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39 grados de fiebre y más de 56 años: así es el paciente que debe ser admitido “inmediatamente” en Urgencias por coronavirus

SESCAM

Francisca Bravo Miranda

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La digitalización de la infrormación de los pacientes del Sistema de Castilla-La Mancha, el 'big data' regional sanitario, ha permitido la elaboración de un estudio durante los dos últimos meses para establecer parámetros y acelerar la atención de los pacientes con coronavirus. Así lo explica el jefe del servicio de Neumología de Guadalajara, el doctor José Luis Izquierdo, que señala que se ha podido realizar gracias a la “peculiaridad muy positiva” del sistema castellanomanchego de contar con el mismo sistema informático.

“Está también perfectamente coordinado con Atención Primaria, por lo que podemos ver una prueba de Toledo de manera inmediata. Es algo que no ocurre con todas las comunidades autónomas y hace que la región esté muy bien posicionada en el uso de herramientas basadas en la digitalización de datos”. La herramienta es 'Savana', basada en el uso de la Inteligencia Artificial, Big Data y Machine Learning.

De esta manera, se ha podido acceder a informes con toda la información relevante de pacientes a lo largo de la región, no sólo de analíticas, sino que analizando los informes médicos completamente. Todo, eso sí, de manera anónima. “Así cumplimos la normativa europea de protección de datos”, recalca el profesional. Con sta “gran cantidad de información”, el personal sanitario puede conocer “en tiempo real” lo que está ocurriendo.

“Cuando surge la crisis de la COVID-19, nos dimos cuenta de que la enfermedad tenía muchísimas peculiaridades y que no conocíamos casi nada de ella”, reflexiona Izquierdo. La información que llegaba de otros países, como China o Italia, era “muy parcial”, y eso hizo que el personal se enfrentase a cosas “muy diferentes y nuevas” a lo que se había visto en otros países.

Gracias a la tecnología de la información con la que cuenta Castilla-La Mancha, explica el jefe del servicio de Neumología, se han podido analizar fenómenos que antes no se conocían como parte de la presentación clínica de la enfermedad. Por ejemplo, fenómenos tromboembólicos o patologías pulmonares que los pacientes “percibían muy mal”. “Esto quiere decir que llegaban, se sentían bien, pero luego fallecían”, explica el doctor Izquierdo.

Prevención gracias al 'big data'

El acceso a esta tecnología, el personal sanitario ha podido conocer en “tiempo real”, lo que ha ocurrido en el caso de miles de pacientes castellanomanchegos. Toda esta información ha permitido establecer los parámetros sanitarios para poder establecer qué pacientes deben ser ingresados o derivados “inmediatamente” a los servicios de Urgencias. “Muchos pacientes no percibían que estaban mal, sufrían de la llamada 'hipoxia feliz'. Por eso es importante identificar a los pacientes desde su primera visita médica en atención primaria”, explica.

De la base de datos con las que ha trabajado el sevicio de Neumología, que comprende un total de 20.000 pacientes, 5.000 cuentan con la confirmación de COVID-19 por PCR positiva. “Trabajamos en una primera línea para tratar los principales factores de mortalidad y para estar más atentos a los pacientes”, recalca. Se trata de “millones de documentos clínicos” que han permitido ya ofrecer unas conclusiones tempranas, en las llamadas “escalas de previsión de riesgo”, una metodología que se ha trabajado en los últimos dos meses.

“Gracias a la gran cantidad de datos que manejamos, sabemos que cualquier paciente infectado con el SARS-CoV-2 que tenga más de 56 años, frecuencia respiratoria de más de 20 y fiebre de más de 30 grados debería ser referidos inmediatamente a urgencias”, explica. Y es que, en este caso, la posibilidad de que el enfermo acabe en cama de críticos es “muy alta”.

Además, Izquierdo recalca que es posible que los pacientes no perciban ningún malestar. “Hemos tenido experiencias incluso de otros médicos, que nos contaban sus datos y nos pedían oxígeno y a casa. Pero no podía ser, debían irse inmediatamente a Urgencias”, recalca. Se trata de tres parámetros clínicos “muy fáciles de identificar”. “Podemos tener una gran precisión en las respuestas que buscamos para las perguntas que nos estamos haciendo”, asegura Izquierdo, que añade que “sólo con la historia clínica se pueden tener elementos para detecetar el momento en el que la situación va a ir mal y va a tener complicaciones”.

“Nunca imaginé que me iba a encontrar en una situación como esta”

“Cuando me preguntan cómo he vivido esta situación, digo que nunca me imaginaría que me iba a encontrar en una situación como esta. No sé cómo será la medicina de guerra, pero no creo que se diferencia mucho”, explica el doctor Izquierdo tras tres meses de gestión de la crisis sanitaria. Sin embargo, explica que, al menos en el caso del área sanitaria de Guadalajara, la colaboración entre las distintas especialidades ha sido “máxima y excelente”.

“No hemos sentido que hemos cometido errores, a pesar de la avalancha de pacientes. Estamos analizando los datos con estas herramientas para intentar hacerlo mejor, pero creo que globalmente, a pesar de la intensidad y el dramatismo, nos queda un sabor de boca satisfactorio por la gran colaboración que ha habido entre nosotros. Esto ha hecho que todo sea más fácil”, reflexiona el médico.

Lo que sí han aprendido es que están “llenos de incógnitas” y que se siguen discutiendo tratamientos de los que se “deberían tener ya las respuestas”. “Estoy convencido de que los chinos no nos han dado datos de complicaciones tromboembólicas, o trombóticas arteriales. Entonces, era casi una sorpresa diaria”, recuerda. Sin embargo, concluye, “los resultados han sido razonables para la gravedad de la situación”.

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