La Marea Blanca le pone más deberes (sanitarios) a Podemos para el acuerdo con el PSOE
La Marea Blanca de Castilla-La Mancha ha pedido al Gobierno de Castilla-La Mancha que retire de los Presupuestos regionales para 2017 el proyecto de implantación de las Unidades de Gestión Clínica (UGC) en los servicios sanitarios y que también se elimine de la Memoria de la Consejería de Sanidad. La petición coincide con el arranque de la segunda vuelta para lograr aprobar las cuentas regionales, tras el principio de acuerdo entre PSOE y Podemos, que incluye la incorporación de esta última formación al Ejecutivo castellano-manchego.
El Gobierno socialista ha mantenido, hasta la fecha, su intención de poner en marcha este sistema, en la hoja de ruta de Sanidad para esta legislatura. Ahora, la Marea Blanca vuelve a pedir que se reconsidere. Rosario Alises, miembro de la Marea Blanca ha explicado la intención del colectivo de dirigirse a los responsables políticos vía correo electrónico para trasladarles su propuesta. También iniciarán una campaña en redes sociales para mostrar su oposición a este proyecto y también para solidarizarse “con los numerosos colectivos de profesionales y usuarios del sistema sanitario que luchan por una Sanidad 100% pública, universal y gratuita”.
Y es que este colectivo viene expresando su temor por que con la implantación de este sistema se abra la puerta a la gestión “mercantilista” de la Sanidad al convertir a los profesionales en “pequeñas empresas” que autogestionan cada servicio con la vista puesta en resultados y ahorro económico. Algo que incidirá, señalan, en la atención al paciente y en el propio trabajo de los profesionales.
Recuerdan experiencias que ya se han puesto en marcha en otras comunidades autónomas como Andalucía. “Primero de forma voluntaria y luego por obligación”, en las que, sostienen, “hemos visto cómo los intentos de exportación de este modelo de gestión clínica han sido fuertemente contestados por colectivos sanitarios, especialmente los colectivos más concienciados con la defensa de la sanidad pública”. Paralelamente, añaden, “y con una notable indiferencia por la protesta social”, las Consejerías de Sanidad de las comunidades autónomas “persisten en cambiar el modelo de gestión siguiendo la senda neoliberal iniciada en Andalucía”.
La única diferencia, apuntan, es que “pretenden reformar los aspectos menos exitosos del modelo original pero sin alterar el principal objetivo: fragmentar la gestión clínica y desviar la responsabilidad de los profesionales, desde la excelente tarea de cuidar del paciente hacia la más mercantilista y empresarial de reducir los costes”.
Recuerdan que en Castilla-La Mancha se ha asistido a “reiterados anuncios” del consejero de Sanidad, del director general de Calidad y Humanización de la Asistencia Sanitaria y de la directora Gerente del SESCAM para implantar el mismo modelo que ya funciona en Castilla y León, mediante el Decreto 57/2014, de 4 de diciembre, por el que se regula la constitución y funcionamiento de las Unidades de Gestión Clínica de aquella comunidad autónoma.
Se genera “competitividad” entre profesionales ajena a “la calidad asistencial”
Para la Marea Blanca, el modelo castellano-leonés que la Consejería de Sanidad de Castilla-La Manchaquiere replicar está “muy verticalizado porque los pacientes apenas intervienen en el proyecto y su dirección es decidida por la gerencia”. Además, explican, “dice eliminar los incentivos pero los introduce e incrementa desde el segundo al cuarto año de desarrollo”. Es un modelo que evalúa todos los años el cumplimiento de objetivos pero, en caso de no alcanzarlos, la gerencia impone un proyecto propio al margen de los profesionales que habrán de desarrollarlo.
Por último, resaltan, “el objetivo principal es que el personal sanitario gestione la reducción del gasto impuesta por las políticas de recortes, generando una relación de competitividad que nada tiene que ver con la calidad asistencial y el bienestar de las personas atendidas sino más bien tiene que ver con la obtención de beneficios económicos y curriculares personales”.