debate en torno a la masificación turística en Santander y Cantabria es reiterativo todos los veranos, tan reiterativo como infructuoso porque lo que unos consideran un problema, otros lo ven como una oportunidad y así no hay manera de entenderse, máxime cuando son las instituciones con capacidad decisoria las que están encantadas con la situación. Que es de masificación, no me cabe duda, a no ser que se haga como en las viejas películas de enredo rancio, en donde sorprendido el cónyuge infiel en la cama con un tercero aquel exclama ante la evidencia: ¡No es lo que parece!
Sí es lo que parece. A falta de datos oficiales de este año, sabemos que en 2024 Santander superó el millón de pernoctaciones hoteleras, “récord histórico” según el informe de coyuntura turística. Las cifras autonómicas también marcan récords: 2,1 millones de turistas y seis millones de pernoctaciones en 2024. Pero así, de récord en récord, vamos cuesta abajo.
El concejal de Turismo de Santander, Fran Arias, cree que aún hay margen de crecimiento turístico por lo que no cabe hablar de masificación. Así que uno no debería preocuparse, al parecer, si la ocupación media de camas hoteleras es del 80% con puntas del 90%, como ocurre estas semanas. Es más, si en el futuro aumenta el número de camas en la oferta hostelera de la capital se puede dar la paradoja de que suba el número de visitantes y baje el porcentaje de ocupación, lo que aumenta el margen estadístico de crecimiento por más que en las calles y pueblos haya más gente haciendo fotos que trabajando.
La presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, no niega que haya muchedumbres deambulando por calles y plazas, pero como son 40 días al año (sic), no cabe hablar de masificación y quien así lo haga, como dice el consejero de Medio Ambiente, Roberto Media, es que quiere dañar la economía. No se trata de eso.
Tal vez haya que esperar a que el porcentaje de ocupación en Santander alcance el 99,99% o que la temporada alta no sean 40 sino 364 días al año o que el turismo campe a sus anchas sin ningún tipo de freno medioambiental o económico antes de que alguien se empiece a preguntar a dónde nos dirigimos, del mismo modo que haya alguien que pueda estar preguntándose por qué llenar un carro de supermercado costaba 120 euros a principios de 2021 y ahora 200 euros.
El campo (y quien dice campo, dice pesca y otros subsectores del primario) ha sido en las últimas décadas sistemáticamente despreciado y maltratado; y la preservación de parajes como Oyambre -por la sociedad civil, no se olvide-, permite que se promocione la comunidad como un paraíso terrenal por aquellos que tal vez no tengan empacho en sembrar Cantabria de bosques de eólicos en aras de la economía.
“Mucha gente quiere cargarse uno de los pilares básicos de la economía que es el turismo”, ha dicho el consejero cántabro Roberto Media. También pudiera decirse del mismo modo: “Mucha gente quiere cargarse uno de los pilares de la economía, que es la industria del automóvil” por aplicar el código de circulación; o “mucha gente quiere cargarse uno de los pilares de la economía, que es la ganadería” por exigir controles veterinarios; o “mucha gente quiere cargarse uno de los pilares de la economía, que es el turismo” por decir que se está masificando.
Si se puede conducir a 230 kilómetros a la hora, ¿por qué limitarlo a 120? El mantra de 'si es posible, permítase' siempre ha funcionado, otra cosa es que nos estrellemos en la primera curva.
Vamos a sacar la bicha: decrecimiento. Y vamos a acabar con expresiones tramposas como “desarrollo sostenible”. La propia presidenta, en su valoración, destacaba que se estuvieran “batiendo todos los registros” y el concejal santanderino también utilizaba la misma expresión entusiástica, como si batir récords fuera el objetivo y no vivir mejor.
Lo de batir un récord (económico, se sobreentiende) puede tener cabida en el esquema de la cuenta de resultados de una empresa (y aun así sería discutible si tiene una incidencia social), pero una administración pública no ha de tener por principal objetivo batir récords de forma acrítica, sino hacer políticas en beneficio de todos los ciudadanos y a largo plazo.
Frenar la escalada, incluso decrecer en determinadas épocas del año, será una decisión que habrá de adoptarse tarde o temprano. La economía seguirá existiendo entonces y tal vez se dé una oportunidad para una Cantabria, si no infinita, al menos respirable. Ya es hora de que el pirómano se ponga el traje de bombero.
Sobre este blog
Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
2