Escuela o Barbarie: La formación de ciudadanos frente a la de trabajadores
El libro 'Escuela o Barbarie' es una defensa a ultranza de la escuela pública, de esa escuela republicana que por ser republicana tiene como base la formación de ciudadanos críticos a través del conocimiento. Esa es la escuela pública que defiende el libro frente a lo que han definido como “barbarie” o esa otra manera de formar a los individuos, dentro de las aulas, orientada a crear trabajadores o sujetos acordes a los corporativos que demande el sistema productivo.
El libro, escrito por los docentes Carlos Fernández Líria, Olga García Fernández y Enrique Galindo, plantea, dice éste último, “poner sobre la mesa las ideologías, tanto de derecha como de izquierdas, y el camino por el que están conduciendo la educación”, en un momento en el que la necesidad de un Pacto Educativo está encima de la mesa tras la puesta en marcha de diferentes leyes de Educación con cada cambio de Gobierno, sin consenso con la Comunidad Educativa y que nacen condenadas a desaparecer .
Entre la privatización y la conversión en tratamiento psicológico
Ahí entran en juego diferentes formas de hacer política que, cada a una a su manera, han convertido la escuela en una fábrica de mano de obra. De un lado el neoliberalismo salvaje que quiere privatizar todo dando más peso a la privada y concertada. “Y lo que quede de la pública que se gestione desde lo privado”, añade el autor. Y en el otro extremo, el de la izquierda, con ese argumento que prioriza el sentimiento frente al aprendizaje. Es decir, enseñar mejor frente a enseñar algo, lo que hace que la escuela vaya abandonando su misión de transmisión cultural crítica y sustituyéndola por una suerte de tratamiento psicológico que termina siendo puramente adaptativo. Esto es lo que Enrique Galindo llama “sobreprotección del alumno”.
“Estamos, pese a lo que se cree, ante las generaciones peor preparadas porque no saben enfrentarse a contratiempos, no saben encajar las frustraciones y el fracaso”, explica Enrique Galindo. El motivo: la escuela de hoy, barbarie para los autores del libro, y la conformación del sistema educativo despoja a los alumnos del acceso al conocimiento “que se sustituye por una especie de coaching emocional que en nada les beneficia”. Una forma de conducir la educación que pervierte su significado, “el de aportar conocimientos para crear personas críticas, libres, emancipadas” que se ha ido sustituyendo por la escuela en la que prevalece “la felicidad” de los alumnos por encima del aprendizaje.
Una educación adaptada a la tradición cultural
Una vez planteadas las criticas, ¿hay esperanza?. “Para ello hay que abrir un espacio a la sensatez. Defendemos una idea de escuela como ese lugar de acceso a los conocimientos”. Por ello el libro explica cómo desde que el neoliberalismo se ha impuesto como ideología hegemónica, a partir e los años 60, sus efectos son “familias que se ven obligadas a trabajar en precario y no pueden dedicar tiempo a los hijos y de ahí vienen muchos problemas que nos encontramos en la escuela a la que se le achaca o carga con la solución de todos los problemas sociales. Esto es lo que hay que corregir”.
Se corrige, dice este profesor de Filosofía del Instituto Escultor José Luis Sánchez de Almansa, adaptando la enseñanza mirando dentro y no fuera. “Siempre solemos fijarnos en lo que se hace en otros países, el ejemplo que siempre se pone es Finlandia, cuando lo que deberíamos hacer es e incluir la tradición pedagógica de cada lugar”. Es decir, adaptar la educación, la formación, la escuela a la cultura y su manera de ver el mundo haciendo que el Sistema Educativo sea reflejo de la tradición cultural de cada país. Todo lo contrario a lo que sucede actualmente donde “se tiende a homogeneizar los sistemas educativos a nivel internacional para ” crear un mercado uniforme“.
El libro 'Escuela o Barbarie' llega a Albacete, tierra de uno de sus autores, Enrique Galindo, y lo hace habiendo alcanzado su segunda edición. “El libro esta funcionando bastante bien”, dice, después de que se hayan agotado, en alrededor de 2 semanas, el millar de ejemplares de la primera edición.