La Diputación de Cuenca aprueba por unanimidad una declaración en defensa de la lavanda y el lavandín

El pleno de la Diputación de Cuenca ha aprobado por unanimidad una declaración institucional en defensa del cultivo de la lavanda y el lavandín, solicitando que la nueva normativa europea excluya a los aceites esenciales naturales del nuevo etiquetado que se pretende implantar y que, “de facto, supondría no poder utilizarlos para la industria cosmética o farmacéutica, llevando estos cultivos a su desaparición en nuestra provincia”.

En la declaración, muestran “su apoyo sin fisuras al sector del cultivo de lavanda y la producción de aceites esenciales, como una de las actividades en crecimiento en nuestra provincia, fundamental para el desarrollo de las zonas rurales en los aspectos agrícola, comercial y turístico”.

Además, instan al Gobierno de España a liderar las acciones necesarias en el marco europeo para defender al sector de las aromáticas un cultivo que en la provincia de Cuenca llega a las 400 hectáreas y que se encuentra en expansión.

Se dirigen, asimismo a los Grupos Políticos del Parlamento Europeo, instándoles a rechazar la regulación propuesta en el borrador de estrategia de sostenibilidad para la Unión Europea, así como a los distintos Grupos Parlamentarios del Congreso de los Diputados y el Senado.

Con esta normativa, consideran que “se acabaría con la producción de lavanda, así como de otras plantas aromáticas que se cultivan en España y en el resto de países europeos, haciendo un flaco favor al desarrollo de las zonas rurales”.

La declaración recoge el conflicto generado al presentarse un borrador de estrategia de sostenibilidad en la Unión Europea, el cual contempla la inclusión de los aceites esenciales de lavanda y lavandín como productos químicos, dentro de la categorización que se realiza de los distintos productos.

Esta nueva regulación llevaría a que en el etiquetado de estos aceites  se debería incluir el término ‘tóxico’, “cuestión que podría suponer una inmensa amenaza para esta planta aromática que está cobrando especial relevancia en nuestra provincia, principalmente en la comarca de La Alcarria y el entorno de la localidad de Villares del Saz”, señala.

La explicación que se aporta a la hora de plantear esta modificación del ordenamiento tiene que ver con la composición química del aceite esencial de lavanda, “que contiene linalool, considerado como alérgeno por la normativa europea. Pero cabe tener en cuenta que este componente aparece de manera natural en multitud de plantas y por supuesto no genera riesgo alguno para la salud teniendo en cuenta su modesta presencia en los aceites, tal y como explican los productores”.

La declaración señala que “considerar como tóxico una solución que contiene linalool en una concentración inofensiva, nos resulta exagerado, así como calificar como ‘productos químicos’ a los aceites esenciales de lavanda y lavandín, que se obtienen de manera natural a través del proceso de destilación artesanal, prescindiendo del uso de agentes químicos”.