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“Está habiendo un repunte en la violencia entre los jóvenes”

María Paz Ruiz, psicóloga forense y experta en violencia de género.

Laro García

María Paz Ruiz es psicóloga forense, formadora internacional y experta en violencia de género. En una de las semanas más trágicas en nuestro país, con múltiples casos de asesinato y agresión a mujeres por parte de sus parejas ocupando las portadas de los medios de comunicación, ha dirigido un encuentro profesional en la Universidad Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander que trata de reflexionar sobre los avances conseguidos en los últimos años y que ha hecho énfasis en los retos futuros para que la tolerancia cero con el terrorismo machista se instale en la sociedad española. En su análisis, alerta sobre la repetición de conductas violentas por parte de los jóvenes e insiste en la necesidad de apostar por una educación en igualdad desde edades tempranas.

-El décimo aniversario de la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género ha quedado en un segundo plano y, según denuncian muchos profesionales, sigue sin hacerse una evaluación de su efecto sobre la sociedad española. ¿Cree que falta una mayor reflexión para analizar qué ha fallado hasta el momento?

Es evidente la necesidad de hacer una evaluación y sopesar qué se ha conseguido y cuáles son los flecos que aún quedan por resolver. Las leyes son muy pretenciosas y no se desarrollan lo suficiente como para conseguir lo que realmente pretenden. Este ley puso sobre la mesa la necesidad de educar en igualdad. La educación desde la misma guardería hasta la Universidad. Probablemente eso frenaría muchas situaciones de violencia de género. Debemos avanzar hacia una línea infranqueable: tolerancia cero a la violencia y educación en plano de igualdad, que no se perciba a la mujer como un objeto. Caminar hacia la igualdad es el reto que tenemos en la sociedad española.

-¿Cuáles son los avances fundamentales que se han producido en los últimos años en la lucha contra la violencia de género?

Se han implementado medidas de protección hacia las víctimas que son imprescindibles, hay profesionales especializados, que no existían antes, y están haciendo una labor importantísima, pero el problema muchas veces es que la mujer no llega a poner una denuncia, con lo que no se puede proteger, no se puede anticipar a los finales trágicos que vemos constantemente. Esas mujeres están atenazadas por el miedo y no se llega a formular denuncia.

El reto es que la mujer ponga freno a esa situación y reclame ayuda de la policía o la judicatura. Esto es un problema de corresponsabilidad: necesitamos que los familiares y el entorno más cercano a las víctimas ayuden a hacer aflorar esa violencia para combatirla.

-¿Y cuáles son los retos que aún no se han afrontado en este camino hacia la erradicación del terrorismo machista?

Debemos hacer un mayor acompañamiento a las víctimas mientras están inmersas en un proceso judicial o cuando se pone en libertad a los agresores, una vez se ha cumplido la condena. Hay que seguir formando a los profesionales y establecer una línea de colaboración interinstitucional. El reto es conseguir que la sociedad se conciencie, aunque hemos avanzado muchísimo.

-Los profesionales insisten en que es imprescindible ahondar en la educación desde edades tempranas. Sin embargo, cuando se publican datos o estudios sobre la violencia entre los jóvenes, llama mucho la atención que no esté surtiendo el efecto esperado. ¿Qué está fallando?

Que algo está fallando es una realidad. Hay diferentes estudios, investigaciones y datos estadísticos que reflejan que está habiendo un repunte en la violencia entre los jóvenes. Parece que hay más tolerancia tanto entre los chicos como entre las chicas. Yo también insisto en la educación. Debemos caminar hacia la prevención primaria y no intervenir una vez que haya muerto una persona o haya sido brutalmente agredida. Hay que evitar llegar a esa situación y la única manera es trabajando con los niños en la igualdad desde muy pequeños. Si miramos hacia atrás, hace unos años, cuando una mujer acudía la comisaría, le invitaban a resolver sus problemas en casa. Esto es inconcebible en este momento.

-Mencionaba antes la necesidad la implicación directa de los familiares y amigos de las víctimas para poner remedio cuanto antes a una situación de maltrato. ¿Cómo se puede conseguir una mayor comprensión por parte del entorno?

En ocasiones, esas personas son testigos directos de las agresiones, de las vejaciones y de la violencia. Tendrían que dar un empuje a las víctimas para que denuncien y tomen medidas, pero muchas veces ocurre lo contrario. En esos casos son los familiares los que frenan a la mujer, los que tienen miedo a 'destruir' a la familia, como consecuencia de estereotipos absolutamente desfasados e intolerables. Si pusiéramos la línea en la tolerancia cero, se evitarían muchos femicidios.

-En la comparación con otros países del entorno, ¿cómo está España en la lucha contra la violencia de género?

España ha evolucionado mucho más que otros países. Los policías, los jueces, los psicólogos forenses... necesitan más formación, pero estamos avanzando. A nivel legislativo, nuestro país ha dado grandes pasos y los resultados son evidentes.

-¿La lucha contra la violencia de género es también una lucha contra los estereotipos y contra tópicos que se repiten habitualmente, como las denuncias falsas?

Sí, claro. Flaco favor hacen las mujeres que ponen denuncias falsas a las verdaderas víctimas de maltrato. Habrá denuncias falsas, igual que en cualquier otro tipo de comisión de delito, pero son casos absolutamente minoritarios.

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