Al final, los peores pronósticos del sector se han cumplido. La campaña del cereal en la provincia de Cuenca llega a su recta final y constata una notable caída de la producción, con una merma que ha rondado el 35 por ciento, y una mala calidad del grano, que ha perdido mucho peso específico, tal y como coinciden en afirmar tanto el vicepresidente de ASAJA Cuenca y responsable de la Sectorial del Cereal, David Manzanares, como el secretario provincial de UPA Cuenca, Miguel Esponera.
Y es que las altas temperaturas y la falta de lluvias durante los meses de mayo y junio dieron al traste con las buenas previsiones de campaña hasta ese momento.
Aunque los rendimientos obtenidos de cereal han variado mucho dependiendo de la comarca, la producción media de cebada por hectárea en la provincia ha oscilado este año entre los 2.500 y los 3.000 kilos, siendo más homogénea, según Esponera, en La Alcarria y La Mancha Alta y dándose el rendimiento más bajo en La Serranía.
Y esto se produce, según subraya Manzanares, en un momento en el que los agricultores y los ganaderos conquenses ya estaban sufriendo un incremento desmesurado de los costes, por lo que esta mala cosecha ha supuesto “un duro golpe para el sector”, hasta el punto, tal y como remarca, de “poner en peligro la rentabilidad del cereal”.
Bajo peso específico
En cuanto a la calidad del cereal, desde el sector se llama la atención sobre el bajo peso específico de este año del cereal, con “un grano pequeño e irregular”, tal y como apunta el secretario provincial de UPA.
A la reducida producción de este año, se suma, según el sector, la caída de los precios con un mercado prácticamente paralizado y sin operaciones más allá de un mes vista
De hecho, en opinión del responsable de la Sectorial del Cereal de ASAJA Cuenca, son tan bajos los pesos específicos de este año que, por ejemplo, cerca del 80 por ciento del trigo de la provincia debería dedicarse a pienso y poco menos del 25% a panificable, cuando lo habitual es que el 100% de los trigos conquenses cumplan los parámetros para ser panificables.
Precios
Pero por si fuera poco, al descenso de la producción se ha sumado una caída progresiva de los precios en el mercado del cereal desde el inicio de la campaña, que ha pasado, según Esponera, de los 355 euros por tonelada de cebada a los actuales 304.
Y es que, en palabras de Manzanares, los mercados agrarios están viviendo desde el inicio de este año una anarquía total, que hace imposible predecir la evolución de los precios. Ahora, en agosto, tal y como indica, la operativa de los mercados está bajo mínimos y, de hecho, “no recordamos un verano con tan poco movimiento ante la incertidumbre reinante y con tan solo operaciones a un mes vista, cuando lo habitual es que se realicen a más largo plazo, incluso a un año vista”.
Una campaña de cereal, además, que se ha visto entorpecida por las restricciones impuestas por las altas temperaturas y el elevado riesgo de incendios, que han hecho que se haya prolongado hasta agosto, cuando lo habitual es que hubiera finalizado en la segunda mitad de julio.
Así las cosas, desde ASAJA Cuenca no se descarta que el campo se movilice de nuevo; eso sí, según Manzanares, “por simple supervivencia”.
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