¿Dónde enterrar a nuestras mascotas? No se puede en cualquier sitio y Castilla-La Mancha quiere regularlo

La Ley de Bienestar Animal que el Gobierno aprobó hace más de dos años no permite enterrar a animales de compañía en cualquier sitio. Las opciones legales son la incineración o el enterramiento a través de una empresa que gestione un espacio autorizado, para lo cual es necesario presentar un certificado de la incineración o enterramiento para dar de baja al animal del registro de la base de datos. 

La mayoría de las personas opta por la incineración, al ser un procedimiento que se gestiona directamente con el veterinario y que apenas supone trámites, al ser el profesional quien contacta con la empresa de cremación.  

En este proceso, no nos entregan las cenizas de nuestra mascota, como sí se hace con los restos mortales humanos, debido a que tampoco pueden enterrarse en cualquier sitio no autorizado, por lo que no existen apenas posibilidades para ir a visitar sus restos y rendirles homenaje si así lo deseamos.

En España, hay alrededor de 30 cementerios y crematorios para mascotas y siguen creciendo cada año. Son lugares autorizados y también privados, salvo alguna excepción, donde enterrar a nuestra mascota puede costar desde 300 euros y hasta 6.000 euros, dependiendo de los servicios contratados.

'El último parque', en Arganda del Rey (Madrid); el 'Paraíso de Mascotas' en Málaga (de gestión pública); el Cementerio de Pequeños Animales de Torrelles de Llobregat (Barcelona), uno de los más antiguos del país; el cementerio 'Elisia' en Cartagena (Murcia); y 'El Recuerdo', en la localidad toledana de Ciruelos, son algunos ejemplos de estos espacios.

Ahora, en Castilla-La Mancha se abre una puerta a este respecto. El Gobierno regional quiere aprobar una orden que regule las condiciones para el enterramiento de animales de compañía en esta comunidad autónoma, porque no hay normativa autonómica sobre esta cuestión, salvo la estatal y las normas sanitarias que se aplican a subproductos animales y los no destinados al consumo humano, que datan de 2011- 

En la consulta previa para la elaboración de esta orden, el Ejecutivo de Emiliano García-Page explica que los subproductos animales, independientemente de su procedencia, constituyen un “riesgo potencial para la salud pública, la salud animal y el medio ambiente”.

“Este riesgo debe controlarse, bien orientando esos productos hacia medios de eliminación seguros o utilizándolos para diversos fines, a condición de que se apliquen condiciones estrictas que reduzcan al mínimo los riesgos sanitarios”, argumenta. 

Es el motivo por el que actualmente el Ejecutivo castellanomanchego quiere regular las condiciones básicas para el enterramiento de animales de compañía de acuerdo con las normas sanitarias mencionadas.

El objetivo es evitar la eliminación no controlada de los restos

En virtud de esa competencia, la comunidad autónoma considera necesaria la publicación de una normativa específica de la que carecía hasta ahora. Nace con el objetivo de dar respuesta a una necesidad no cubierta hasta ahora, como es la de “ofrecer un espacio para el depósito de los animales de compañía” y evitar así “la eliminación no controlada de los cadáveres de mascotas en lugares que podrían implicar posibles riesgos sanitarios y medioambientales”.

La Dirección General de Ordenación Agropecuaria considera que se tiene que optar por la redacción de una orden con el fin de regular reglamentariamente la eliminación de los animales de compañía mediante “enterramiento controlado”.

El mencionado cementerio de Ciruelos, 'El Recuerdo', es un ejemplo de cómo podrían gestionarse estos espacios. Lo regenta un matriomonio, Sonia y Manuel. Acoge, en un entorno rodeado de naturaleza, a todo tipo de mascotas: perros, gatos, aves, hamsters, conejos, tortugas, etc. También entierran cenizas en el columbario preparado para urnas.

Se puso en marcha cuando la familia perdió a su perro Yako. “Encontramos la necesidad de buscar un lugar en el que pudiera descansar en paz y donde poder recordarle y seguir mostrándole nuestro cariño”, apuntan

Este cementerio abrió en 2022 con todos los permisos, tanto del ayuntamiento de Ciruelos como de la Consejería de Agricultura de Castilla La Mancha, el organismo que ahora ha lanzado la consulta para regular estos espacios. La normativa estatal les ha obligado a estar inscritos en el registro SANDACH (subproductos de origen animal).

Según indican, cuentan con un equipo muy cualificado para ofrecer un “servicio integral y completo”, desde la recogida, ya sea en la clínica veterinaria o en su propio domicilio, hasta el traslado y posterior enterramiento, ya sea un día laborable, o incluso sábados, domingos y festivos.

En Castilla-La Mancha, la consulta previa dará paso a un futuro borrador que será sometido a información pública y donde el Gobierno regional detallará las medidas que quiere aprobar con esta nueva regulación.