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El sello ‘Producto Cooperativo’ comienza en Castilla-La Mancha con los aceites de la cooperativa valdepeñera Colival

Imagen de la Cooperativa. COLIVAL

edCreativo Castilla-La Mancha

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El sello ‘Producto Cooperativo’ echa a andar en Castilla-La Mancha con la primera cooperativa de la región que se ha sumado al proyecto, Colival, productora de aceite de oliva referente en el sector que inició su trayectoria en el año 1970, y que agrupa a casi 900 olivicultores de la zona de Valdepeñas en Ciudad Real.

‘Producto Cooperativo’ es una nueva marca de ámbito nacional, una apuesta de Cooperativas Agroalimentarias de España para dar identificar y dar valor a los alimentos que se producen por las sociedades cooperativas. “Es un sello identificativo de la procedencia de un producto agroalimentario de una cooperativa. El elemento que va a permitir identificar en un supermercado o en una gran superficie que un determinado producto tiene su origen en una cooperativa por parte del consumidor”, asegura Juan Miguel del Real, gerente de Cooperativas Agroalimentarias Castilla-La Mancha.

Con este sello, “el consumidor podrá elegir un producto determinado que tenga este sello sabiendo los valores y los principios que tienen las cooperativas, identificando que tiene algo diferente a otros productos que pueden estar en el lineal al mismo tiempo”.

Sello 'Producto Cooperativo'

El objetivo de este distintivo es que el consumidor se acerque a unas producciones agroalimentarias sabiendo que, además de reconocerse por su calidad y por su sabor, su consumo conlleva también el apoyo a una serie de principios que hoy en día suponen un valor añadido cada vez más apreciado por los consumidores y que influyen en el proceso de compra.

“El valor más importante es que detrás de esa botella de aceite o de vino está el esfuerzo de los cientos o miles de agricultores que están en las cooperativas, que el valor, la riqueza, el beneficio que genere ese producto se va a repartir entre los propios agricultores, se queda en el territorio, el beneficio no se deslocaliza, no se reparte entre otros agentes externos como fondos de inversión o empresas fuera de nuestro territorio y todo queda en la tierra”, asegura Del Real.

Con la elección consciente del consumidor se apoya además “un modelo de gestión basado en la democracia social y económica, porque son los propios agricultores los que deciden el funcionamiento de su cooperativa en pie de igualdad, tanto en la forma de gestionarla como a la hora de decidir cómo se reparten esos beneficios entre ellos mismos”, asegura.

En definitiva, ‘Producto Cooperativo’ respalda también unos principios de “sostenibilidad social y económica muy importantes que el consumidor tiene que conocer y que le pueden ayudar a tomar una decisión en el momento de hacer el acto de compra: cuando hay dos botellas de aceite de una misma calidad y de un mismo precio, una botella con el sello ‘Producto Cooperativo’ sabemos que detrás está todo el conjunto de valores en la forma de hacer y de gestionar la empresa que nos hace diferentes”.

Aceite de oliva de Colival. COLIVAL

Y todo ello sin olvidar que los consumidores sabrán que comprando ese producto cooperativo también están ayudando al sostenimiento del mundo rural. “ Dentro de esa sostenibilidad económica, social y medioambiental estamos contribuyendo a fijar población, a seguir generando riqueza en nuestros pueblos, en nuestro medio rural, a que generando esa riqueza ayudemos a que no se avance en la despoblación de nuestras zonas rurales, que la gente joven siga viendo en la agricultura y en la vida en los pueblos una alternativa de vida a futuro”, asegura.

Colival, una cooperativa pionera

Los primeros productos con este distintivo están a punto de llegar a los lineales de los mercados y grandes superficies, empezando por los de Colival, una cooperativa pionera que ha cumplido ya medio siglo años dedicada a la producción de aceite de oliva virgen extra.

“Nos dedicamos al mundo del aceite, a la recepción de la aceituna de los agricultores, para transformarla, vender al aceite y liquidar a los socios; al ser cooperativa no es como un particular, todo lo que se ingresa menos los gastos se reparte entre los socios”, recuerda su gerente, Consoli Molero.

Esta cooperativa acaba de cerrar la campaña de recogida de la aceituna con una producción de más de 15 millones de kilos. “Hemos batido récord gracias a nuestros agricultores, cada vez tenemos más productores, más extensión de olivar, también se están dando producciones de variedades nuevas y se está incrementado la producción de nuestros olivares”.

Es la primera que ha dado el paso: “Hemos apostado porque al final trabajamos en el sector cooperativo que es un mundo diferente, un mundo en el que defendemos la agricultura, defendemos unos precios justos, defendemos lo que es el agricultor, todos los beneficios los repartimos al agricultor”, señala Consoli Molero.

Para ella, este “sello de identidad nos dice que esto es un producto de cooperativa, un producto del campo, que certifica que hay una trazabilidad, una seguridad del producto que va del campo a la mesa del consumidor, que suma el valor al precio final, por eso hemos entrado en este marco que nos ha facilitado Cooperativas Agroalimentarias”.

Actualmente detrás de esta Cooperativa situada en Valdepeñas hay 900 agricultores y agricultoras que producen un aceite de oliva que ha alcanzado premios en certámenes mundiales. Ponen en el mercado dos marcas ambas de aceite de oliva virgen extra Sierra Prieta donde enfocan casi toda su producción, y la marca gourmet Valdenvero.

Aceites de oliva virgen extra Valdevero. COLIVAL

Valdenvero es una prueba de la inquietud de esta cooperativa que comenzó hace diez años para poner en el mercado un producto de altísima calidad destinada al consumidor gourmet. “Empezamos con variedades autóctonas de nuestra zona, arbequina, picual y cornicabra, pero como los agricultores están apostando por otras variedades, esta familia ha crecido y tenemos nueve monovarietales”, señala, entre los que hay variedades como frantoio, arbosana, o arróniz. Para ello cada año se eligen cuidadosamente unos olivares seleccionados, “porque no cualquier aceituna puede entrar en la calidad de Valdenvero, nosotros seleccionamos dichos olivares y los agricultores tienen que estar preparados para que cuando el grado de maduración esté óptimo, arrancamos la campana y en dos o  tres días tiene que recolectar la producción asignada”.

Con una producción muy limitada, solo medio millón de kilos de aceituna, estos aceites “son una punto de lanza para nuestra segunda marca que es el buque insignia de la cooperativa, Sierra Prieta, donde tenemos el gran volumen en producción”.

Esta cooperativa ciudadrealeña ha alcanzado en varias campañas el premio al mejor aceite hojiblanco del mundo, también el mejor en variedad frantoio, o el mejor arbosana. Para Consoli Molero tiene especial relevancia los premios alcanzados con la variedad cornicabra “porque defender nuestro arraigo nos importa, le damos gran protagonismo a esta variedad autóctona. Tener siete veces el mejor cornicabra del mundo también es un prestigio para nuestra cooperativa”.

Sus productos van a ser los primero en lucir el sello producto cooperativo en los lineales de los mercados a los que se sumarán en breve otros en tanto en Castilla-La Mancha como a nivel nacional. 

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