Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
El ataque limitado de Israel a Irán rebaja el temor a una guerra total en Oriente Medio
El voto en Euskadi, municipio a municipio, desde 1980
Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal
Entrevista Yolanda Álvarez, periodista

“La Unión Europea está manteniendo una actitud hipócrita en cuestión de migración”

Yolanda Álvarez en el Open Arms.

Claudia Sáez

0

Pensaban cubrir la misión de rescate durante una semana y estuvieron casi un mes en el mar. La periodista de TVE Yolanda Álvarez, junto al reportero gráfico Joaquín Relaño, vivió en el verano de 2019 una odisea con decenas de personas ansiosas por alcanzar las costas de Europa subidos al barco de la asociación Open Arms. De ahí nació ‘Náufragos sin tierra’ (Roca Editorial, 2021), el libro que la autora presenta este domingo 20 de junio a las 13.00 horas en la Feria del Libro de Santander.

Esta historia se convierte en un relato cargado de humanidad que desvela, sin filtros, la realidad de quienes intentan salvar su vida de una muerte casi imposible de esquivar. Con los puertos seguros más cercanos cerrados al desembarco, la misión 65 del Open Arms se convirtió en la más dura del buque de rescate, una secuencia de jornadas agónicas que el equipo de periodistas transmitió al mundo prácticamente en directo.

Yolanda Álvarez, en una conversación con elDiario.es, describe cómo es convivir en un barco con capacidad para 19 tripulantes que llevaba a 160 migrantes, personas que dejaban atrás un infierno de explotación, violencia, abusos e incluso esclavitud. “Decidí embarcarme en el Open Arms porque creía que era un tema muy importante de visibilizar, especialmente en ese momento en el que Matteo Salvini había impuesto, como ministro del Interior de Italia, una política de puertos cerrados, y además las ONG que se dedican al rescate en el Mediterráneo estaban sufriendo un proceso de criminalización”, explica la periodista.

Habla de un drama que, si no se cuenta, parece que no exista. “Cada semana oímos noticias de algún naufragio o muertes que lamentar” y se pregunta: “¿Cuántas más muertes habrá habido que no conocemos?”. El proceso de vivir lo mismo que todos esos migrantes lo recuerda como una de las experiencias que personalmente más le han marcado después de la Guerra de Gaza: “Era la primera vez que me subía en este tipo de barco con una incertidumbre tan grande, sin saber cuándo nos dejarían zarpar, si nos iban a dejar realizar rescates, etcétera”. Lo que no imaginaban es que, ese viaje en el barco que preveían que durase una semana, duró casi un mes, siendo esa la misión más larga del Open Arms.

Un Open Arms perfectamente organizado entre tripulación y voluntarios, en el que “había una organización por turnos, y la convivencia fue muy buena, sobre todo porque son personas cargadas de una gran humanidad, que saben que están dedicando sus vacaciones a algo en lo que se están arriesgando por salvar vidas humanas”, como relata Álvarez.

Pero la convivencia más importante, la que compartió con los migrantes, le permitió reconstruir sus vivencias, especialmente en el infierno libio. “Los rescates se realizaron el 1, 2 y 10 de agosto, por lo que estuvimos bastantes días con las personas del primer rescate a bordo, y esa convivencia se iba haciendo más difícil al ser hombres y mujeres que arrastran un sufrimiento a veces inimaginable para nosotros”, explica la corresponsal, que recuerda como algunos venían de sufrir “persecuciones por etnia, por religión, mujeres que habían sufrido abusos sexuales sistematizados, o hasta migrantes que habían sido esclavizados en Libia”.

Así, a bordo del barco vio la oportunidad de configurar el puzle de las historias de todas esas personas que huyen hacia Europa. Recuerda, por ejemplo, la historia de Hortensia, que desde que llegó estaba tumbada en el suelo del barco. “En la casa en la que trabajaba como empleada doméstica en Libia su dueño le había arrojado un líquido que le había quemado la espalda, y la tenía en carne viva, por lo que no podía apenas sentarse”, relata la periodista. Por tanto, “ella fue una muestra de cómo en ese tiempo a bordo, aunque ya estuviera prácticamente a salvo, su salud psicológica se fue deteriorando hasta tal punto que la tuvieron que evacuar de emergencia antes de desembarcar”.

Además, los periodistas de TVE fueron en un momento en el que se estaba criminalizando a las ONG por la labor humanitaria realizada en el Mediterráneo, pero Álvarez quiere poner en valor la misión 65 del Open Arms, que consiguió dar visibilidad a esa travesía, y puso en evidencia “que los Estados no son los que están cumpliendo la ley” y que la justicia “está dando la razón a estas ONG”. Tanta es la relevancia de esta misión que el 15 de septiembre comenzará el juicio al líder ultraderechista de la Liga, Matteo Salvini, por el rechazo a que el barco desembarcase en las costas italianas.

La importancia de plantear políticas migratorias “humanizadas”

“Desprecio letal”. Con esta contundente expresión encabeza el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas un duro informe en el que denuncia la terrible situación del flujo migratorio en el mar Mediterráneo y, en concreto, las políticas de retornos irregulares de migrantes a Libia. “Este informe pone en evidencia lo que ya reclamaban las ONG, y es que las políticas migratorias no pueden rechazar el derecho al refugio y auxilio”, muestra la corresponsal, que señala que “la dejación de funciones que está realizando la UE mediante sus acuerdos con Libia, Turquía o Marruecos, que permiten las devoluciones en caliente sin ni siquiera dejar a los migrantes solicitar asilo, incumplen la normativa europea”.

“La mayoría de personas en el Open Arms venían de lugares en conflicto o estaban siendo perseguidas, en definitiva, tenían derecho a pedir asilo”, reitera Álvarez, que denuncia que la UE deje en manos de Libia, “un estado fallido”, las extorsiones que se realizan a estos migrantes, “víctimas de robos y agresiones por las autoridades libias cuando intentan salir del país”. Para la periodista, lo que debería hacer la UE es plantear políticas migratorias “humanizadas” que no se focalicen en la vigilancia, sino que “garanticen los derechos humanos de todas las personas, pero mientras tengamos la frontera más desigual del mundo entre norte y sur, vamos a seguir igual”. Por tanto, considera que “la Unión Europea está manteniendo una actitud hipócrita en cuestión de migración”.

Finalmente, Álvarez quiere denunciar otro de los problemas a los que se enfrentan los migrantes, como es la criminalización por parte de la extrema derecha de partidos como Vox en España, Marine Le Pen en Francia o Jair Bolsonaro en Brasil. “Están utilizando el discurso anti migratorio porque es mucho más fácil generar un enemigo que plantear propuestas política de gestión” señala la corresponsal. Aun así, es optimista y considera que “la mayor parte de la población ve la migración de una forma humana”.

Por ello, no pone el foco en la población, sino en la clase política, “que sigue viendo la inmigración como un problema en lugar de como una oportunidad”. “Las economías más potentes del mundo lo son gracias a la migración, y España es un país de personas que han emigrado, por lo que no deberíamos tener una memoria tan corta”, recuerda, y apunta a que “nuestro país también está necesitando más mano de obra, natalidad, sostener el sistema de pensiones, y en eso nos beneficia la migración”.

En definitiva, con su relato quiere hacer ver que “una persona que se mete en una patera o un cayuco sabiendo que puede morir, solamente lo hace por necesidad, desesperación o por un sueño, y en cualquiera de esos casos, son personas que quieren contribuir a que la sociedad de acogida crezca con ellos”.

Etiquetas
stats